tag:blogger.com,1999:blog-20365007039669506632024-03-19T07:34:50.799-03:00Letras y otras yerbas Escribimos y materializamos los pensamientos en palabras. Transformamos lo abstracto en material, lo fantástico en creíble. Nos desapegamos de nuestros sentimientos.
Pero, ¿es para siempre? Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.comBlogger77125tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-92025850078295520172023-09-07T19:42:00.000-03:002023-09-07T19:42:28.985-03:00<p><span style="font-size: large;"><u>EL RELATO DEL MES : GOTA DE MIEL</u></span></p><p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhNLOIG2XfUoA-AxuX5CDEEW66B39QzqYYoPjEk78LbnZE-uElpWPpwaGjstaFdKn2x-KX4ZKndCTqE0HJZwaSt7KwRdn1nlPcSS3Tls9tv_rUZs1GIuItPOxseYRFBWGsmThm513xX0_fL4ODCI17z0aalCQMAuhgPcAEZC6omOoFHPK5NmPcK6IoPVdY" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1350" data-original-width="1080" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhNLOIG2XfUoA-AxuX5CDEEW66B39QzqYYoPjEk78LbnZE-uElpWPpwaGjstaFdKn2x-KX4ZKndCTqE0HJZwaSt7KwRdn1nlPcSS3Tls9tv_rUZs1GIuItPOxseYRFBWGsmThm513xX0_fL4ODCI17z0aalCQMAuhgPcAEZC6omOoFHPK5NmPcK6IoPVdY" width="192" /></a></div><br /><h1><u>Gota de miel <o:p></o:p></u></h1>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El
avión al fin logra aterrizar después de
dos horas de vuelo bastante movido. La cara de los doce desconocidos
compañeros de viaje lo confirma. También
el hecho que ninguno aplaudió. No sé porque le encanta hacer eso a la
gente que viaja en avión. Una costumbre ridícula; como si uno debiera
aplaudir a un mozo porque le sirvió correctamente el vino o al mecánico porque
arregló bien el auto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Amaneció
hace poco, el sol no tiene fuerza y el viento hace de las suyas. El frio se
nota. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es
una sensación rara la que tengo, la que me provoca volver a pisar el suelo de
mi provincia natal después de tantos años. Mientras apuro el paso atravesando
la pista hacia el pequeño edificio en fila india junto a los otros<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pasajeros, pienso que vamos como<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hormigas hacia el azúcar,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pero en lugar de azúcar hay valijas. Pocas,
porque la mayoría de la gente viaja muy ligero de equipaje. Trámites, negocios,
situaciones pasajeras, maletines caros, bolsos de mano pequeños. En esta época
la gente ya no viaja para encontrarse cara a cara.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Sólo a una señora mayor<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>han
venido a recibir sus hijos y sus nietos. Se queda esperando las valijas. Los
demás desaparecen<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>apurados en busca de
un taxi. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Voy
al baño y decido tomarme un café y un tiempo.<span style="background: fuchsia; mso-highlight: fuchsia;"> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y es lo que hago.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El pequeño aeropuerto, ahora quedó
prácticamente desierto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pido un auto, el
chango que abre las puertas por una moneda pega un chiflido y un Peugeot 504
estacionado a la sombra de un algarrobo se acerca hasta la dársena donde
estamos esperando. El chofer tiene pinta de turco, o de árabe.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">--Buen
día señor , ¿Qué tal el vuelo? –me dice el chofer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">--Al
hotel Libertador<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>–le indico solamente
por respuesta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>No son las nueve de la mañana y el
calor se está tornando insoportable.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Me
saco la corbata y el saco. Abro la ventanilla. Me doy cuenta que a pesar de los
casi veinte años de ausencia, la ciudad no ha cambiado mucho. Un poco más de
pintura, algunos edificios de poca altura, más cemento, más asfalto, los
negocios un poco más modernos, igual pobreza, igual sensación de quietud,
tiempo detenido y estancamiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Llamo por teléfono a mi hermano. No
está. Me atiende una contestadora, le dejo un mensaje: Juan, soy yo Oscar,
recién me bajé del avión, estoy parando en el Libertador frente a la plaza, en
el centro. A la tarde paso por tu casa.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Después aprovecho el tiempo y hablo a mi oficina en Buenos Aires, soluciono
algunas cosas de trabajo y devuelvo algunas llamadas importantes. En el hotel
ya tengo la habitación reservada. Es amplia, en el tercer piso y dá a la
plaza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Apenas me instalo pongo al máximo
el aire acondicionado. Me saco los zapatos y las medias, necesito sentir el
contacto de mis pies con el suelo. Después me tiro a dormir, disfrutando del
fresco<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y la tranquilidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Me
despierto con frio cerca de las tres de la tarde. Tomo una ducha y me
despabilo. Me acerco a la ventana, la abro y el olor de los tilos y los
pochoclos, el murmullo de la gente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la
plaza me golpea sin consideración.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la
confitería del hotel, tomo un café y como algo liviano mientras espero que el
conserje<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me consiga un auto. Es<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hora de ir a ver a mi hermano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El taxi me deja en la puerta de la
casa de mis viejos, la calle polvorienta y la acequia me reciben. El barrio
está igual, desesperadamente igual. Toco timbre. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Juan
me abre la puerta, lo abrazo desde el corazón, un abrazo largo y tierno, del
que me cuesta despegarme. Está muy avejentado, sin duda los últimos años no han
sido fáciles para él. Llora. Mi hermano siempre fue<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de lágrima fácil, al revés que yo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pasá, Pasá , me dice pasándome la mano por el
hombro mientras cruzamos la galería techada. Las puertas de las habitaciones
están abiertas. Me detengo frente a la que fué la pieza de mis viejos. Está
igual que como la recuerdo. No toque nada me dice Juan, no pude. Contigua esta
la habitación donde dormíamos Juan y yo y que quedo para Juan solo cuando yo me
fui a la Capital.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Todavía están las dos
camas. Veni, vamos al patio me dice Juan, que está más fresco. Nos sentamos a
la sombra del ciruelo, donde aun esta el juego de jardín. Ahora hay dos sillas,
de madera y lona,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de esos que son como
de director de cine rodeando <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la
vieja<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mesa de cemento revestida con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>millones de pedazos de azulejos de todo tipo
y color.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Que queres tomar, tengo jugo
fresco y gaseosa, me invita, le acepto un vaso de jugo. Juan se va a la cocina
a buscar el jugo. Aprovecho y el pego una mirada a la casa. Está bastante mal
mantenida se nota el paso de los años, la falta de pintura, de arreglos, en fin
la falta de plata. Juan viene con una pequeña bandeja trae una jarra con jugo
dos vasos y una fuente con ciruelas. Esta contento, se nota.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hablamos con Juan de mamá y de papá un rato
largo, me cuenta cosas, anécdotas, momentos lindos y no tantos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tenemos
que hacer cuentas, le digo, por la enfermedad del viejo, viste. El tiempo
afuera del país, los viajes, vos sabés… Sí,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>yo sé…,me dice mi hermano sonriendo, yo sé, pero por la plata olvidaté
de ninguna manera.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Insisto pero Juan no
quiere saber nada, no hay forma. Le digo que voy al baño. Aprovecho, le abro el
botiquín y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al lado de la espuma de
afeitar le dejo el sobre con el dinero que traje preparado. Siempre fue muy
orgulloso, de otra manera jamás me lo aceptaría. Regreso y seguimos hablando.
En un momento el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se levanta, me dice que
va a traer unas fotos. De los últimos años de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>papá<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y de cuando éramos chicos y
vivíamos en el campo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lo veo entrar en
la pieza a buscarlas. Me quedo solo bajo la sombra de la higuera, la tarde que
cae<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y el olor a mi casa de siempre. Casi
inconsciente, de manera automática<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>estiro la mano hasta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la canasta
con ciruelas que está sobre la mesa,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>ciruelas amarillas, muy pintonas. Agarro una, la huelo y después<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me la llevo a la boca.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¡</i>Humm! ¿Gota de miel o gota de
oro?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¡Humm!…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>si gota de oro, seguro que es gota de oro,
pero debería ser gota de miel, me gusta más, suena mejor, por lo dulce. Qué
placer, tantos años, la verdad. Tengo toda la boca inundada con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>este néctar dulce y fresco, tremendamente
dulce,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tan dulce como estar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en los brazos de mamá, en el patio de tierra
en el campo, en el monte, esa sensación de meter en verano las manos en el
fuentón de chapa, lleno de agua con hielo y ciruelas, jugar a no mirar, a
encontrar las más jugosas y maduras sólo por el tacto y una vez que la elijo,
la presiono un poquito, levemente para sondear su resistencia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a ver si puedo adivinar que tan<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dulce es, y humm la boca se me llena de
saliva y las papilas se abren a pleno y después, siempre con los ojos
cerrados,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me llevaba<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la ciruela<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>a la nariz para aspirar el olor, el aroma, a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>bosque, a campo, a sol, a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>libertad. Que regalo me da la vida hoy.
Volver a saborear estas ciruelas, ¿gota de miel o gota de oro? no gota de oro,
sin duda…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tantos años que me fui del
campo, de mis pagos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la última vez que
probé una ciruela de éstas fue la que me dio mamá cuando me subía<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al tren que me llevaba a la Capital,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el paquetito con dos o tres cosas
más,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>yo era muy pichón, apenas
tenía<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>quince años, toma mi amor, cuidaté
mucho, nunca más encontré esas ciruelas, ese sabor, hasta hoy. Hasta hoy. Un
dulce que me llena la boca,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi alma…
hasta me chorreo y lo disfruto, otra quiero, quiero otras. Muchos años sin
volver a sentir esto. disfrutar de esto, como cuando era chico y me trepaba a
los árboles a cosechar las ciruelas, y Juan<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>desde abajo me grita que no suba tanto, tan alto, que te vas a caer, que
me voy a caer, bajaté que te vas a caer, no seas loco, pero yo no le hacía caso
porque ya sabía muy bien que las mejores, las más dulces estaban en la punta
del ciruelo, donde el sol pega más fuerte y a pleno, y el frio de esas noches
en el campo donde el cielo es como la frazada que teníamos, oscura pero con un
montón de agujeros de polillas por donde se colaba la luz<i style="mso-bidi-font-style: normal;">, </i>el pasto frío por el rocío, el corazón caliente y mi mamá que
cuelga la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ropa, las sábanas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sol
ondean libres y chasquean el viento bravo de enero y el olor… el olor a jabón
blanco, a ropa limpia, a sol, a ciruelas, ciruelas gota de oro, a ciruelas gota
de miel…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Mi hermano regresa de la pieza con
un albún y una caja de cartón<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>llena de
fotos y se detiene sorprendido, me encuentra<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>con la boca llena, chorreado de jugo de ciruela, una<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ciruela en cada<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mano y a punto de agarrar otra del canasto.
