Oscar R. Ruiz

(en algún lugar tengo que poner y mostrar lo que escribo. Hasta ahora, no encontré uno mejor que éste)

El blog de Oscar Ruiz

13/2/13

EL RELATO DEL MES : FEBRERO

Sin mayores pretenciones, seguimos despuntado el vicio con algunos relatos, Acá dejo el de Febrero. Ojala les guste.


EL RELATO DEL MES :  FEBRERO 2013






Barrio feo, boliche feo, caras feas. Decididamente: es un lugar feo.  Pero tengo que hacerlo, no hay otra alternativa, así que apuro el paso y entro al bar.

―¡Hola!.
―Que te traigo, flaco.
―Una Coca con  Fernet. ¿El baño, jefe?.
El tipo  señala  con la cabeza una puerta pintada de verde fluo. Mientras camino hacia ella, alcanzo a decirle: ¡Sin hielo, y que el Fernet sea Branca!.
Ojala este  medianamente limpio y usable, pienso. Abro la puerta y verifico una vez más, que jamás se hacen realidad mis pensamientos.
Cuando vuelvo, sobre la mesa de formica hay un vaso lleno hasta la mitad  con Fernet ¿Branca? , dos hielos y una Pepsi abierta sin servir.  La facha del tipo que atiende  no me  da para hacer reclamos. Tengo que tener presente que acá no juego de local, y el ambiente no es el de Puerto Madero.  
La bebida no es lo único que encuentro. Está sentado en la mesa un  muchacho que sin ningún tipo de problema se empieza a tomar mi Fernet ¿Branca?  sin agregarle ni una gota de Pepsi, y otro muchacho un poco menor, sentado  en la mesa de al lado. Esperaba otra cosa, estos son dos tipos comunes y vestidos un poco raro, como se visten ahora, ¿no? Gorrito yankee con visera, buzo dos talles más grandes y pantalones que parecen cagados. Nunca entendí esa forma de vestirse, pero bueno no es asunto mío. Me arrimo, digo hola  y amago a sentarme. El  de mi mesa, me mira, el otro  prende un faso. Me inunda el olor a marihuana.
―¿Quién te manda a vos?  ―me pregunta
―Nicolino. Nicolino me manda. El de la 39, sabes quién es no?  el que tiene la ferretería, que es pelado y que además se…
―Ta’ bien, ¿te dijo como es este negocio?.  
―No, no. Para nada. De eso no hablamos, no correspondía,  me dijo que él no se metía, que no iba en nada, que solo me hacia el contacto y que ustedes me lo explicaban todo y además  que cualquier cosa yo po...  
―Pará. Pará. Habla menos chabón, habla menos. Pará la oreja, porque no lo digo otra vez. Me traes una foto y me pasas la data que tengas del quía, donde vive, donde labura, todas las boludeces que sepas del quía. Lo estudiamos y después te digo.  En un par de semanas te llamo. Yo te llamo, ´tamos.  Mañana estate acá a esta hora. Le dejas las cosas al Tucán, el de la barra, el narigón. Yo te llamo Chau. Paga y tómatelas.
Ya es mañana, volví al bar, a la misma hora, le deje el sobre con los datos al tipo de la barra, el tucán y me fui.
Pasaron como dos semanas y me llamaron. Me dijeron que vaya al bar a las nueve. Fui. El tucán apenas me dio entrar, agarro una botella sin etiqueta,  tenía un líquido negro que de lejos parecía Fernet. Sirvió un vaso grande le puso dos hielos y abrió una Pepsi. Me trajo todo a la misma mesa donde me había sentado unos meses atrás. Con la cabeza me señalo la puerta verde fluo. Me fui al baño. Cuando volví estaban los dos pibes.
 ―Bueno jovato, tenés suerte. Agarramos el laburo. Tardamos en hacerlo un mes, más o menos. Te sale treinta lucas. Nosotros te avisamos cuando está hecho, ´tamos, nos traes mañana la mitad de la guita, y antes que cerremos   pones la otra mitad. El laburo no es fácil, el  quía es conocido y tiene muchos contactos, después, si te he visto no me acuerdo, ‘ tamos, ojo una vez cerrado no hay marcha atrás, eh. 
―Bueno, bueno  está bien, pero no sé si para mañana consigo la plata, te puedo armar algo de efectivo y un cheque para la semana que viene, ¿te parece? 
―¡Vos sos pelotudo o te haces!. Venite con  la guita, si nó,  no hay laburo, ´ tamos, la traes acá chabón,  quédate tranquilo que nadie te va a tocar, saben que es para nosotros. Chau. Pagá y tómatelas.
Me dijo y se mando de un trago el vaso con el Fernet sin Pepsi. 
Otra vez es mañana, misma hora, misma mesa, llevé la plata, apareció el flaquito.
 ―¿Tenés el paquete?.
―Si.
―Mejor. Toma este celu, no se lo mostras a nadie, ni le das el numero. A este teléfono te  vamos a llamar nosotros, por cualquier cosa. Cuando el laburo este terminado lo tiras al riachuelo, ´tamos. 
―Si, si,  estamos, está bien, pero quería decirte algo antes.
―¿Qué queres?.  
―Dos cositas nada más, la primera como sé que no me van a joder.
―No lo sabes, esto es así, jamás dejamos un trabajo sin hacer, somos los mejores en este negocio, por algo nos viniste a ver.
―Bueno está bien ahora…la segunda,  como te digo, eh. Mira,  está todo bien, pero la verdad es que es un poco caro,  la cosa esta  difícil, el trabajo se cayó mucho, ya no es como antes.
―Qué te pasa, ¿te estás arrepintiendo?, el precio es ese, ya te lo dijimos chabón.
―No, no, nada de eso, solo que pensaba, como es mucho, viste, si no podían hacerme una atención, como un plus viste, que se yo, algo más, yo tengo muchos conocidos que les darían trabajo seguro, y si  yo estoy conforme mis referencias valen. Yo les pago las treinta lucas, como arreglamos, pero hagan un esfuercito, no les cuesta nada, ¿si?. Les dejo los datos de otro, es fácil, es como qué hacen  un combo, dos por uno, va a ser fácil ¿te parece?.


Me fui  del bar, bastante satisfecho, mientras ponía en marcha el auto pensaba que me costó como media hora  convencer al flaquito, pero al fin, terminé haciendo negocio, es cierto,  sigo siendo bueno para negociar, no hay caso, al final tuve que poner cinco lucas más, pero, bueno, el paquete  no es caro, treinta y cinco por dos no esta tan mal, me hubiera costado sesenta, tengo que verlo de esa manera. Javier se lo merece,  es un flor de hijo de puta y mal bicho; y yo, no solo no me animo a suicidarme, sino que además le tengo pavor a las armas.

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