1. Omar R. apoyó la punta de los dedos sobre el teclado y comenzó a vomitar palabras, una tras otra, con el solo objetivo de poder descargar su tremendo enojo. Ese enojo que lo acompaña desde hace más de treinta años. Demasiado tiempo y nó puede tolerarlo más. Siente que lo ahoga y lo absorbe. Tiene que sacarlo, expulsarlo, tirarlo como si fuera un exorcismo No hay otra solución. Le provoca una mala vida. Trata mal no solo a los pibes del barrio, sino también al panadero, al vecino, a Melinda, a la inquilina de adelante, a los muchachos de la oficina y a quien se cruce por su camino.
Pero, la verdad es que no sabe cómo.
Durante años probó, para desarmar su enojo, todos los métodos habidos y por haber: recetados, imaginados , leídos, sugeridos, prescriptos, intuidos; años de terapia con varios psicólogos , consultas a médicos tradicionales , clínicos, especialistas, homeopáticos, ayurvédicos, orientales ; boxeo, rugby , yoga, meditación, Tai Chi Chuan, percusión; hasta putear a troche y moche. Nada le dio resultado, alguien que ya ni recuerda una vez le dijo que probara escribiendo…
-Pero, ¿te parece Flaco? ¿Ponerme a escribir?
Eso me parece una pelotudez.
-Pero nó, Omar, hacéme caso. Sirve, escribí lo que se te ocurra, no importa, sin pretensiones. Es una catarsis. Volcá en un papel lo que sentís: emociones, sentimientos, broncas, todo lo que se te ocurra… tu vida. Largá las cosas, sácatelas de adentro.
Jorge Alberto (63), colega: Conocí a Omar en la facultad. Buen tipo, puteador como él solo, pero buen tipo. Recuerdo que empezó a escribir un poco por sugerencia mía. Cuando nos recibimos había nacido su hija Juliana. Estaba muy preocupado porque decía que siempre andaba enojado y tenía que hacer algo al respecto.
2. …Las continuas crisis políticas y económicas del país lo habían desanimado mucho. Terminaba su día de trabajo con un agotamiento inmenso, Sentía mucho peso sobre sus hombros, mucha decepción y un cansancio de espíritu tremendo que lo deprimía permanentemente. Había días en qué, de una buena vez por todas, deseaba que todo terminara…
Mabel Mercedes (25) y Mariela Paula (38) , compañeras de militancia : En la unidad básica hablábamos mucho con Omar, siempre comentaba lo duro que le habían pegado los descalabros económicos de la Argentina.
Nosotras éramos chicas por eso lo escuchábamos con atención. Primero el Rodrigazo del 75 , después la tablita mortal de Martínez de Hoz en el 79, las híper de Alfonsín, primero la de 1985 y después la del 89, la destrucción económica del país durante la década del 90 . Me acuerdo , cuando nos contó que en la época de Menen , por más de cinco meses no le entró ningún trabajo nuevo en el estudio, y, de los clientes habituales, la mitad se había fundido y la otra mitad no pagaba un peso. La situación económica no era floreciente ni mucho menos, al contrario. Por suerte los pibes ya eran grandecitos y se la rebuscaban : Melinda aportaba con su empleo de docente la guita necesaria para bancar la comida por lo menos. Después vino el corralito de De la Rúa en el 2001, y la caravana de Presidentes peronistas después de su escapada en helicóptero,
Pero sin duda , lo que mas le dolía a Omar era la decepción por los continuos gobiernos peronistas que el mismo había votado desde Campora hasta los Kirschner. En fin, desengaños comunes de casi todos los argentinos.
3. Ya habían transcurrido seis días desde que anuncié a la familia que me iba a vivir con Melinda E. Pirez Plana, . la chica portuguesa que conocí en el casamiento de unos amigos en común y de quien estaba perdidamente enamorado.
La reunión familiar - solo para hombres - , fue citada para la tarde del domingo en la casa del abuelo Francisco R. porque él había pedido especialmente estar presente.
Cuando llegué, estaban el Abuelo, Papá y el tío Jorge., sentados en el comedor con un copita de anís de Chinchón cada uno, discutiendo o hablando a los gritos como siempre, pero con un dejo de seriedad que no era habitual en ellos. Al verme entrar, mi Viejo inmediatamente tomó la palabra -Sentáte, los malos tragos hay que pasarlos rápido: Mira hijo, te llamamos porque ahora que vas a casarte, tenés que saber a qué te estas exponiendo, me dijo mientras me acercaba una copita de anís.