Uu, digo, riéndome como un chico atrapado en su travesura, están buenísimas,
mientras me limpio la boca con la mano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Las horas pasan entre fotos y
recuerdos. Cuando me doy cuenta es de noche. Lo invito a comer un buen chivito
y tomarnos un vino áspero,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como en los
viejos tiempos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Antes
de salir<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y sin que él se dé cuenta,
agarro otra ciruela del canasto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Salimos
abrazados, nos empujamos y boxeamos en broma.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos
reímos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Me guardo un carozo de ciruela
en el bolsillo del pantalón cortito<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-36042691526734853762023-08-02T20:30:00.004-03:002023-08-02T20:30:44.476-03:00El relato del mes : La calesita de sus dias<p> </p><h1><u><span style="mso-fareast-font-family: Batang;">LA CALESITA DE SUS DÍAS <o:p></o:p></span></u></h1>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 64.4pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 64.4pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"> </span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> El avión es un silencio
lleno de respiraciones pesadas, el roce
de alguna espalda contra el asiento y el cuchicheo sibilante de varios. Irineo
no pudo dormir en toda la noche. Está
nervioso. Los recuerdos van y vienen, se mezclan, le dan continuidad a su
vida, llenan los silencios: La barba
negra y el pelo largo, su mujer, con su hijo en brazos despidiéndolo en la puerta del departamento,
sin palabras pero con esa mirada profunda hacia sus ojos, la sonrisa suave y la
caricia tibia en su mejilla deseándole suerte. No hubo lágrimas. El sentir del país que dejaba atrás, la
incertidumbre de lo desconocido, el miedo de los que se quedaban. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 64.4pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Se pasa la mano por la
mejilla plateada y se acomoda el poco pelo canoso. Entrecierra los ojos en un
gesto de agobio y cansancio, apoya sobre la pequeña ventanilla helada, primero
la frente,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>después, la mano abierta y
extendida,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como queriendo tapar el
círculo naranja que asoma entre las nubes y hace fuerza por parir un día.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un nuevo día, cualquiera. Un día más para
millones.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Salvo para él.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Irineo está volviendo a su patria, a su
ciudad y a su historia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para poder terminarla.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 64.4pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Las azafatas van y vienen
por el pasillo, verificando que todos estén bien, arrimando alguna manta o
apurando el carro con café.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ahora,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la bonita y morena, con una sonrisa de trabajo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le pregunta<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>qué desea desayunar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pide un café
negro y un poco de jugo de naranja.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Demasiada ansiedad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La distancia le duele tanto como los
huesos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No puede evitar sentirse<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>eco,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el camino que va dejando
atrás,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que se apaga de a poco. Un racimo
de barrio que lleva dentro de él y necesita hacerlo florecer otra vez.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Antes<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>pensaba,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se decía a sí
mismo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se mentía :<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No pasará mucho tiempo antes de que vuelva.
Ahora sabe que no fue así,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>casi treinta
años.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Demasiado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 70.8pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ezeiza,
a las tres de la madrugada es un conglomerado étnico curioso, rostros dormidos,
apurados, alegres por la llegada y el reencuentro o la expectativa del viaje y
los lugares desconocidos. Valijas, bultos, voces altas y alegres. Juan llegó
tres horas antes de la anunciada para el arribo<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>del avión.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No pudo dormir en toda
la noche.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Está nervioso.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los pocos recuerdos que tiene de él no
alcanzan a completar sus silencios.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cuando salió del departamento —sin hacer ruido para no despertar a las
nenas—<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su mujer lo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>despidió<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>en la puerta.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con una mirada
profunda hacia sus ojos, la sonrisa suave y una caricia tibia en su mejilla le
deseó suerte. No hicieron falta palabras.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 64.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Se
pasa la mano por la barba tupida y negra, y se acomoda el pelo largo, en un
gesto típico, que viene desde años.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ahora busca un lugar abierto para tomar algo y
que el tiempo le pase más rápido. Pide un café negro y un poco de jugo de
naranja. Demasiada ansiedad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No puede
evitar pensar en él.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En todos estos años<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la distancia entre los dos fue un misterio,
un follaje, un barrilete de tristeza.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Antes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pensaba,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se decía a sí mismo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se mentía :<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>No pasará mucho tiempo antes de que él vuelva. Ahora sabe que no fue
así,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>casi treinta años.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Demasiado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se perciben desde lejos, aún antes de
traspasar la puerta. Se encuentran y se abrazan.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al fin se abrazan. De verdad, en carne y
hueso. Y en ese abrazo se funden todos los abrazos del exilio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><o:p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-70470490131298033332023-08-02T20:28:00.000-03:002023-08-02T20:28:00.144-03:00El relato del mes : "El tratado de Humberto Halabi" un sencillo homenaje a Alejandro Dolina<h1><u>EL TRATADO DE HUMBERTO
HALABI<o:p></o:p></u></h1>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El
modesto cartel pegado a la puerta de la biblioteca barrial, sobre la avenida Jara —hoja A4 escrita en
computadora, letra Arial 72— dice solemnemente
: “Hoy 16 Hs. - El Tratado de Humberto Halabi. - Su obra maestra.- Conferencia a cargo de Oscar Ruiz”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Reconozco
que despertó mi curiosidad de escritor. Jamás había oído hablar, en las
reuniones literarias a las que asisto, de un tal Humberto Halabi, y mucho menos
de Oscar Ruiz. Su obra me resulta desconocida, y eso, en un escritor que se
jacta de haber leído a casi todos los autores latinoamericanos publicados en
los últimos diez años es casi imperdonable.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Cuatro y diez. Tengo tiempo, mi cita es a las siete. Entré.
Salón modesto, no más de veinte o
treinta sillas dispuestas en filas de a cinco, con un escritorio al frente. Me siento en el fondo, sobre el pasillo, por
si el aburrimiento me obliga a irme rápido. Detrás del escritorio, dos hombres sentados. El que habla, está haciendo las
presentaciones del caso. Calvo, sesenta
o sesenta y cinco años, lentes de aumento bastante considerables, un
saco que huele a naftalina y juega permanentemente con una lapicera entre sus
dedos. El otro —el tal Oscar Ruiz— tendrá alrededor de cincuenta y tres ó
cincuenta y cinco años, morocho, barba
canosa tipo candado y regordete. Me llama la atención —para su edad— la falta de canas y el peinado engominado,
totalmente obsoleto en esta época. Agradeció
las palabras del primero y comenzó la
charla : <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Buenas
tardes. Humberto Halabi abrazó las letras desde pequeño. No tenía aún veintiún
años y ya contaba en su haber con una extensa lista de
composiciones literarias, que abarcaban prácticamente todos los géneros. Había
escrito poesía dramática, comedia, tragedia, lírica, hasta un sainete y una
oda. Utilizó las formas de sonetos, romances y coplas. Escribió en prosa, libre
o pentasílábica. Cuentos y narraciones, ensayos metafísicos, notas de interés y
artículos filosóficos sobre cuestiones existenciales para
el mensuario del club de barrio.
Publicó, con otros
escritores, un par de antologías de
mixtura extraña, en lo que fue su mayor logro hasta ese momento. También y a
pedido de los comerciantes de la cuadra
escribía los textos para la publicidad
de los negocios con una prosa florida y en rima que a las vecinas les
encantaba. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El
lunes de su cumpleaños número veintiuno — 20 de Mayo— sentado en el banco de la plaza Peralta Ramos
—su barrio de siempre— Humberto Halabi
cayó en la cuenta, que tenía una gran
materia pendiente. Jamás había escrito
una sola línea, referida a lo más
importante y trascendente que ocurre en la vida de una persona, y el solo hecho
de tomar razón de esa falencia despertó
en él la imperiosa necesidad de subsanarla.
<span style="color: red;"> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><i>“</i>¡Es hora de empezar a escribir
sobre la muerte! ¡Qué mejor momento para escribir sobre la parca que cuando uno
está lleno de vida! Mejor conocerla y
fraternizar con ella. Tratar de caerle simpático antes de que venga a
visitarme. Uno nunca sabe” . Razonó con
lógica impecable Humberto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Como hombre de acción, entusiasta , esa tarde se abocó a la tarea que él mismo se
había encomendado. Invirtió en un
cuaderno, para dedicarlo exclusivamente a su nueva obra literaria. Comenzó a esperar la inspiración y al ver que
ésta se demoraba, empezó a confeccionar la ficha y escribir las
primeras notas de lo que sería su relato sobre la muerte. Era un escritor muy
profesional con método y
estructura. A partir de ese momento
buscó, recabó y leyó todo lo que encontraba a su paso sobre la temática que iba
a abordar. De esta etapa de su vida
literaria proviene la influencia —innegable— que en él ejercieron los libros y
la manera de escribir del polígrafo
árabe Manuel Mandeb. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A
medida que avanzaba el proceso de creación de su —,hasta ese
momento— historia narrativa, se fue
consolidando en él la idea de realizar una obra magnífica y que lo trascendiera
. Decidió entonces que en lugar de un
simple cuento que hablara de la parca, escribiría un tratado donde consideraría absolutamente todos los aspectos de la muerte. No sólo eso. Se propuso además que
sería el mejor tratado jamás escrito en toda la existencia de la humanidad.
Eligió, por considerarlo simple y contundente, el título : “Manual de la muerte”. En ese momento y debido a su juventud no se
preocupaba por las cuestiones menores como la edición, impresión, publicación,
comercialización y algunos aspectos
legales. Cuestiones que consideró
superfluas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dividió
su obra en tomos, y éstos a su vez
en capítulos acorde a la temática y enfoque que correspondía . Al momento de su desaparición sabemos
fehacientemente que había escrito ocho tomos totalmente terminados y el noveno
estaba en proceso de elaboración. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De
más está decir que semejante obra ciclópea, no encontró editor dispuesto a
publicarla completa. Pocas personas han tenido el privilegio de conocer este
tratado en toda su extensión y magnitud.
Después de una intensa y trabajosa búsqueda contactando vecinos y
familiares pude acceder a ella, en forma parcial, es cierto, pero suficiente
para que el mundo pudiera conocer la valía de su trabajo. Debo comentar que Humberto Halabi, usaba
sólo su cuaderno y su lapicera, luego tipeaba el mismo sus hojas con su Lexicón 80. Se resistía
empecinadamente a utilizar cualquier medio de almacenamiento o soporte
informático para sus escritos, a
pesar que para los últimos años de su existencia, ya se
habían desarrollado y generalizado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y
la obra?. Lo interrumpió a viva voz, una señora mayor, petisita y canosa, con aire galicio,
sentada en la fila 4 junto a dos mujeres un poco mayores que ella. Las
tres muy arregladitas para la ocasión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Allí voy, dijo Ruiz (aprovechando la pausa para
beber un sorbo de agua). Sin demora, comentaré los ítems más relevantes
del tratado escrito por Halabi durante
casi sesenta y seis años de su vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Del
Tomo I del Tratado, titulado “Las diferentes maneras de morir”, sólo se
imprimieron dos ejemplares. Se supone que fue por donde Halabi comenzó su titánica obra. La calidad
literaria del mismo es un poco inferior al resto de la obra. Alcanzó a
enumerar dos mil doscientos cuarenta y
ocho formas diferentes de morir, con una explicación somera de cada una.
Averiguaciones posteriores me permitieron confirmar que al llegar a este
número, Humberto se dio por satisfecho y
comenzó lo que, al tiempo se convertiría
en el tercer tomo. En 1970 confesó a su
más entrañable amigo, D. Olina que había descubierto doce maneras nuevas,
que nunca escribió en el Tratado
—Humberto no corregía ni modificaba sus obras. Nunca—. En 1976, urgido
por aspectos económicos menores, —debía comer y pagar la factura de gas—,
vendió a una productora de televisión norteamericana los derechos. La productora
realizó una serie de programas algo bizarros, titulados “Las 1.000 maneras de
morir” de escaso éxito. Con el dinero del anticipo cobrado Halabi imprimió los dos ejemplares del tomo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> El
segundo Tomo, titulado “El tratamiento de la muerte a través de la
historia y en las diversas culturas” es
uno de los más extensos. En él Humberto
Halabi se explaya sobre el trato que se lé dispensó a la muerte tanto en los
distintos periodos históricos como en
las diferentes culturas. Dividió el tomo en capítulos dedicados a las edades -
Prehistoria, Media, etc. – y a las culturas – Precolombinas, Orientales, etc. y
éstas a su vez subdivididas por continente.
Se destaca, por sobre los demás,<b><span style="color: red;"> </span></b>el capítulo dedicado al tratamiento de la muerte
en el futuro, uno de los más creativos y anticipatorios de toda la obra. Este magnífico tomo, —detalle importante de
mencionar— , se logró imprimir gracias
a colaboración de vecinos, amigos y comerciantes del barrio que
rifaron en Diciembre de 1990, un
lechón asado y una canasta navideña . Con el producido de dicha rifa,
solventaron el costo de la imprenta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El
tercer tomo, sin duda el más importante de toda la obra, está dedicado a la
artes, y precisamente lo tituló “ La muerte en las artes” En él,
Humberto Halabi desarrolla en extenso el tratamiento de la parca, a
través de diversas expresiones artísticas,
como la Pintura, la Literatura, la Música, pasando por el Cine, el
Teatro y hasta el Relato Deportivo, actividad que Humberto sin lugar a dudas
consideraba un arte. Destaco especialmente, los textos dedicados al cineasta Enrique Argenti y su particular
manera de representar a la muerte; la
famosa Exposición de Olores que el pintor Lucio Cantini realizó en 1965 donde logró identificar y reproducir
exactamente el olor a la muerte; el magnífico Héctor Bandarelli, quien en
noviembre del año 2001, relató por radio su propia muerte mientras transmitía
la final de Kimberley – Cadetes de San Martín
y por supuesto la poesía de Jorge Allen referente indudable sobre estos
tópicos, junto a los hombres sensibles
de Flores. Este tercer tomo,
completo y original, tipeado en la Lexicon 80, estaba en poder del Sr.
