Oscar R. Ruiz

(en algún lugar tengo que poner y mostrar lo que escribo. Hasta ahora, no encontré uno mejor que éste)

El blog de Oscar Ruiz

31/7/12

LA INSOPORTABLE COMPULSIÓN DEL FACEBOOK


Al fin llegó el día esperado. Temprano, lo primero que hizo fue correrse hasta la casa del vecino de enfrente  —el más confiable de toda la cuadra—. Le dejó una copia de la llave de su casa,  la clave de seguridad de la alarma y le encargó  “ Cachito, pegame una mirada, prendeme la luz del frente y alguna otra , así parece que hay gente viviendo” .  Después se fue hasta lo de su tía, esta vez,  con la copia de la llave y la clave de seguridad, le dijo : “Tía, andate a la mañana a casa,  levantate las cortinas y apagá las luces”.   A la señora que limpia, le pidió que de todas formas, aunque ellos no estén, dos veces por semana baldee la vereda y haga algo de movimiento por afuera, siempre para que los potenciales ladrones piensen que la casa está habitada.   Después de almorzar, avisó a la central que monitorea la alarma,  que  estaría ausente por una semana, y les dejó el  número telefónico de un amigo de su confianza  —por cualquier cosa que pasara—.  Metió el auto en el garaje y cargó las valijas y bolsos. Por supuesto para que los vecinos o los extraños, no vieran el movimiento y se dieran cuenta que se estaban yendo de viaje. Después las llevó hasta lo de su suegra, donde las dejó para volver a su casa, ya mucho más tranquilo. Antes de salir  verificó por última vez  que las ventanas, la llave de gas y la reja del fondo, estuvieran bien cerradas, se metió los dólares para el viaje en el bolsillito con cierre  que su mujer le había cosido al calzoncillo  tomó los pasajes, el pasaporte  y ahora sí, al fin,  llamó al remís. Le indicó al remisero la dirección de la casa de su suegra, y hacia allá fueron los tres:  él, su mujer y su hija. Retiraron las valijas que había dejado por la mañana y siguieron hasta la terminal de Tienda León para tomar el micro que los llevaría a esas tan ansiadas vacaciones de una semana “All Inclusive” en el Caribe.

A las ocho  horas,  en Ezeiza, tomó una foto con su Blackberry  y  la subió a  su muro de Facebook.  En ella estaban todos muy sonrientes. Debajo en el epígrafe  decía  “En el pre-embarque”.  Muchos de sus  cuatrocientos cincuenta y ocho “amigos”,  cliquearon “Me gusta”,  seis o siete preguntaron  dónde se iba de viaje, todos les desearon felices vacaciones. Los ladrones  no pusieron nada, solamente  tomaron debida nota de la situación.


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