Pensé que el viejo se iba a despachar con algún discurso moralista, pero me equivoqué totalmente. Me contó que en nuestra familia desde hacia años, los hombres no éramos calientes, malhumorados, leche hervida o como quieran decirnos porque sí, que el tío Cacho no había muerto por el cigarrillo y que Pedro el sobrino del Abuelo, tampoco en un accidente. No, nada de eso, somos así porque llevamos en nuestra sangre una enfermedad que nos vamos transmitiendo de generación en generación, gravísima, si no le prestamos atención nos termina devorando.
-Con los años, Omarcito- ahora el que hablaba era el abuelo Francisco R. - supimos que nuestro mal tiene nombre. Los médicos lo nombran como “Foeniculum vulgare”, algo así como “enojo vulgar”. Sí, suena simple, muy simple, pero ese nombre no refleja para nada la magnitud de esta enfermedad.
Sabemos que no tiene cura, no cómo se origina; solo se puede atenuar y convivir con ella toda la vida. Podemos darte algunos consejos, algunas cosas que hemos hecho para tratar de eliminarlo pero tenés que saber que ninguna ha dado resultado. No podemos decir que sea una maldición porque no creemos en eso; simplemente es una enfermedad, como la hipertensión o la diabetes, silenciosa pero te mata igual.
-Este mal hereditario,- de vuelta hablaba mi viejo- persigue a los varones de nuestra familia desde tiempos idos, con la única excepción, hasta ahora, de la tía Adelaida, la única mujer en toda nuestra historia familiar que sufrió el mal. Tampoco sabemos por que, sin embargo algunos síntomas descubrimos, y esto tómalo como una advertencia: todos nuestros muertos, días antes de desaparecer, comentaron que se sentían como afiebrados, con una temperatura corporal mayor a la habitual, pero nunca les dimos bola porque pensamos que era simplemente gripe, pero no.
Lo importante es que está latente en todos nosotros y solamente se empieza a manifestar si cumplimos dos condiciones: Una es convertirnos de hijos a padres; ese pasaje fundamental en la vida del hombre, ejerce en nosotros un poder tan fuerte y tan extraño que hace brotar el mal; ni siquiera necesita que nuestros hijos nazcan, con la sola fecundación ya es suficiente. La otra condición es abrazar la causa peronista. Eso en nuestra familia no es novedad alguna, creo que somos peronistas desde antes de nacer Perón en 1895, de manera que descubrir esta relación de causalidad nos costó mucho más trabajo que la primera. Como podrás darte cuenta: dos cosas casi inevitables
El abuelo y el tío Jorge asentían con la cabeza, callados y con el gesto serio y adusto.
El silencio se hizo pesado
-Por lo tanto Omarcito-, dijo el abuelo con cariño- ahora sabés que estas expuesto al mayor de los peligros. Ya sos peronista, así que si Melinda queda embarazada se va a desatar el infierno. Es tu elección .
Si no engendrás vas a estar a salvo del mal, pero solo vos podés tomar esa decisión. Si por el contrario decidís seguir adelante y tener hijos, ahora sabés que llevas dentro tuyo un mal que te va a devorar, que el enojo se va a hacer carne de una manera terrible, te va a absorber y tragar, hasta que ya no quede ni un vestigio de tu humanidad. Nadie te reconocerá, ya no serás más aquel muchacho alegre y sociable. Solo serás un tipo malhumorado, gris, aislado y solitario. Esto empieza de a poco, casi sin darte cuenta. Va y viene como en oleadas, pero es seguro que lo vas a empezar a sufrir y será de tal magnitud que terminará tragándote.
Por esta razón nuestros muertos se velan a cajón cerrado, porque en realidad no están, , desaparecen tragados por el enojo.
Si algún día tenés un hijo varón es tu obligación contarle lo que hoy estás escuchando.
-Pero… no entiendo, Papá ¿La Abuela y Mamá no lo sabían?.
-Si por supuesto se lo tuvimos que decir, era inevitable, por esa razón nuestros matrimonios duraron. Cuando se comprende la enfermedad, las cosas se toleran más-, dijo el tío Jorge
-¿Pero: Si es así. Cómo el bisabuelo Irineo lo sufrió, si él era español y vino a la Argentina en 1940 antes del peronismo?
Es cierto, no sabemos muy bien; y eso que lo hemos discutido entre nosotros muchas veces . Nos inclinamos a pensar que fue como una especie de anticipo. Algo natural y lógico. Pasar de la segunda República Española del 36 a la Patria Peronista del 46 … no estamos seguros pero algo de eso debe haber.