D. Olina, quien lo facilitó para que saliera a la luz y se hiciera justicia con la obra de quien
fuera su entrañable amigo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 42.5pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por
último tenemos al Tomo IV “ Esoterismo y
simbología”. Conociendo la fascinación
que Humberto tenía por las ciencias
ocultas, es comprensible la creación de todo un tomo sobre esta temática. Algunos puntos tratados en forma sublime son:
Simbología - ¿Existe algo después de la muerte? - La figura de Caronte en la
divina comedia del Dante - Los chamanes
y los brujos de Chiclana: sus potajes
mágicos - La manzana como vehículo de embrujamiento fatal: El caso de la
Bella durmiente, - Los velorios, la epilepsia, y otros mitos urbanos - Las
cartas del tarot, y otros procesos
adivinatorios . Este tramo del “Manual
de la muerte” fue el más difícil y
trabajoso de reconstruir , sin dudas, y
no precisamente por su carácter oscurantista.
Se debió a que, hubo que recuperar los textos originales que se
encontraban en poder de allegados,
familiares, amigos y afectos de Humberto, hasta poder armar nuevamente los
capítulos . Parece ser que —hombre
aferrado a las cuestiones sociales impuestas—
no podía presentarse en algún acontecimiento al cual lo hubiesen
invitado, cena, cumpleaños, fiestas navideñas, aniversarios, o velorios , sin
llevar un presente, una atención o un regalo.
Dada su magra situación económica que no le permitía ningún tipo de
exceso , optó sencillamente por regalar a sus anfitriones ocasionales los
originales escritos con la Lexicon 80.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los
tomos cinco a ocho y el noveno en proceso no los pude hallar,
aunque continúo con el esfuerzo por
encontrarlos. Todos los indicios hacen
suponer que todos o gran parte de ellos han sido destinados a alimentar la
salamandra, única forma de calefacción de que disponía Humberto ante los crudos
inviernos que debió soportar en sus últimos años.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Cuentan los vecinos del barrio de Estación
Norte que una mañana, transcurridos ya del nacimiento de Humberto Halabi 86 años, 148 días, 9 horas y 10 minutos
tocaron a la puerta de su modesta casa.
Después de saludarlo, el visitante lo
invitó cordialmente a mostrarle todo lo
que desconocía para poder terminar su manual.
Humberto tomó su abrigo marrón espigado y se fue con él. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 18.0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Muchas
Gracias y buenas tardes <o:p></o:p></span></p>
<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> </span> </span></p>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-39114372506373790472023-04-27T05:42:00.003-03:002023-04-27T05:43:19.064-03:00El relato del mes : " OTROS MUNDOS " MI ULTIMO DIA EN NUEVA YORK<p> </p><div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; margin-left: 18.0pt; margin-right: 0cm; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<h1 style="line-height: 150%; text-align: left;"><span style="color: #632423; mso-themecolor: accent2; mso-themeshade: 128;">Mi último día en Nueva York</span></h1>
</div>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Hoy
cumplo veinte años y estoy en Nueva York. Para cualquiera sería un motivo de
alegría. Para mí es todo lo contrario. Estoy solo. Extraño a mis afectos. Me
traicionaron y vi derrumbarse mi vida, tal y como la conocí,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en apenas unos días.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ahora
estoy sentado en este banco, bajo la nieve de enero, frente a la fuente del
parque, mientras las horas pasan, sin saber cómo seguir, sólo aferrado a mi
guitarra como si fuera un ancla salvadora, tratando de evitar que la
desesperación me gane, me inunde, cosa que, de por sí es bastante difícil. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
tráfico es tremendo. Me levanto. Estoy a sólo diez cuadras del Blue Note Jazz
Club, mi bar en Manhattan. Hacia allá voy. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Atravieso
a paso vivo el Washington Square Park,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>tomo por Mac Douglas hasta la tercera. Hasta el 131 West. Entro al bar
decidido a tomarme todo mi dolor en whisky barato o hasta que Charly, el
cantinero, me eche a la calle por borracho o falto de crédito. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Apenas
abro la puerta, el olor<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>rancio del
tabaco atrapado durante meses, me golpea las fosas nasales.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entrecierro los<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ojos, cuesta un poco acostumbrarse a la
penumbra del lugar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Venir de la luz del
medio día y aterrizar en la oscuridad del Blue Note<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no es fácil.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Como siempre y para delicia de mis oídos, la música del gran Satchmo llena
todo el bar y me invita a entrar sin dudar a otro mundo, de armonías y calor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Me
siento en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la punta de la barra. Apoyo en
la banqueta contigua, con mucho cuidado, mi guitarra y le pido a Charly<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un whisky doble. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Me
mira sin asombro, como si hubiera estado seguro de mi<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>derrumbe, de que tan sólo era una cuestión de
tiempo, que había que esperar solamente. Quizás no, quizás, es tan sólo una
sensación mía. Me bajo de un saque el primer trago y pido el segundo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―¿Está
seguro Sr.?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>―me dice. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―Por
supuesto que estoy seguro, Charly.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y ya
a esta altura,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>podés hacerte el amigo.
Decirme Jorge, como todos los ventajeros de Queens. Mejor llená el vaso<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en silencio. No tengo ganas de hablar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Armstrong
me mira,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desde una foto autografiada
enmarcada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A la tercera
copa, necesito ir al baño. Camino erguido y derecho, el whisky aún no me hace
tambalear. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Hago
lo mío y al salir, en el tiempo que tarda la puerta del baño en cerrarse, la
luz lo ilumina de lleno,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>permitiéndome
distinguirlo. Recién me doy cuenta,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en
el asiento largo del rincón, contra la pared<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>hay un tipo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los
codos apoyados en la mesa. La cabeza apoyada en los nudillos de sus manos
cerradas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>está inclinada para adentro.
Casi toca con la pera su pecho. Tiene una actitud de abatimiento total. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No
puedo verlo bien, porque lleva una especie de capucha dura, que le cubre
completamente la cabeza y la mitad del rostro, y además tiene puesta una capa.
Lo que sí puedo ver, claramente, por la botella en su mesa, que me aventaja
varias horas y vasos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El tipo
realmente está mal, se lo ve muy acongojado. Es<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>raro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Está disfrazado de Batman,
muy bien disfrazado debo reconocer. Mirándolo detenidamente no me queda más que
aceptar que su disfraz es perfecto, simplemente perfecto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>capucha<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>color negro, en la
cabeza<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le cubre media cara<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y las<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>dos orejas puntiagudas, le dan aspecto de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>murciélago. Además tiene esa capa, que es
imponente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ya
nada me extraña en esta ciudad. De<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva
York puede esperarse cualquier cosa. Perdí la cuenta de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la cantidad de gente loca que vi<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desde que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>empezó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>este mil novecientos
ochenta y cuatro, y sólo pasó menos de un mes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
escena al principio me parece graciosa,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>encontrar a Batman tomando whisky en un bar de Nueva York no se ve muy
seguido,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pero mirando bien, el hombre murciélago
se ve muy mal,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>abatido, sumido en sus
pensamientos y hasta quizás dolor. Hasta me atrevería a decir que emana de él
un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>halo oscuro y pesado en toda su
figura. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Llego
a mi lugar y me siento, pero no puedo dejar de pensar en el pobre tipo. Tomo mi
vaso y mi guitarra,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le digo a Charly que
me lleve la botella a la mesa.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Me acerco
y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>parado a su lado le digo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―La
botella suya no da más, amigo, y parece que lo tiene a mal traer. No me gusta
tomar solo. Si no se ofende<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>compartimos
la mía, salvo que no quiera estar con alguien latino, de Argentina más
precisamente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
tipo de la capucha, levanta la vista,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>los ojos penetrantes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>parecen de
fuego. Me taladran en la oscuridad. Asiente con la cabeza. Creo ver<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>correr una lágrima a través de la máscara,
pero seguramente debe ser el reflejo de alguna luz de neón,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de alguna de las tantas propagandas de
Budweiser que hay en las paredes del bar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Me
siento en su mesa,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>presentándome:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>―Jorge… Jorge Maniar,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un gusto<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>―le digo estirando la mano ― ¿y usted es? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>―Bruce,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Bruce Wayne.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Tomamos
nuestros primeros dos vasos en silencio, entonces me atrevo y le pregunto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>―¿Qué le pasa amigo, que está tan mal? Y
que se lo pregunte yo, ya es mucho decir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>―Remordimiento. Tan simple como éso.
Culpa. Desde que salí<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a la calle por
primera vez,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hace ya de ésto, varios
años,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estoy obligado a un destino de
vengador para el cual no tengo pasta. Soy huérfano ¿sabe?, desde muy
chico,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mis padres están muertos y
enterrados<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desde hace años. Para todos,
menos para mí. Me obligan a revivir permanentemente el día de su asesinato.
Revivo su asesinato todos los días de mi vida. Y tengo que buscar venganza.
Debo castigar a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>toda la escoria de la
sociedad y ya no quiero más de éso. Lucho contra delincuentes de la peor estofa
y les doy su castigo. Siempre. Como sea. Porque así me han hecho. Pero también
he matado gente, y bastantes más de la que usted se imagina. Soy un asesino,
aunque se han ocupado muy bien de ocultar esos hechos. Jamás salieron a la luz.
No da con el perfil y la imagen que tienen determinado para mí.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La verdad, amigo, es<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que ya no puedo con mi culpa y mis
remordimientos. No debería tener esos sentimientos, debería ser duro, incorruptible,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>porque así me han creado, pero algo no
funciona, porque me siento mal, muy mal. No puedo mostrar como soy, mis
sentimientos. Hace muchos años que hago lo que no quiero. Alejado de todo y de
todos, viviendo solo con un viejo, en otra ciudad, una ciudad tenebrosa que no
conoce nadie, de nombre horrible: Gotham City…Ciudad Gótica ¿cómo puede
llamarse una ciudad así? ¡Me quiere decir! <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ahora puedo verlo mejor, no tiene tantos
años, a lo sumo cuarenta y cinco, pero está muy avejentado, a pesar de su
cuerpo atlético, aunque ya se le nota una incipiente panza, quizás de tanto whisky.
Le veo muchas cicatrices. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>―¿Qué está haciendo en Nueva York entonces
si es de otro lado?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>―Vengo a tomar whisky tranquilo, ésta es
una ciudad donde a nadie le importa mucho del otro, se puede pasar
absolutamente desapercibido. Entonces me puedo emborrachar a mi gusto, no como
en Gótica que debo dar el ejemplo. Además aquí están los mejores psicólogos del
país, y yo vengo a ver al mío una vez por mes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Le
lleno la copa, y él sigue hablando, desbordado, sin esperar una respuesta de mi
parte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>―Desde mi primer trabajo, en mayo del
treinta y nueve,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el del Sindicato
Químico, ¿vio?, no paré nunca. Llevo cuarenta y cinco años, peleando, matando
gente y encarcelando ladrones y tipos mal paridos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>siempre oculto, siempre solo, siempre
duro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ya no doy más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No
tengo muchos argumentos para contestarle, nunca fui muy bueno hablando ,
solamente le lleno el vaso de whisky, saco mi guitarra<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y toco un blues, triste como nosotros dos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Mi
música parece gustarle y reanimarlo. De pronto el encapuchado me dice:<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―¡Qué
bien que toca la guitarra! Tóquese otra por favor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Improviso,
a veces el alcohol hace maravillas, y me encuentro tocando una melodía por
momentos hermosa y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>suave, y en
otros<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>enérgica y vibrante.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
tipo entonces estira su brazo y de la oscuridad del asiento, saca un estuche de
trompeta, lo abre y empieza a tocar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a la
par mía, siguiéndome. Ante mi total asombro. Me detengo y lo increpo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―¡Pero!
