Acá estoy escribiendo, bastante temprano, este último
domingo del 2012, a solo un día de fin de año. Terminándolo quizás como lo comencé,
aunque ya no recuerdo, quizás también lo empecé escribiendo. Forzándome, obligándome
a no hacer un balance del año, asunto que teniendo en cuenta mi
personalidad, se torna casi inevitable. Con proyectos, a medio
terminar, en movimiento. Otros que aún no se han comenzado siquiera a materializar
y siguen dando vueltas por mi cabeza, esperando el momento adecuado para ver la
luz. Hubo mucho escrito, mucho aprendido, premios, partidas, halagos, dolores, crecimiento, vida, sólo vida. ¡Qué más!.
Año movilizado, muy movilizado, pero bueno. Que el que viene traiga lo mejor
para todos y cada uno.
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