-Bueno para hacerla corta: llevás encima las dos únicas condiciones que se necesitan para sufrir este mal. Sos hombre y Peronista, y eso te guste o nó, se lleva toda la vida con uno.- sentenció Papá.
Dichas estas últimas palabras los tres se levantaron y me dejaron solo con la copita de anís y el peso de la tremenda verdad
4. Susana Mabel (72), suegra : Qué puedo decir de Omar. No mucho, era un buen hombre ; a la nena y los chicos los quería mucho
Héctor (67), martillero : Sí , yo a Omar lo conocía mucho, venía casi siempre a mi oficina y hasta a veces me ayudaba a alquilar algún departamento mostrándoselo a los clientes
Dra. Cristina (30) , psicóloga : Discúlpeme, el secreto profesional no me permite hablar
5. La semana había sido muy dura, muchos disgustos y preocupaciones, pero por suerte tenía -después de mucho tiempo- casi diez horas de soledad en la casa. Se había prometido a sí mismo no mirar televisión ni escuchar radio, nada que lo conectara con la realidad del país, que tanto le dolía. Solo música y de la que le gustaba. Mucho Blues, algo de Jazz, Luís Salinas, El Chango Spasiuk, María Bethania , Mercedes Sosa, Louis Armstrong, Ray Charles , Esteban Morgado , Andrea Boccelli . Su gusto musical era tan ecléctico que realmente disfrutaba de casi todo, salvo el Heavy Metal . Nunca pudo soportarlo . Los CD desfilaban uno tras otro por el reproductor. Estaba tranquilo, casi feliz
Era un día, literariamente hablando, muy productivo. No había cesado de escribir desde la mañana temprano, estaba ansioso por empezar a corregir y darle mejor forma a lo ya hecho
De pronto sonó el timbre, dejó la computadora para atender el portero. Eran los muchachos de la recolección vendiendo bolsitas de residuos, lo despachó rápido y volvió a sus tareas literarias.
No había pasado más de un minuto cuando volvió a sonar el timbre, esta vez era un pibito para ver si tenía ropa para regalar o alguna moneda; le contestó de mala gana que no que nó tenía nada, y volvió a la computadora.
Otra vez sonó el timbre , molesto atendió : Nó, no quería que le cortaran el pasto
El cursor titilaba sobre el documento de Word , pero sus dedos estaban inmóviles sobre el teclado ( apenas apoyada la yema sobre las teclas, los montes de la luna y de venus de ambas manos apoyadas en el escritorio, los dedos curvados y apenas levantados) como si fuera un tigre a punto de dar el zarpazo a una inspiración que se había escapado.
“ La puta madre que lo parió no se me ocurre nada. La concha de la vaca y la reputisima madre que lo recontramilpario.” Solto la puteada . Se sintió momentáneamente aliviado y fue a calentar el agua para el mate.
6. En la oscuridad me entretuve mirando la brasa prendida del cigarrillo que se reflejaba contra el ventanal, mientras el humo hacia volteretas caprichosas y figuras fantasmagóricas. Dormitabas apenas, con una respiración silenciosa y tranquila que no se condecía con la turbulencia de nuestros cuerpos algunos momentos atrás. Aun seguía viendo tus ojos claros e increíblemente bellos , atravesándome de par en par hasta el fondo del alma. Te saqué suavemente el pelo que caía sobre la cara; la presión de tu cabeza apoyada en mi brazo hacia que empezara el cosquilleo típico del calambre, pero nada importaba; lo último que quería era romper el momento. Una inmensa y hasta entonces desconocida sensación de paz me inundo.
7. Con el mate en la mano y el termo lleno, Omar , se sentó frente a la computadora, tratando de volver a escribir, creyendo o buscando -pobre iluso- , que la escritura aliviaría la ira y el enojo, que a medida que las palabras fluyeran el nivel de bronca y odio iría bajando hasta desaparecer. Nada más alejado de la realidad. El enojo lo iba ganando a medida que pasaba el tiempo y el documento de Word seguía en el mismo lugar donde lo había dejado.
Lo que había escrito no le gustaba para nada; sentía que eran solo palabras incoherentes, sin sentido, mal escritas, ilógicas.
Cerca de las cinco de la tarde, se fue a la cocina a prepararse un café con leche, tenía algo de hambre. Sin querer alguien había dejado olvidado el diario del domingo sobre la mesada. En primera plana y con letras grandes de molde estaba la noticia que le llamo la atención “El reciente 29 de abril de 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó el contrato del proyecto del tren de alta velocidad - 320 km/H - con tecnología francesa .La obra tendra un plazo de ejecución de 4 años y un coste de 4.000 millones de dólares , financiados al 12 % anual . Siendo el primer sistema en Latinoamerica”.