¿Y usted desde cuándo toca la trompeta? Si éso no se supo nunca.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―¿Cómo
dice? ¿Usted realmente, qué sabe de mi? Qué sabe lo que yo toco o dejo de
tocar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>O se va a creer todo lo que sale
publicado en las revistas. Yo también tengo una vida, que no es pública, que es
solamente mía, ¿sabe?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Me
deja sin respuesta. Charly pone de fondo a<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>“Rata paseandera”,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la versión que
está en “El embajador Satch”, grabada en vivo en 1955. Quizás trata de
alegrarnos un poco. Es imposible no tocar encima, improviso sobre la melodía,
él me sigue con su trompeta. Los dos, hacemos una versión impecable acompañando
a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Armstrong. Por un rato la música nos
aleja de nuestras penas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Terminamos de
tocar y quedamos en silencio. Disfrutando.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Siento
que debo despedirme. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―No se
preocupe Bruce, está bien que usted tenga remordimientos por matar gente, pero
sabe una cosa: Al paso que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vamos como
sociedad, matar gente sin tener remordimientos seguramente será muy popular
algún día.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aunque no esté bien, nada
bien.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No le extrañe que usted se
convierta en una especie de héroe si ya no lo es, y hasta que alguien
componga<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un tema en su honor.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un tema que se llame Batman.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Además toca muy bien la trompeta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">―Gracias.
Usted también es muy bueno en lo suyo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Le
agradezco. Tomo mi guitarra y salgo del Blue Note con otro ánimo, diferente al
que entré, decidido a regresar a Mar del Plata. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Después
de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>todo mi viaje quizás no fue
totalmente en vano. Me di el gusto de tocar un tema con Batman<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en Nueva York. Eso no es poca cosa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Tras
la puerta, la trompeta del genial<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sachmo
sigue sonando.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><o:p> </o:p></p>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-47656335916765236682023-03-28T17:52:00.002-03:002023-03-29T20:46:11.320-03:00El relato del mes : "OTROS MUNDOS" : HUELLA SIN MEMORIA
<b><i><blockquote></blockquote>La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse. </i></b><div><b>Roger Martin du Gard (1881-1958) Escritor francés.</b> </div><div><br /></div><div><br /></div><div><span style="font-family: courier; font-size: medium;"> Por alguna extraña razón camino cerca de la costa, para el lado del norte, del vaciadero, buscando un bar abierto. Miro el reloj: las once de la noche. Llevo caminando casi una hora. No entiendo por qué vine para este lado de la ciudad y no fui como todos los años para el sur, que es una zona conocida y tengo registro de los pocos bares abiertos que hay un día como hoy. Si el puto del jefe no me hubiera cambiado el turno y me hubiera dejado laburar como yo quería, como todos los años, no tendría que andar ahora caminando hasta encontrar un lugar abierto para emborracharme y no tener que soportar las boludeces de la gente festejando. Que no, que no es justo, que hace muchos años que trabajás el treinta y uno, que te merecés pasarlo con alguien de tu familia. ¡De tu familia!, me dijo el muy pelotudo. ¡Qué sabe de justicia, ese gil!
Al fin veo la luz de un negocio en una esquina un par de cuadras adelante. Parece un café o un bar y está abierto. No tiene una pinta muy agradable pero no es un día como para andar eligiendo lugar, mientras tenga vino y un baño, es suficiente para mí.
Entro. Miro el reloj: las once y veinte. Falta poco para la medianoche. Seguramente en un rato las calles se van a llenar de gente contenta y un poco borracha, pero ahora todos estaban con sus familias fingiendo una felicidad desbordante, que no creo que tengan, como si su vida cambiara radicalmente cuando el minutero pase el número doce y comience un nuevo año. La felicidad y una nueva vida a sólo escasos minutos de diferencia. Año nuevo, vida nueva. ¡Pelotudos!
Me siento en una mesa, cerca de la ventana que da a la avenida. Afuera la playa solitaria y el mar, adentro el televisor con la música, las imágenes de la gente en algún lugar del primer mundo todos amontonados, esperan-do la cuenta regresiva: Diez. Nueve. Ocho…
Mi plan es simple, emborrarme, empaparme en whisky, vino o cerveza y no tener que saludar o desear felicidades a nadie, ni que nadie me los desee a mí.
El bar es ideal para mis necesidades y combina perfectamente con mi ánimo. ¿Cómo no lo encontré antes? Un poco lúgubre, un poco viejo, un poco extraño. Sólo hay dos clientes: en un rincón oscuro, una puta vieja, flaca por demás y desahuciada, a la que se le nota que la vida le pasó factu-ras demasiado caras y no pudo pagarlas.
Sentado a la mesa de una de las ventanas, un tipo cara regordeta, barbita y patillas largas, con cara de asiático, parecido a Miyagi, el tipo que laburaba en la película de Karate Kid. ¿Era japonés o chino?, bueno no importa, para mí, todos estos tipos son chinos. También está el que supongo será el dueño, detrás del mostrador un canoso de edad indefinida. Tiene lentes tipo culo de botella, y una barba como de tres o cuatro días, aparentemente desprolija, pero nada más alejado de la realidad, sumamente cuidada. Está secando vasos con un trapo mugriento que hace las veces de repasador.
Saludo, me busco una mesa tranquila al lado de la ventana y le hago señas con la mano al dueño. El tipo me mira y mientras sigue secando las copas mueve la cabeza levemente hacia atrás levantando la pera, como preguntándome “qué quiere”. Vino, le digo, una botella de tinto, cualquiera.
Me dedico tranquilo a tomar mi vino, despacio, metido en mis cosas, mientras el tiempo avanza. Miro el mar de afuera mientras el de adentro se aquieta. Espero, sólo dejo que pasen los minutos y se termine el fin de año. Jamás me gustaron las fiestas, será porque en mi infancia nunca hubo mucho Pan Dulce.
De pronto escucho:
―Le molesta si lo invito otra copa de lo que está tomando. Somos muy pocos. Hoy es fin de año y no me gusta estar solo. Si le invito la copa a la señora, por ahí se confunde y piensa que busco otra cosa.
Es el viejo con cara de Miyagi, me habla desde su mesa, que está cerca de la mía, me habla como si me conociera. Lo miro, ya estoy acostumbrado a este tipo de pelotudos, pero una copa gratis nunca viene mal, y más cuando estoy decidido a emborracharme.
—Si a usted le hace bien, por mí no hay problema --le contesto y le hago señas con la mano al dueño del bar que traiga otra botella y un vaso.
Se levanta de su mesa y se acerca a la mía. Empezamos a charlar. Me dice que se llama Esteban. No le creo. Yo le digo que me llamo Ricardo, y no sé si me cree o no. El tipo pregunta sobre mi pasado, mi historia. Le digo muy poco. Yo también pregunto, pero no mucho, la verdad no me interesa la vida o la historia del chino éste, creo que es una cuestión simple de amabilidad porque me pagó la botella de vino. Nunca fui de hablar mucho y menos con gente que no conozco. Es una cuestión de desconfianza, de supervivencia. Los años en el reformatorio me enseñaron que por algo te-nemos dos ojos, dos orejas y una sola boca.
El tipo habla y habla, la mayoría de las cosas que dice son boludeces. No le presto mucha atención. Miro el reloj. Doce menos dos minutos. Empezó a escucharse cohetes, bocinas y hasta algún balazo al aire, siempre hay gente con el reloj adelantado.
―En un momento… ―me dice el chino.
Entre el ruido de los cohetes y las bocinas anunciando el año nuevo, no entiendo muy bien lo que me dice. En la tele la gente grita una cuenta regresiva hacia el cero.
―…yo puedo aliviarlo. Puedo hacer que termine su tormento ―completó su frase.
Lo miro, nunca tuve pelos en la lengua, ni mucha paciencia. Le contesto sin vueltas, como se merece.
―Y usted qué carajo sabe lo que me pasa. Cómo mierda va a aliviar mi dolor, me quiere decir viejo inútil. Se piensa que porque me paga un vino berreta tiene derecho a meterse en mis cosas.
El tipo no se inmutó, ni siquiera hizo un gesto de fastidio, de enojo o de molestia. Corrió la silla y se sentó más cerca, a mi lado, y más despacio, casi en un susurro, me dice:
―Yo puedo hacer que ese recuerdo que lo está atormentando se vaya para siempre, que desaparezca. De una vez y para siempre, y en su lugar dejarle otro, el que usted nunca tuvo, el que siempre quiso. El que le gustaría volver a vivir, aunque nunca fue suyo en realidad.
―Por qué no se va a cagar, ―le digo―, y se busca otro para joder. Vá-yase a tirar cohetes como cualquier pelotudo de ésos que andan por ahí. Infeliz.
El viejo se levanta de la silla, e insiste antes de irse a su mesa.
―Está bien, como quiera, pero yo puedo darle el recuerdo que usted elija, el que usted no tiene, ni lo tendrá nunca porque no lo vivió, el que le falte o que simplemente desee, y llevarme ése que lo está atormentando. Haga como quiera. Usted se lo pierde. Me parece que el que está mal no soy yo, es usted. Y encima, le gusta.
—Mire viejo, No le rompo la cara por eso, porque es viejo, y con mis antecedentes, seguro que me como un flor de garrón por un idiota. Así que déjeme de joder y siga su camino.
El asiático me mira con sus ojos rasgados, y antes de irse, me dice: lo voy a estar esperando, hasta el amanecer hay tiempo, y se fue a su mesa.
Afuera la noche es un solo ruido de cohetes, el cielo iluminado por cañitas voladoras y globos de papel de esos que se les prende fuego abajo y siempre terminan incendiando algo.
Sigo tomando mi vino. Miro el reloj: la una y veinte. El estruendo de los fuegos artificiales se había apagado, y el cielo volvió a estar iluminado sólo por las estrellas y la luna, como siempre, como todas las noches del año.
La vieja puta está dormida sobre la mesa, quizás soñando con algún cliente añorado, el dueño sigue limpiando y secando los vasos y el chino sigue inmóvil mirándome, con la copa a medio llenar, a medio tomar.
Me tomo la última copa de la botella de vino que me pagó el chino. La que pague yo se terminó hace rato.
De pronto, quizás por el vino, me levanto de la silla como si me quemara el culo, como si tuviera un resorte, como dominado por un impulso de mierda y lo encaro al hombre.
─Ya que está tan seguro y sabe tanto, ¿a ver? Diga, dígame que recuerdo me sacaría. A ver, diga jefe.
―No amigo, no se confunda, ¿puedo decirle amigo, no? Mire, yo no le saco nada, usted es el que me lo da, bah, en realidad me lo vende o me lo canjea. El recuerdo que usted elija, el que usted quiera. Con su vida, debe tener bastantes que valen la pena sacarlos, borrarlos para siempre de su mente, y le puedo asegurar que hay gente que está muy deseosa de tener aventuras y nunca se animó ni siquiera a robar caramelos de un kiosco cuando era chico, ni hablemos de algo más importante como matar a alguien por ejemplo.
―Usted está totalmente loco, pero es cosa suya. A ver ¿cuánto me paga? ¿Qué me da a cambio de mi recuerdo?
―Mire Ricardo, esta noche por ser la primera del año estoy generoso ―me dice el chino y los ojos rasgados le brillan de una manera especial mientras sus pupilas se expanden al máximo, captando la poca luz del lugar ―Estoy casi seguro que sus recuerdos pueden valer la pena. Le ofrezco algo que no lo hago con nadie. Le doy dos por uno. Usted me da un recuerdo, cualquiera, el que más le moleste. El más doloroso, el que más odie de todos, y yo se lo saco definitivamente de su mente, de su vida. A cambio le pongo dos de los que usted quiera y no tenga. Un almuerzo de familia un domingo. Un partido de fútbol en la cancha con su papá. El olor de su ma-dre y el calor de sus abrazos. La primera vez que se enamoró. O el primer polvo, el primer beso. Lo que usted quiera, lo que me pida. Va a ser suyo y lo tendrá para siempre. Para saborearlo cada vez que quiera. ¿Qué me dice, no lo tienta la oferta? Mire, le doy una muestra gratis, sin cargo.
