Oscar R. Ruiz

(en algún lugar tengo que poner y mostrar lo que escribo. Hasta ahora, no encontré uno mejor que éste)

El blog de Oscar Ruiz

17/1/13

EL RELATO DEL MES : ENERO

Amigos,  este 2013, me he propuesto subir un relato mensual al blog. (sin muchas pretensiones, como para despuntar el vicio, nomas) . Aca va el del mes de ENERO




ENERO 2013

  
Camino.  Algunos días.
Sólo camino.
Sólo algunos días.
Como hoy.
Es una necesidad imperiosa, urgente, casi visceral la que me domina. Y al caminar siento que  el movimiento de mis piernas, me alivia. Un paso  tras otro,  un pie tras otro.  Sentir  en el suelo  la planta de los pies,  sentir el suelo en la planta de los pies. Es una conexión básica para mí.
La urgencia, como toda urgencia me viene de repente en forma y lugares inesperados casi compulsiva.  Sólo atino a sacarme los zapatos y las medias y arrancar. No importa si estoy en una reunión de directorio,  en la sala de espera del dentista o en el brindis de fin de año.  Sólo tomo los zapatos en mi mano y empiezo a mover mis pies, uno tras otro, uno delante del otro. Eso es alivio. Sentir el frío mosaico, el cemento de las calles, las  imperfecciones de las veredas, las pequeñas piedras.
 Camino y mi mente divaga en nada, o en todo. Mientras los músculos de mis piernas se tensan y sostienen mi cuerpo.  
En una época mi obsesión era tal,  que  compré  y leí todos los manuales y libros, que detallaran el proceso físico de caminar y estuvieran a mi alcance. Aprendí tanto como un estudiante de medicina avanzado.  Descubrí perfectamente las ventajas de caminar  como  entrenamiento cardiovascular,  el  manejo del pie en las fases de contacto y de balanceo  para que el cuerpo soporte las tensiones adecuadas,  el cuidado de los músculos   isquiotibiales, cuádriceps, gemelos, tibial anterior y psoas; los glúteos, así como los estabilizadores de la cadera (abdominales, lumbares). La importancia  del braceo que  mantiene la postura por medio del trabajo del deltoides, bíceps y tríceps.   Por supuesto no podemos olvidar el músculo más importante de todos:  el corazón.   
Está demostrado que el corazón de una persona que camina  de forma habitual es mucho más fuerte que el de una persona sedentaria.  Las paredes ganan grosor y los ventrículos aumentan su tamaño de manera que, con cada latido, nuestro mismo corazón puede bombear más sangre y, en consecuencia, el pulso en reposo baja considerablemente.  Finalmente, caminar  exige una demanda de oxígeno mucho mayor que la que necesita una persona en reposo,  y ésto hace que el   músculo del diafragma trabaje como un resorte empujando a los pulmones  y relajando los músculos interscostales .
                Pero ésto es ciencia. La realidad es que la maravilla del cuerpo humano ejecuta los movimientos total y absolutamente inconsciente de su magia y divinidad   Y la sangre  va y viene por mis venas y arterias.  Hasta la puedo sentir fluir. Siento que  mi sangre llega hasta los talones y desde allí pega en el suelo con la fuerza necesaria para rebotar hacia el corazón y sigue hacia el cerebro una y otra vez, una y otra vez. Una y otra vez.
                Camino solo. Siempre. En silencio, porque mi necesidad no es hablar o conocer gente, mi necesidad es caminar, algo tan simple, pero difícil de entender por algunas personas. Siempre es difícil entender la necesidad del otro.
                Algunas veces camino hacia el Norte, otras me dirijo al Sur, nunca hay un rumbo definido, un itinerario fijo, porque éso no importa, el destino, digo. Lo que importa es caminar, Simplemente caminar. Algunas veces camino tanto, que sólo tomo conciencia y me detengo cuando veo mis pies sangrando.  A veces desaparezco durante días. Mis afectos ya saben, por lo tanto no se alarman, simplemente  esperan mi regreso.  Y cuando regreso siempre, siempre soy diferente.  Como si el exceso de oxígeno que incorporé a mi cuerpo y a mi cerebro, me hiciera más lúcido, más inteligente. Me iluminara el pensamiento. Me convirtiera en otro.
                 Porque siempre cuando estoy volviendo, alguien me reconoce en algún lugar de la ciudad, y me llama o me saluda, pero me cambia el nombre.  No sé por qué razón la gente  parecería que se confunde. Yo al principio les decía que no me llamaba así. Que ese no era mi nombre. ¡Señor usted está confundido con otro!. Pero la verdad es que ahora me cansé de corregirlos, porque siempre ellos me dicen: ¡Andá. Qué te vas a llamar Oscar, si te conozco de pibe Eduardo! O Luis. O Roberto y no sé cuantos nombres más.
Con las mujeres pasa igual. Me llevan a su casa, que dicen que es la mía o lo que es peor “la nuestra”. Y algunas tienen chicos , que hasta me dicen Papá.
Siempre me quedo algunos días con ellas, después me viene la urgencia y vuelvo a caminar.
De manera que debe ser cierto.  Debe ser así nomás, digo, que me convierto en otro.

3 comentarios:

  1. Cuando al leer un texto no puedo detenerme hasta la última palabra es porque ME ENCANTÓ Oscar!!!!!!!!!!!

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  2. Muy bueno Oscar, me gustó no solo en contenido sino también en el ritmo interno que tiene.

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