No quiso leer mas , mirando la tapa del diario , dijo : -¡Estos tipos están todos en pedo! , mientras la gente viaja para ir a laburar todos los días , peor que vacas, o se caga de hambre en el conurbano, piensan en trenes bala. Y nada mas ni nada menos que por cuatro mil palos y al 12 %- Se tomo el café con leche de un solo trago, quemándose. Volvió a la computadora …
8. La decisión de tener hijos no fue nada fácil. Por supuesto Melinda lo quería a toda costa. Yó que hasta ese momento, no le había contado nada de mi historia, dudaba terriblemente. Al final me convenció.
Cuando nació Juliana me sentí aliviado. El hecho de que fuera mujer me daba cierta tranquilidad, aunque no podía olvidar a la tía Adelaida . Pero cuando llego Nicasio , entonces sí me preocupé.
Ideé en ese momento una estrategia que me pareció brillante, por lo efectiva y simple
Tenía que lograr que Nicasio no se hiciera peronista; privarlo de la posibilidad de ser padre me parecía demasiado duro y cruel. De modo que oculte a sus ojos mi militancia y fervor por el General. En casa estaría prohibido terminantemente hablar de Perón.
Comencé a obligar a Nicasio a leer la doctrina radical, a estudiar y admirar a Alem, Irigoyen, Balbín, Illia. Pasaba por video los discursos de Balbín, hasta hablaba despectivamente de “los cabecitas” lavándose las patas en la Plaza el 17 de Octubre, ya que prefería -una barbaridad– que Nicasio se haga gorila antes que peronista. Le repetía constantemente hasta grabar en su mente las frases célebres de Balbín como "El que gana gobierna y el que pierde ayuda" y otras como el del famoso discurso de despedida frente al cajón del General: “No sería leal si no dijera que vengo en nombre de mis viejas luchas,… Este viejo adversario despide a un amigo". No solo eso , desde los cinco años y hasta pasados los diez , en cada fiestita familiar el nene tenía que recitar ese discurso de Balbín, por supuesto provocando el disgusto de todos los varones de mi familia.
Pero fue todo inútil…. Apenas entro en la facultad, mi hijo Nicasio R. comenzó a militar en la J.P. y de allí no salió nunca más
9. … Pronto se dio cuenta de que su temperatura corporal aumentaba, y que un calor tremendo desde las extremidades inferiores, como si la sangre le hirviera, le subía hasta la altura de la rodilla , a través de la piel delgada y pálida vio con asombro como la sangre le burbujeaba en las venas
¡Ya empezó, Iedraverde y la reputa madre que te parió! De un solo impulso se metió en la bañera, abrió la canilla de agua fría y el burbujeo ceso.
Estaba solo .Tenía miedo . Ni siquiera pudo alejarse del agua fría para buscar un toallon; temblaba y su piel se ponía morada.
10. ¡Y qué mierda sé yó Doctora como empezó esto! No lo sé. No tengo referencias precisas , algún leve recuerdo de conversaciones escuchadas al pasar: Mi bisabuelo en la guerra civil española defendiendo La Republica contra el golpe de estado de julio del 36; el viejo vivía en Luno, pegadito a Guernica así que calculo que se comió el bombardeo de lleno.
Mi bisabuelo debía tener a lo sumo 18 años cuando vino a la Argentina. Nunca hablo ni dijo nada, como corresponde a un vasco duro y curtido; hay cosas que no se dicen, y la verdad, Doctora me parece bastante estúpido venir acá y pagar una sesión para hablar de mi bisabuelo.
11. Papá llegó del trabajo más tarde de lo habitual, pasada la una y media de la tarde y con la bicicleta pinchada; estaba particularmente molesto y muy acalorado. Yo tenía entre siete u ocho años, no me acuerdo muy bien, pero si me acuerdo que era sábado, y hacía calor , seria cerca del verano.
El viejo se fue a lavar a la pileta del patio como hacía todos los mediodías antes de sentarse a comer, y fue en ese momento que, abriendo la canilla se dio cuenta de que no había agua. Pegó el grito: ¿Qué pasa?. No hubo respuesta. Nosotros, cada uno en lo suyo. Pregunto de vuelta gritando más fuerte y como nadie le contestó empezó a agarrar a las trompadas los azulejos de la pileta y a putear quejándose por toda su vida de una manera que nunca habíamos escuchado.