De pronto el bar se llena de olor a tuco casero, y en un rincón una mujer bastante mayor, canosa con un delantal cuadrillé rojo y blanco tira harina sobre una mesa de madera. Al costado tiene varios bollos de masa tapados con un repasador blanco y con un palote de amasar estira uno de los bollos. Sobre una cocina grande en una vieja olla esmaltada, color verde un tuco con salchichas carniceras, gorgotea y llena todo el bar con el olor a comino, tomate recién cortado y laurel fresco.
Aspiré hasta que mis pulmones estuvieron a punto de reventar. Nunca sentí un olor tan rico como ése. En pocos minutos la imagen y el olor se fueron.
― ¿y, qué le parece? ―me pregunta el chino.
No pude contestarle. Todavía estoy disfrutando del olor y de esa visión que nunca viví, algo por lo que había envidiado a más de un amigo.
― ¿y, Ricardo, qué le parece? ―volvió a preguntarme el chino.
― Yo nunca tuve un domingo de ravioles y tuco caseros ―–le contesté.
―Sí, me lo imaginaba, pero ya es tiempo que lo tenga, ¿por qué no? Usted también tiene derecho a ese recuerdo, más aún, le puedo dar el mejor de todos, los mejores olores. Esos domingos ideales, que sólo aparecen en las propagandas de televisión o en los recuerdos que el tiempo esmeriló y le sacó todas las asperezas. La mesa grande. La abuela haciendo el tuco, los viejos contentos hablando, tomándose un Gancia, en la picada de las once de la mañana. Y si quiero se lo pongo todo debajo de una glorieta para que sea mejor, hasta le pongo la música de fondo que quiera. ¿Qué me dice?
―Que me gusta.
―Bueno, entonces dígame qué recuerdo suyo me daría a cambio
―No sé qué quiere, tengo varios que me gustaría sacármelos de encima.
―Lo más tenebroso que tenga, el morbo siempre vende bien, pero que sea auténtico.
―Le puedo dar mi primera noche en el instituto de menores cuando tenía ocho años. Tenía miedo.
―¿No tiene algo un poco más fuerte? Un robo importante, una muerte, una violación por ejemplo.
―Puede ser que tenga, quizás. Pero si lo tuviera no sé si se le daría alguno de esos recuerdos. Me recordarían lo que soy y de eso no quiero olvidarme.
El chino no saca sus ojos de los míos. La luz de la calle iluminada con los carteles de neón y alguna cañita voladora atrasada le da un reflejo especial a sus ojos rasgados. Está callado unos segundos y luego me dice mientras estira la mano para darme un apretón :
―Bueno, cerremos trato entonces. Yo nunca me voy con las manos vacías cuando empiezo un negocio.
―Así nomás ―le pregunto.
―Sí, así nomás, entre caballeros la palabra vale. ¿Qué esperaba Ricardo? , firmar con sangre como las películas. Yo soy un comerciante, simplemente compro y vendo. La única diferencia es que mi mercadería es muy especial, nada más. Cerremos el negocio; dígame qué quiere y que me da.
―Quiero un domingo completo, fideos caseros con tuco, un patio con sol y plantas y después mi viejo que me lleva al estadio a ver por primera vez el clásico. Y también quiero una noche de tormenta con muchos rayos, y mi vieja que me viene a buscar a la cama porque soy muy chiquito y estoy muy asustado y se queda conmigo cantándome una canción, y también quiero un abrazo de mi vieja pero de ésos que no se olvidan, y… y… un beso de amor, éso, el primer beso, con una chica que me quiera de verdad en una plaza de barrio una noche de verano, y también un…
―Espere Ricardo. Le dije dos. Nada más. Tiene que elegir, Es así el negocio.
―Es difícil.
―Sí, ya sé que es difícil, pero es así. Sólo dos, no hay más por este año. Si nos volvemos a cruzar tendrá otra oportunidad.
Lo pienso un poco y me decido.
―Bueno está bien. Deme a una abuela amasando y haciendo tuco para los fideos del domingo y un primer beso, pero que sea de amor verdadero.
―Delo por hecho. No hay problema con eso. Ahora usted. Muéstreme qué tiene, qué quiere que me lleve.
―No sé, qué quiere, tengo casi de todo. En el instituto de menores uno aprende casi de todo, desde robar hasta clavar una faca sin que lo vean, o si prefiere algo un poco más picante le puedo dar la primera vez que nos culeamos entre todos al tarado en el baño del instituto. También tengo algunos años en el penal de Batán. ¿Qué quiere?
―No, de esos recuerdos tengo varios y parecidos. Algo más, como le diría, algo que sea más suyo. Algo único. Muéstreme que tiene. Yo sé que tiene más. Yo lo sé, pero es usted el que me lo tiene que dar.
―No sé a qué se refiere, qué es lo que quiere.
―Sí que sabe, haga un esfuerzo y busque. Busque un poco más dentro suyo. Busque, busque, vaya para atrás.
―¿Para atrás? No lo entiendo, no sé qué quiere.
El chino me mira sin pestañear, tratando de ver el fondo de mis ojos mientras los suyos se convierten en una raya brillante, iluminados por las luces de los cohetes.
―Mire amigo, se lo voy a decir directamente. Quiero que me dé el frío de la mano de su madre. Su madre en la camilla del hospital. Muerta. Cagada a palos por uno de esos tipos cualquiera. Ese quiero. Ese es único, solo suyo. Tráigalo a su mente, recuérdelo y me lo da.
―No, ése no. Por qué quiere ése ―le digo, casi balbuceando.
―Porque es genuino, es único, Ese es suyo solamente, ya se lo dije, yo busco cosas que otros no tienen.
―No, ése no se lo doy. Elija cualquier otro, le doy dos yo también, cual-quier otro – le contesto convirtiéndome en un improvisado negociador.
El chino, baja la vista, mira el suelo, piensa un rato, después me mira.
―Bueno. Hecho. Ya le dije que nunca me voy con las manos vacías, nunca dejo un negocio sin terminar. Piense, cierre los ojos, recuerde. Yo hago el resto.
Le hice caso.
Pasaron unos pocos minutos, se levantó de la silla y se despidió de mí con una leve inclinación de su cabeza. De pie y antes de salir me dice: No se preocupe por el vino. La cuenta está pagada. Gracias y que tenga un buen año.
Lo veo salir hacia la avenida caminando despacio y sin hacer ruido. Está comenzando a amanecer. Yo también me levanto y me voy del bar. Me siento un poco borracho. Fue una noche larga, y rara, pienso mientras me abrocho el cuello de la camisa para protegerme de la bruma húmeda del amanecer.
En la calle restos de papeles de cohetes, de cañitas voladoras, y botellas de sidra en la vereda me dicen que empezó un año nuevo. Mientras camino hacia mi casa, tranquilo, bordeando la costa silbo bajito los compases de “Niebla del riachuelo”. El aire fresco del amanecer y el olor a salitre comienzan a hacer desaparecer mi borrachera, de pronto y sin motivo alguno me acuerdo de mi abuela cocinando el tuco de los domingos, amasando los fideos, y el recuerdo de ese olor me reconforta. Pienso en mi vieja, pero por una extraña razón que no alcanzo a comprender, su cara se desdibuja, por más que lo intento el recuerdo se va, no aparece, no puedo acordarme de ella.
</span></div>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-59162354246982248322023-03-14T16:06:00.000-03:002023-03-14T16:06:18.999-03:00De regreso <p><span style="font-family: courier;">Me reencontré hace un par de días con mi blog, de casualidad, sin buscarlo ni desearlo, pero como creo en las señales y no en las casualidades, acá estoy nuevamente. </span></p><p><span style="font-family: courier;">La ultima vez que subi algo fue en el año 2017, demasiado tiempo y acontecimientos hemos pasado todos, como para que no deje algun registro de este tiempo. </span></p><p><span style="font-family: courier;">Hay bastante material inedito que deberia haber terminado impreso en alguna hoja de papel de un libro, pero se resistio y vera la luz en una pantalla a la brevedad. </span></p><p><span style="font-family: courier;">Volveremos con el cuento del mes y una que otra reflexion, modesta, catarsica, dolorosa seguramente, al menos para mi : Todo es igual pero mas decadente. Argentina es el dia de la marmota pero en un tobogan. El gobierno kirchnerista no pasa desapercibido</span></p><p><span style="font-family: courier;">Nos estamos escribiendo</span></p><p><span style="font-family: courier;">Abrazos </span></p>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-89531340556007243872017-04-10T09:40:00.004-03:002017-04-10T09:41:06.132-03:00TEMPORADA DE LLUVIAS<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span lang="ES">TEMPORADA DE LLUVIAS <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara, parada frente a la ventana empañada de la
cocina, miraba hacia el monte. El cielo segu</span><span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">í</span><span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">a
encapotado y la lluvia continuaba cayendo de manera lenta y pausada. El
precario muelle había sido tragado por el rio, que en su crecida penetró varios
metros hacia el continente firme. Las ramas
de eucaliptus que el viento había derribado obstruían de una manera caprichosa el camino. Algunos
árboles estaban ladeados; clara muestra de
que las raíces cuando el suelo está por demás blando, no tienen agarre, ni soportan
el peso de las hojas mojadas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Fuera de la casa - una típica
construcción edificada sobre pilotes que la separaban del suelo casi medio
metro - todo era barro y agua. El piso
de madera de la galería abierta que
abarcaba todo el frente de la casa estaba lleno de hongos por tanta agua que
había absorbido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara sacó el pedacito de
ladrillo que siempre lleva en el
bolsillo del delantal y cruzó con un solo trazo
horizontal las cinco barras
verticales, dibujadas en la pared al
lado de la ventana. Trazó una nueva
barra vertical y contó. Siete grupos de
cinco barras verticales cruzadas con una
horizontal y una barra sola. Treinta y
seis, murmuró. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--¿Qué? -preguntó Ricardo, que
estaba sentado cerca de la cocina económica afilando una cuchilla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">| --Treinta
y seis --volvió a decir Sara. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ricardo dejó sobre la mesada la cuchilla, agrego un
par de leños a la cocina económica, se dio vuelta y la miró, en un gesto claro
que exigía una explicación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Que hace treinta y seis
días que llueve. Nunca duró tanto la temporada de lluvias en la isla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Ajá –dijo Ricardo. Sara
continuó<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Bueno, no, en realidad ahora
me acuerdo que la tía contaba cada tanto que un año acá llovieron más de cien
días sin parar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Ciento doce. Eso fue en el
año de la hambruna --dijo Ricardo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Si eso, el año de la
hambruna, eso mismo. Así le decía la tía. Contaba que ni raíces había para
comer. ¿Cuándo fue eso, Ricardo? ¿Vos te acordás? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--En el setenta y nueve. No hacía
un año que el viejo había muerto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Yo era muy chiquita, cuando
mama se vino a la isla. Casi recién nacida. Vos era más grandecito, tendrías
nueve o diez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Diez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--No sé porque mamá se quedó acá,
y no se volvió al pueblo. La tía nunca me conto eso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Vino al velorio de papá, era el
hermano, como no iba a venir. Después, empezó la lluvia y no pudo volver
- contestó Ricardo, y agregó - ¿y cuándo
te contó eso mi vieja?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--¿Qué cosa?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Lo de la hambruna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Ah, No sé. No me acuerdo -dijo
Sara– cuando estábamos en la cocina, que se yo. Cuando yo le preguntaba por
mamá, cómo era, cómo había muerto. Esas cosas. La tía hablaba poco; Como vos. Cuñada
le decía <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--¿Y qué te decía?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Poco, muy poco. Cuñada se ahogó,
decía, cuñada se ahogó, eso me decía. Parece que salió en la tormenta a buscar
las redes en el rio, perdió pie o resbalo en la barranca, y el rio se la llevo
vaya a saber adónde porque ni el cuerpo encontraron. Después de eso construyeron el muelle. A la tía no le gustaba mucho hablar de mi mamá. La temporada de lluvias es una
mierda, ni dormir se puede de lo pegajoso y caliente que esta todo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Uno tiene que hacer lo que
sea necesario para sobrevivir, decía mi vieja –dijo Ricardo, terminando de afilar la cuchilla y
poniéndosela en la cintura <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">– Poné el agua a hervir, voy
a buscar una gallina, hace semanas que ya no pone huevos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara agregó unos leños a la
cocina económica y puso encima una olla grande y tiznada, con agua hasta la
mitad. Ricardo se puso un capote para lluvia que estaba colgado en un gancho
sobre la pared de la galería, al reparo y secándose y se calzó un par de botas viejas, de goma. La
prima asomó la cabeza por la puerta de la cocina para decirle que cuando vuelva
no entre con las botas embarradas a la casa. Ricardo no contestó y salió para el
lado del río, donde estaban el gallinero, un pequeño galpón y dos corrales vacíos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A Ricardo no le costó mucho
trabajo agarrar la gallina. El animal estaba quieto y apichonado sobre el palo más
alto del gallinero. Hacía días que no comía nada y estaba empapada y llena de
barro. La puso debajo de la axila
izquierda apretándola para que no escape. Le levantó las alas cruzándolas
y tirándolas para atrás de manera que
queden trabadas con su brazo, después le tiró la cabeza para atrás, le apoyó el
dedo pulgar en el pico para sujetar la cabeza y que el cuello del animal quede despejado
y a la vista. Con la cuchilla en la mano derecha, de un solo corte certero le abrió el cogote. Antes de tirarla al
suelo, volvió a pasar la cuchilla por el corte para agrandar el tajo. Tomo
fuertemente a la gallina de las dos
patas y la puso cabeza para abajo hasta que dejó de chorrear
sangre y dar estertores. Por ultimo
recogió la cuchilla y volvió a la casa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">–Tomá, pelala y hacete algo –
Le dijo a su prima estirando el brazo y entregándole la gallina. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara, con repulsión, metió al
animal en el agua hirviendo y empezó a pelarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Ya deberías haber aprendido
a matar gallinas –dijo Ricardo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--No puedo. La sangre me
descompone. No puedo matar ningún bicho –contestó la prima – ya lo sabes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Si lo sé, pero uno tiene
que hacer lo que sea necesario para sobrevivir, acordate –dijo Ricardo, mientras limpiaba la sangre de
la cuchilla y volvía a afilarla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Falta leña seca --dijo Sara
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Eso podés hacerlo vos, los árboles
no tienen sangre –le contestó el primo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Esta vez fue Sara la que salió
a la galería para ponerse el capote y las botas de goma. Fue hasta el galpón,
lleno una carretilla vieja con troncos húmedos y empapados, la levantó y sopesó el peso de la carga que tenía que llevar.
Le pareció mucho y sacó un par de troncos para alivianar el peso, sabiendo que
no le iba a ser fácil arrastrar por el barro la carretilla cargada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Con esfuerzo llegó hasta la
casa. Descargó los troncos y los puso en
la galería, al reparo. Metió unos cuantos debajo de la cocina económica para que el calor los vaya
secando. Al poco rato nomás los troncos empezaron a humear. Ricardo seguía afilando
la cuchilla. Había trozado la gallina para ponerla a cocinar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--El camino está bastante cortado.
Hay muchas ramas caídas –dijo Sara - y
el río está por demás crecido. ¿Cuántas gallinas nos quedan?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Ninguna. Esta fue la última
-le contestó Ricardo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara no habló,
por un momento evalúo la situación, calculó cuanto podía durar la comida, si la
administraba bien. Si al menos tuviera alguna papa o alguna verdura para
agregar, haría un puchero más o menos decente, pensó, mientras maldecía
a la lluvia, después dijo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--La gallina va a durar como
mucho cuatro o cinco días si la retaceamos y la estiramos. Tendrías que irte al
monte, Ricardo, a ver si encontrás algún animal que podamos comer. Alguno que
no se haya ido de la isla o que no se haya ahogado, algún animal mejor que las
víboras o las ratas. Algún yaguareté debe
haber Ricardo, algún animal de esos que se
comió a los lechones. Algo debe haber que puedas cazar. Por ahora tenemos la gallina para comer. Si
para de llover, en unos días baja el río
y con el bote podemos ir al almacén del poblado por comida ¿no?, pero, ¿si la
lluvia sigue? ¿Si no para? – dijo Sara. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Ajá. Ya veremos, Sara, ya
veremos. Comeremos ratas o víboras a falta de algo mejor, o a los perros, si es
que los encontramos y no se ahogaron. Uno tiene que hacer lo que sea necesario
para sobrevivir -contesto Ricardo, sin dejar de afilar la cuchilla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara preparó la última
gallina de la mejor manera posible, sin desperdiciar absolutamente nada. Con
las patas y la cabeza hizo un caldo, con los menudos una especie de guiso con
un poco de arroz viejo y con gorgojos que encontró en el fondo de un tarro. El
cuerpo después de hervirlo mucho tiempo, lo trozó en pedazos lo más pequeños posibles. Así y
todo la comida solo alcanzó para tres días, los cuales siguió lloviendo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El cuarto día, los primos sólo consumieron mate.
Sara intentó rescatar la canoa, que la corriente había encallado sobre un
recodo del rio, solo para darse cuenta que estaba tan destrozada que llevaría
semanas repararla. Ricardo por su parte fue hasta la orilla del rio, donde
había clavado la red para pescar, siempre algún pez quedaba atrapado llevado
por la correntada, pero no tuvo suerte, esta vez la correntada era tan fuerte
que solo encontró troncos enredados
entre los pedazos de red destrozada. Frustrado
volvió a la casa. Se sacó el capote en la galería, pero no las botas. Sara le
rezongó por entrar con las botas embarradas a la casa. La lluvia seguía cayendo
al mismo ritmo intenso que tuvo toda la semana.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Seis días más pasaron desde que se comieron la última
presa de la gallina. Solo se alimentaban con agua, dormían poco: por el clima y
por el hambre y la lluvia seguía cayendo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Cansada de dar vueltas en la cama sin poder dormir,
Sara se levantó mucho antes de que amaneciera el séptimo día. Transpirada salió
a la galería a refrescarse. Apenas vestida con ropa interior sintió con
placer el aire fresco y húmedo de la
noche. En un impulso, agarro el hacha
que siempre dejan en la galería
para cortar leña y sentada en uno de los troncos que usaban de banco comenzó
a afilarla mecánicamente. Estaba casi al
borde del alero, enfrentada al monte y el agua de la lluvia le mojaba la cara
cada vez que el viento remolineaba entre los árboles. Desde ese lugar, el rio no se alcanzaba a ver, pero Sara percibía
nítidamente el ruido del agua formando una correntada violenta y caudalosa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Como a la hora un poco antes de amanecer, apareció Ricardo
en la galería. Transpirado a pesar de tener solo una camiseta musculosa y
calzoncillo. Se acercó al borde y miró un rato la lluvia que caía cada vez más
suave y despacio. Sara seguía limpiando
y afilando el hacha. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--Parece que no se puede
dormir hoy. ¿No, Sara? -preguntó Ricardo mientras se acercaba por detrás y deslizaba
suavemente un dedo por la espalda desnuda
de la mujer. Sara se estremeció al contacto con la piel de su primo. Un gesto
de cariño, aún torpe como ese, no
era algo habitual en el hombre que convivía con ella hacía más de vente años. Dejó el hacha sobre el suelo y dándose vuelta miró a Ricardo. Quizás por la
posición en que se encontraba, sentada en un tronco de apenas cuarenta
centímetros de altura, la media luz que reinaba en el
lugar o la postura de Ricardo, de pie, erguido y recto, mentón alto y
mirada a lo lejos, le pareció mucho más impactante
su figura delgada y fibrosa que de costumbre. Sin decir palabra, abrió las piernas ofreciendo
lo que él estaba buscando. Ricardo la tomó de la cintura, la puso de pie
y en un movimiento brusco y rápido la
hizo girar, poniéndola de espaldas. Haciendo presión con su mano sobre la nuca
de Sara, la obligo a bajar la cabeza y que tuviera que apoyar las manos sobre
el tronco, Sara levantó la pelvis y el prácticamente le arrancó la bombacha
para penetrarla rápida y violentamente. La respiración agitada y un gemido casi
gutural fue el indicio que su
primo había acabado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 70.7pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara se quedó unos segundos con
la cabeza apoyada en el tronco, mientras las piernas le temblaban, por la posición o por el hambre. Ricardo ya
se había ido a la cocina, empezaba a amanecer y Sara vio cómo su primo ponía la
pava en el fuego y volvía a afilar la cuchilla por centésima vez. Se limpió el semen que le empezaba a chorrear
por los muslos, y sentada en el tronco nuevamente volvió a afilar el
hacha. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 70.7pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ricardo salió de la cocina. Traía
la cuchilla en la mano. Sara lo miró y empuño
más fuerte el hacha que estaba afilando <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 70.7pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> --¿Ahora se te dio por afilar el hacha? Pensás que
podes cazar algo – le preguntó Ricardo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">--¿Y por qué no? Si vos te la pasas afilando la cuchilla para
nada. Si vos no salís a buscar algo de
comida, me voy a ocupar yo. Hay que hacer lo que sea para sobrevivir. Eso mismo
decía la tía ¿no? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> --Sí, eso decía, o parecido –
contestó Ricardo – mientras caminaba hacia Sara decidido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La mujer se puso de pie, instintivamente
y comenzó a retroceder, pero trastabillo con el tronco para caer de espaldas al
suelo, fuera de la galería de la casa. Al barro. Dolorida busco el hacha
tanteando mientras veía como su primo empezaba a bajar la escalera hacia
ella. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sara, tendida en el suelo
barroso, boca arriba, vio como las nubes surcaban el cielo impulsadas por un viento fuerte, que no se sentía desde la superficie, también
vio que el color ya no era gris oscuro como desde hacía mucho tiempo, sino que empezaba a tener un color celeste
claro, y se dio cuenta de que algo extraño pasaba. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> --Dejo de llover -dijo- Dejo de llover, Ricardo –grito- La
temporada de lluvias termino. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">
--Ajá –contesto el primo parado en
el tercer escalón de la escalera de madera, mirando hacia arriba y
comprobando que efectivamente había parado de llover. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> –Ahora sí que los animales van a
volver, Ricardo, ahora sí, en un día o dos el río baja y podemos ir a buscar algo para comer. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> --Ajá – contesto Ricardo y sin decir nada más se acercó hasta donde
estaba caída su prima y le dio la mano para que se levante del suelo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 398.25pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-87630068662233819702016-09-14T11:26:00.000-03:002016-09-14T11:26:02.009-03:00GRACIAS AL VIENTO2012 - 2013 - 2014 -2015 -2016 y ¿ cuantos años mas?Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-68962364587071474282016-05-30T20:15:00.004-03:002016-09-14T11:24:15.600-03:00Mar del Plata y el día de la marmota <span style="font-size: large;">En Julio del 2012 colgué de este mismo blog el relato Gracias al Viento, escrito unos meses antes . Hoy, sigue describiendo una realidad de nuestra ciudad, en lugar de ser una historia de ficción, que es lo que debería ser. Mar del Plata eterna, atemporal, inmutable, reiterativa, como una mala version de la película "El dia de la marmota" En la película , al menos Bill Murray generaba todos los dias una pequeña corrección para romper el hechizo maldito de empezar todos los dias el mismo dia. Acá seguimos inundando ranchos, y evacuando gente, año tras año . </span><br />
<br />
<div class="blog-posts hfeed" style="background-color: #fafafa; color: #cccccc; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.5px; line-height: 18.9px;">
<div class="date-outer">
<h2 class="date-header" style="color: white; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; font-size: 18px; font-stretch: normal; font-weight: normal; line-height: normal; margin: 0.5em 0px; min-height: 0px; position: relative;">
<span style="color: #cccccc;">24/7/12</span></h2>
<div class="date-posts">
<div class="post-outer" style="background-color: #1c1c1c; border-radius: 0px; border: 1px solid transparent; margin: 0px -20px 20px; padding: 15px 20px;">
<div class="post hentry uncustomized-post-template" itemprop="blogPost" itemscope="itemscope" itemtype="http://schema.org/BlogPosting" style="min-height: 0px; position: relative;">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="6238122849527278105"></a><br />
<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; font-size: 18px; font-stretch: normal; font-weight: normal; line-height: normal; margin: 0px; position: relative;">
<a href="http://oscarruiz-letras.blogspot.com.ar/2012/07/gracias-al-viento.html" style="color: #dd7700; text-decoration: none;">GRACIAS AL VIENTO</a></h3>
<div class="post-header" style="color: #999999; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 1.5em;">
<div class="post-header-line-1">
</div>
</div>