El viejo se cortó la mano y salpicó sangre por todos lados. Mamá al sentir los gritos salió corriendo de la cocina y trató de calmarlo. Yo estaba quieto, muerto de miedo, en el vano de la puerta que daba al patio
Mamá empezó a gritar: ¡Tráeme agua, tráeme agua! En ese momento, a Papá se le reventó una vena de la nariz, reacción común en él cuando la presión se le iba a las nubes. Las salpicadas de sangre eran apoteóticas .
La vieja le sacudió el baldazo de agua fría que yo le había acercado, y después, no sé cómo hizo, le metió la cabeza en un fuenton de aluminio con cubitos de hielo donde poníamos la cerveza .
Papá se calmó.
Yo limpié la sangre de los azulejos
12. Omar , buscó un hematólogo en la cartilla de la obra social y pidió turno
-Buenas tardes señorita, tengo turno con el Dr.Iedraverde.
-¿Su nombre?
- Omar R
- Tome asiento por favor , ya lo llama el Dr.
Pasaron por lo menos 30 minutos ¡Omar R.!
-Sí Dr., buenas tardes .
-Que lo trae por aquí?
-Bueno Dr. el motivo de mi consulta es porque desde hace un tiempo tengo algunas dudas y la verdad no conozco a ningún hematólogo, de modo que me he decido a pagar la consulta para poder preguntarle específicamente ¿ es posible que la sangre humana hierva?.
- ¿Como dice?
-Si es posible que la sangre humana hierva-, repetí sin prestar atención a la cara del Dr. Iedraverde.
-Bueno, le diré amigo … Rara pregunta la suya. Míre, no se puede ver la sangre como si fuera agua, no es lo mismo aunque sea líquida .Sus componentes son plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas … Si la expone a altas temperaturas no va a ver a la sangre “hervir”. Sus componentes se deterioran; por ejemplo: el plasma que es la parte líquida, los eritrocitos o glóbulos rojos, se destruyen al igual que los glóbulos blancos; y las plaquetas que son las encargadas de la coagulación , se condensan o evaporan. La sangre, Omar , no tiene la capacidad de hervir. Sus componentes a una determinada temperatura se “espesan” se hacen mas densos . Lo que le pasa al huevo cuando lo pone a freír ,¿vió? , es lo mismo; se espesa, ¿me entiende?
13. Luego de un rato debajo del agua fría , Omar se animó a salir de la bañera , temblaba , buscó un toallón y empezó a secarse. A entrar en calor nuevamente .
Se dio cuenta al fin de cómo funcionaba el mal. Empezas a hervir por dentro, hasta que simplemente te evaporas, se dijo, al fin de cuenta estamos hecho en un 70 % por agua , tenemos más de 45 litros de agua en el cuerpo . - Tengo que avisar a Papá –
Salió del baño corriendo , aun descalzo y húmedo, su cabeza era un torbellino de sensaciones y recuerdos de lo acontecido en el día, los timbrazos, el tren bala , el Word inconcluso , la sangre burbujeando, el tren bala , por más que trataba no podía sacarse el tren bala de la mente.
Se resbalo en los cerámicos lustrados del baño . Flor de porrazo. Y mientras se refregaba la zona golpeada para calmar el dolor, entró en la etapa final de la enfermedad, la que nadie le había contado, la que nadie conocía : Empezó a generar bronca, mucha bronca, convertida en una entidad independiente de su voluntad. Su temperatura empezó a subir , con mayor virulencia y rapidez, en instantes alcanzo los 65º y más . Rompiendo toda lógica la sangre de Omar ¡Hervía! . Y empezó a disolverlo de adentro hacia afuera, así de simple, así de sencillo, hasta que lo evaporó.
14. Melinda y los chicos llegaron a la casa como a las siete de la tarde. Les llamó la atención que todavía estuvieran los postigones abiertos. Encontraron el toallón tirado al lado del teléfono que está en el distribuidor cerca del baño y la computadora prendida con el cursor titilando, desafiante sobre el documento de Word abierto. Había un olor muy raro, como a azufre y a pelo quemado. No necesitaron saber más. El momento que por años temieron había llegado
15. Eduardo (50), Amigo jujeño: Nó, no pudimos verlo. El velorio se hizo a cajón cerrado. A mí me toco decir unas pequeñas palabras; él era mi “ñaño”.
La sensación que tuve fue que a nadie de la familia le sorprendió su muerte.
Un excelente tipo, algo caliente sí, pero muy buen tipo
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