<div class="post-body entry-content" id="post-body-6238122849527278105" itemprop="description articleBody" style="font-size: 14.85px; line-height: 1.4; position: relative; width: 558px;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLs85C4qktN2vJkYfTzY6sUKnHuCBRAVIu0xHM1GhNcG8Be1yl-KKvbMDz3PWWSqtwUu1J22ruF-Z1YGpFEXHxr9fBzKL9Dfm-t92TqYeyqzNAyt9VTIzY3cK5Jm7oa9E2RXm0TAvqgzo/s1600/Huracan_grande_mucho_viento_04.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; color: #dd7700; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-decoration: none;"><img border="0" height="283" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLs85C4qktN2vJkYfTzY6sUKnHuCBRAVIu0xHM1GhNcG8Be1yl-KKvbMDz3PWWSqtwUu1J22ruF-Z1YGpFEXHxr9fBzKL9Dfm-t92TqYeyqzNAyt9VTIzY3cK5Jm7oa9E2RXm0TAvqgzo/s400/Huracan_grande_mucho_viento_04.jpg" style="border: none; position: relative;" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> A pesar de los gritos que pego la Matilde, poco, muy poco, es lo que pudo entender Alberto. El sueño pesado por el cansancio y el vino barato, no dejan mucha alternativa. Muy poco, apenas algunas frases como ¡Se nos viene el viento! Los chicos Alberto ¡ Agarrá los chicos! .</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> Eso sí, cuando una ráfaga huracanada se les llevó la mitad de la casilla, el frÍo y la lluvia sumado al vozarrón de ella, fue suficiente para despabilarlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Aunque el viento hubiese sido más débil, el chaperio no hubiera resistido. Estaba agarrado apenas con algunos clavos oxidados, y los tirantes podridos no ofrecían ninguna resistencia. Igual que ellos. Pero esta noche el viento no es más débil, esta noche es más bravo que otras noches, como que no descansa. Se las agarra con las chapas, las levanta bien alto, las deja caer y que se doblen todas, sin esfuerzo, jugando. Como qué dejo de ser nuestro amigo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En la oscuridad, la Matilde con ordenes cortas , organiza la retirada del rancho. Alberto lo saca en brazos a Jonathan, la Matilde se carga a Brian, el más chiquito y a Mati se lo lleva la Julieta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">¡Dale Alberto dale! — grita la Matilde — La puta madre, te dije antes de prender el brasero que el viento iba a hacer desbordar el arroyo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Tenía razón, más de cuatro horas de lluvia y viento del sur, hicieron su trabajo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">La porquería de las fábricas y la mierda de las cloacas se mezcla con la tierra. Puro barro. Resbaloso y difícil para estar en pie. El viento no amaina . Sacude las ramas de los sauces de una manera que dá miedo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Los dos llevan los chicos a un claro lejos del bajo, cerca de la ruta, después vuelven al rancho a tratar de sacar algunas cosas. Alberto agarra su bicicleta, dos almohadas y algo de ropa. La Matilde sale con una bolsa con pan y las frazadas. Todo lo demás es ofrenda para el viento o la correntada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En un rato nos juntamos unos cincuenta, iguales, mojados y asustados, somos como una masa sin rostro ni nombre. Sombras. Sombras surcadas por el viento. Ese viento que siempre fue amigo, que se llevaba los olores de la quema, o enfriaba las chapas del rancho en enero. Hasta hoy. Esta noche nos castigó como nunca, desconociéndonos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Ninguno habla. No hay qué decir. Esperamos, con los pocos cacharros que rescatamos, los camiones de Defensa Civil o de la Muni. Desde acá, podemos ver, a duras penas, como el agua entra en el rancherío y saca los colchones al barro. Cuando volvamos los pongo a secar, me dice Alberto, por ahí si tenemos suerte Servicios Sociales nos dá alguno nuevo. El frio nos pega duro. Mojados peor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">La ciudad anda con ganas de amanecer. Desde la ruta se ve clarito como se apagan las luces. Primero, llega la tele, pero nadie se baja del auto, hasta que no llegan los funcionarios de la Muni. Antes de dejarnos subir al camión, eligen al viejo Suarez, a Yesica y los pibes para filmarlos y sacarles fotos para el diario. Todos ellos con capas y botas Pampero, nuevitas. Amarillo rabioso. Los demás, marrón tierra empapada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 22.275px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Después de esperar un rato, arrancamos para el Estadio, o algún colegio grande. ¡Que importa dónde vamos si cualquier lugar es mejor que este! Esta noche Alberto y los suyos van a comer y dormir calientes. Gracias al viento. Y eso no es tan malo </span></div>
<div style="clear: both;">
</div>
</div>
<div class="post-footer" style="color: #999999; line-height: 1.6; margin: 0.5em 0px 0px;">
<div class="post-footer-line post-footer-line-1">
<span class="post-author vcard" style="margin-left: 0px; margin-right: 1em;"></span><span class="post-timestamp" style="margin-left: -1em; margin-right: 1em;"></span><span class="reaction-buttons" style="margin-right: 1em;"></span><span class="post-comment-link" style="margin-right: 1em;"><a class="comment-link" href="http://oscarruiz-letras.blogspot.com.ar/2012/07/gracias-al-viento.html#comment-form" style="color: #dd7700; text-decoration: none; white-space: nowrap;">No hay comentarios: </a></span><span class="post-backlinks post-comment-link" style="margin-right: 1em;"></span><span class="post-icons" style="margin-right: 1em;"><span class="item-action"><a href="https://www.blogger.com/email-post.g?blogID=2036500703966950663&postID=6238122849527278105" style="color: #dd7700; text-decoration: none;" title="Enviar entrada por correo electrónico"><img alt="" class="icon-action" height="13" src="https://img1.blogblog.com/img/icon18_email.gif" style="border: none; margin: 0px 0px 0px 0.5em !important; position: relative; vertical-align: middle;" width="18" /></a></span></span><br />
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<iframe data-gapiattached="true" frameborder="0" hspace="0" id="I20_1464607960247" marginheight="0" marginwidth="0" name="I20_1464607960247" scrolling="no" src="https://apis.google.com/u/0/se/0/_/+1/fastbutton?usegapi=1&source=blogger%3Ablog%3Aplusone&size=medium&width=300&annotation=inline&hl=es&origin=http%3A%2F%2Foscarruiz-letras.blogspot.com.ar&url=http%3A%2F%2Foscarruiz-letras.blogspot.com%2F2012%2F07%2Fgracias-al-viento.html&gsrc=3p&jsh=m%3B%2F_%2Fscs%2Fapps-static%2F_%2Fjs%2Fk%3Doz.gapi.es.v3Qp9QM9NxA.O%2Fm%3D__features__%2Fam%3DAQ%2Frt%3Dj%2Fd%3D1%2Frs%3DAGLTcCOiU9dIpV9VkVbaHVWkLoRjg7FFTQ#_methods=onPlusOne%2C_ready%2C_close%2C_open%2C_resizeMe%2C_renderstart%2Concircled%2Cdrefresh%2Cerefresh&id=I20_1464607960247&parent=http%3A%2F%2Foscarruiz-letras.blogspot.com.ar&pfname=&rpctoken=21626347" style="border-style: none; height: 20px; left: 0px; margin: 0px; position: static; top: 0px; visibility: visible; width: 300px;" tabindex="0" title="+1" vspace="0" width="100%"></iframe></div>
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</div>
<div class="blog-pager" id="blog-pager" style="background-color: #fafafa; color: #cccccc; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 18.9px; margin: 1em 0px; overflow: hidden; text-align: center;">
<span id="blog-pager-newer-link" style="float: left;"><a class="blog-pager-newer-link" href="http://oscarruiz-letras.blogspot.com.ar/search?updated-max=2014-02-14T23:10:00-03:00&max-results=23&reverse-paginate=true" id="Blog1_blog-pager-newer-link" style="color: #dd7700; text-decoration: none;" title="Entradas más recientes">Entradas más recientes</a></span><span id="blog-pager-older-link" style="float: right;"><a class="blog-pager-older-link" href="http://oscarruiz-letras.blogspot.com.ar/search?updated-min=2011-12-31T19:00:00-08:00&updated-max=2012-07-24T12:03:00-03:00&max-results=23&start=21&by-date=false" id="Blog1_blog-pager-older-link" style="color: #dd7700; text-decoration: none;" title="Entradas antiguas">Entradas antiguas</a></span><a class="home-link" href="http://oscarruiz-letras.blogspot.com.ar/" style="color: #dd7700; text-decoration: none;">Página principal</a></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-60152941543355782642015-12-06T13:09:00.002-03:002015-12-06T13:09:26.249-03:00MAREA NEGRA<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<h2>
<span style="font-size: large;">La realidad suele ser un estimulo muy poderoso para generar historias. Que en un principio parecen mas exageradas, mas tremendas que la propia realidad. Pero el tiempo, siempre se encarga de poner las cosas en su correcta perspectiva .</span></h2>
<h2>
<span style="font-size: x-large;"><br /></span></h2>
<h2>
<span style="font-size: x-large;">MAREA NEGRA </span></h2>
<div class="MsoTitle">
<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Los primeros cuerpos que llegan a las playas son los
de los viejos y los chicos. Llegan sobre el fin del verano. Para ser más específico, los últimos días del
mes de agosto. Flotan. Seres humanos
de tez negra o cetrina. Provienen
de África o de Asia. Hinchados,
putrefactos, con la panza inflada; el cuerpo
mordido y picoteado por peces y
aves. El mar los deposita mansamente
en la arena tibia y blanca, para formar una composición caprichosa
y macabra del taijitu, la forma más
conocida de representar el ying y el yang. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Todos
llegan sin ojos. Los cuencos profundos y
vacíos. En ese hueco negro habita - para quien sepa leerlo - el horror de su historia.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Que
los primeros en morir fueron los viejos y los chicos es algo absolutamente lógico; acorde a la
evolución de las especies donde solo los más fuertes y capaces sobreviven. Aquellos que se
pueden adaptar al medio, más rápido que los demás. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Las
autoridades sanitarias del municipio, proceden a levantar los cadáveres de la
playa y darles sepultura de acuerdo al
rito musulmán, religión mayoritaria en
el país de origen de los muertos. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Después
de la llegada de los viejos y chicos, la
marea deja suavemente sobre la
orilla cuerpos deformes de
hombres y mujeres, con todo el potencial de su vida frustrado. Vidas desperdiciadas inútilmente. Cadáveres que flotan en un mar color negro.<span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Llegan
las embarcaciones. Embarcaciones de todo tipo, precarias e inestables. Atestadas de tal manera de gente que cuesta explicarse que no se hundan. Se acercan hasta pocos metros de la orilla. Lo
suficiente para que la gente desembarque, tiran algún peso que hace las veces de ancla
improvisada y se quedan en el mismo lugar un par de días, luego vuelven a su pais
de origen a buscar más pasajeros.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ante
tal avalancha de cuerpos, acude en auxilio el Ministerio de salud, pero ellos
también se ven desbordados, a tal punto que dejan de retirar los muertos de la
playa. Quedan a merced de las fuerzas de la
naturaleza y las alimañas. El aire en las inmediaciones de la costa mutó
el salitre por algo tórrido y nauseabundo. <o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Los
recién llegados se instalan en la costa, compartiendo el lugar con los cadáveres
de sus compatriotas. Deambulan sin sentido por la arena y las cuevas del lugar sin
saber qué hacer. Como zombis, pero vivos,
sin animarse a dejar las playas; organizándose, tratando de sobrevivir
como pueden, algo en lo que ya tienen
mucha experiencia. Se dan cuenta de que pisan
un continente donde su población está integrado mayoritariamente por ancianos y
los jóvenes están adormecidos por el confort
y la comodidad. Dejan las playas.
Ya son miles. Impera otra vez la ley más
antigua de todas, la ley de la evolución
de las especies donde solo los más fuertes y capaces sobreviven. </span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-81628063337398205532015-09-20T12:16:00.002-03:002015-09-20T12:17:29.713-03:00TRES PUENTES<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">TRES PUENTES <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ricardo
Urzi empezó a tener la idea de cruzar el tercer puente aproximadamente a la
edad de veinte años. Demasiado joven para cruzarlo, le decían
todos, ¿para que cruzarlo ahora?, ya llegara el momento. Pero Ricardo no
entendía como los demás podían seguir viviendo como si nada, como si el deseo
reprimido de atravesar ese puente y
descubrir que había del otro lado no fuera lo suficientemente grande e intenso
como para satisfacerlo. Sus amigos, sus
compañeros de trabajo y hasta la que, en
ese momento era su novia no entendían esa urgencia, ese hormigueo, el exagerado impulso por saber que había al final
del puente. Esa misma curiosidad que por un lado impulsaba a Ricardo, al común de la gente de la ciudad le
hacía parecer mucho más alocada la idea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Porque
los habitantes de Tres Puentes saben que el tercer puente está allí, que lo
pueden cruzar cuando quieran; no tienen
ni apuro ni curiosidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y
los puentes en “Tres Puentes” son imprescindibles. Fundada sobre la parte más
larga y menos ancha de la península, es una
ciudad - gracias a la fuerza de la
geografía- por demás angosta.
Rodeada tanto por derecha como
por izquierda de acantilados profundos
que dan a un mar de aguas siempre tumultuosas, oscuras y heladas. Con
una montaña en las espaldas del Norte impidiendo el paso, y marcando el límite
geográfico con el país vecino, no hay
mucha más alternativa para la ciudad que crecer huyendo hacia el sur, y para
eso es necesario sortear los riachos que bajan de la montaña con agua de
deshielo y que terminan convirtiéndose en tres ríos para atravesar la ciudad, de una manera caprichosa, dividiéndola en
tres sectores claramente definidos, a
los que los lugareños llamaban barrio, cada uno de ellos separados y conectados
por un puente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Puentes
que - a decir verdad – son bastante
diferentes entre sí, a pesar de estar construidos todos con piedra de la zona y
poseer un estilo de arquitectura romana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
primer puente es el más corto y ancho de los tres, no tiene pilotes ni barandas
y su arco está construido con una dovela de piedra lo suficientemente larga para cubrir el vano del rio profundo pero angosto que corre tranquilamente
por debajo de él. Une el barrio más
antiguo al que llaman “el primero” -debido
a que fue el barrio fundacional de la ciudad - con el barrio “del medio”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
segundo puente es más largo, alto y abovedado que el primero, tiene
un pilar en el medio, sobre los cuales están montadas las dovelas que encastran
perfectamente entre si, y transmiten toda su carga a los apoyos; permite ver, parado en uno de los extremos, el
otro lado, Tiene una baranda pequeña,
también construida de piedra. Por
debajo de él corre un rio ancho, caudaloso y con muchos rápidos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
tercero, el más importante, ubicado en el extremo sur es el
más largo y ancho de los tres. Con una luz importante en sus arcos, y el punto
medio de los mismos muy elevado, no permite alcanzar con la vista el otro
extremo. Está soportado por varios
pilotes, los cuales no se sabe a ciencia
cierta cuantos son, porque la gente de
la ciudad lo cruza en contadas ocasiones, no para visitar parientes, hacer
viajes de negocios o tomarse unas pequeñas vacaciones, sino para irse de la
ciudad buscando otras suertes en algún lugar del país, por eso quienes cruzan,
cualesquiera haya sido esa suerte, no
vuelven a Tres puentes, , los lugareños pierden contacto con
ellos, por eso no se sabe que hay más allá del puente. <span style="background: yellow; mso-highlight: yellow;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A
los treinta años, a pesar de
consolidarse laboral y tener un futuro económico promisorio -había logrado mudarse al barrio del medio,
muy cerca del centro cívico en la parte
más importante de la ciudad –la necesidad de Ricardo por cruzar el tercer
puente se había acrecentado. Buscaba
permanentemente algún contacto, alguna información de alguien que lo
haya cruzado, sin respuesta alguna, hasta por supuesto Intentó un par de veces
hacer el cruce, pero no pudo avanzar más allá de un par de pasos sobre el
puente. A pesar de su curiosidad, y
hacer todo el esfuerzo de que era capaz,
las piernas se agarrotaban y se
convertían en dos columnas imposibles de mover. Ni siquiera llegaba cerca de la
mitad del puente, como para por lo menos alcanzar a ver algo de lo que había en
el extremo opuesto. Después de varios fracasos, abandonó el intento, pero no las ganas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Poco
antes de cumplir cuarenta años, Ricardo,
se mudó con su esposa Lila, al barrio
nuevo, el último de la ciudad y donde estaba ubicado el tercer puente. Por un tiempo su curiosidad y necesidad por
cruzarlo se calmó. Quizás debido a su reciente y estrenada paternidad: su primer
hija ocupaba todo su tiempo libre y sus
expectativas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con
el nacimiento de la segunda hija, la sensación se apaciguó para renovarse cuando nació el tercero.: su primer
y único hijo varón. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
el cumpleaños de cincuenta, mientras brindaba rodeado de sus amigos y familiares
que le cantaban el feliz cumpleaños, Ricardo pensó que había sobrepasado la
mitad de su vida y aun no conocía lo que había del otro lado del puente y el
tema volvió a instalarse nuevamente en su cabeza, pero esta vez con más fuerza,
para confirmar lo que en su interior siempre sospechó: Que en realidad la
inquietud por saber que había del otro
lado del puente, no desapareció nunca,
solo se adormeció en su mente para acurrucarse en su corazón, esperando el
momento adecuado de volver a salir. Sintió en ese cumpleaños que estaba ahora
tan cerca de poder cruzarlo como nunca antes , solo necesitaba un pequeño
empujón de su fuerza de voluntad, para hacerlo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No
fue fácil, ese empujón que Ricardo necesitaba le llevo cuatro años más. Al fin
un domingo muy temprano salió a caminar por el barrio, como le había
recomendado su médico, y de alguna
manera consiente o inconsciente se encontró
frente al tercer puente. Estuvo de pie unos cuantos minutos mirando
alternativamente para adelante y hacia atrás, hasta que decidido puso el pie en
la primer piedra del puente y comenzó a caminar, pero esta vez no se detuvo
hasta cruzarlo completamente . <o:p></o:p></span></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-80965449056436123292015-06-26T23:49:00.004-03:002015-06-26T23:49:39.399-03:00Una pequeña reflexion sobre la Educacion Creo que la educación no está ni estuvo en los últimos– al menos - treinta años, en la agenda real de las prioridades nacionales. A pesar de los discursos grandilocuentes, los presupuestos generosos o no, nuestro país viene en caída flagrante en ese tema, una caída de la cual ningún gobierno puede hacerse el distraído. Año tras años nos encaramamos en la búsqueda del primer puesto de los índices catastróficos. Más deserción, Menos egresados en relación a los que empiezan el ciclo. Bajos Índices de comprensión de textos, permanente migración de alumnos del sistema público al privado, que sería aun mayor si las condiciones económicas del pueblo argentino fuesen mejores. Desinterés de los padres en el proceso de aprendizaje de sus hijos. Y pérdida de respeto hacia los encargados de llevar a cabo ese proceso educativo. Confusión de roles, pérdida de rumbo y algunos etcétera mas. A veces creo que el sistema no colapsa por los miles de maestras y maestros que con vocación genuina y sacrificio siguen apostando al futuro de los pibes. Algunos años, hasta que se cansan, hasta que el agobio los supera, hasta que la frustración laboral se impone. Y si entendemos por educación además de conocimientos técnicos o académicos, un conjunto de valores, un patrimonio común de historia, costumbres, tradiciones de un pueblo, bueno, entonces estamos peor. <br />
La que provoca una verdadera revolución, generadora genuina de movilidad social ascendente mas allá de la económica , causante de una mejor convivencia social es sin duda la Educación .Seria una simplificación imperdonable pensar que los gobernantes que nos merecimos soportar en un acto de maldad absoluta y maquiavélica perpetuidad del status quo político argentino, privan a la gente de aprender, de educarse de instruirse, de aumentar su capacidad de pensar , Seguramente habrá voces más capacitadas que las mías que dirán que las causas del deterioro son más profundas y complejas . Esto es apenas una breve exposición de síntomas. Seguramente no corregiré el problema, pero lo que sí puedo hacer es votar y promover a los políticos que creo ponen a la educación en un peldaño un poco más alto que otros asuntos que nos aquejan. Importantes , si, pero no fundamentales.Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-84397213446041101952015-04-02T01:19:00.000-03:002017-04-02T18:10:31.556-03:00a 33 años de Malvinas<b><span style="background-color: white; color: #666666; font-family: "helvetica" , "arial" , "lucida grande" , sans-serif; line-height: 17.8666667938232px;">H</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="background-color: white; color: #666666; line-height: 17.8666667938232px;">ay fechas que duelen, que cuestan entender, que no se pueden olvidar de ninguna manera. Como esta. Porque cientos de pibes con toda un vida por delante, fueron</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #666666; display: inline; line-height: 17.8666667938232px;"> llevados por unos delirantes hijos de puta a una guerra sin sentido. Los que pudieron volver quedaron marcados para siempre por lo que vivieron, tratando de reconstruir sus vidas como pueden. Otros, demasiados, ni siquiera tuvieron esa opción y quedaron en las islas . Esos pibes son los verdaderos héroes , los que nunca deberíamos olvidar. Mi pequeño y humilde homenaje para ellos, este dos de abril.</span></span></b><br />
<b><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #666666; display: inline; line-height: 17.8666667938232px;"><br /></span></span></b>
<br />
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<h2 style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR">¡Alto! ¿Quién vive?<br />
</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"> </span></h2>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Me levanto del catre
apenas un par de horas después de acostarme, total da exactamente lo mismo que
esté de pie o acostado. Me pongo los
borceguíes. Aún están un poco húmedos,
si tuviera papel de diario seco le haría unas plantillas, como me hacía mi
vieja cuando era chico y venía con los pies mojados de jugar, pero acá no tenemos
diarios secos; ni siquiera tenemos diarios.
Cierro la chaqueta verde oliva y me cruzo la bufanda sobre el cuello. Tomo mi FAL. Salgo a la
tundra helada. El viento del oeste no da respiro, como todos los días y trae
desde el estrecho San Carlos esa bruma fría que moja todo. Agudizo la mirada a través de
la niebla. No se ve ninguna luz a lo lejos, del otro lado del estrecho San
Carlos con dirección a<span style="background: white; color: #222222;"> Puerto Darwin o hacia el este, hacia Puerto Stanley.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Comienzo mi recorrida
por el lado este, el de la entrada, como siempre, como corresponde a un militar.
Actitudes previsibles, repetitivas, constantes. Mi tropa debe saber a qué
atenerse, no puedo dejar que la moral de los soldados se venga abajo, y una
forma de hacerlo es que sepan a qué atenerse. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Camino por los
pasillos de tundra, evito pisar los canteros con grava y las placas de mármol
negro del suelo, también trato de no hacer demasiado ruido, para no molestar a
los conscriptos, aunque es un poco innecesario porque la mayoría están alertas en
sus puestos; esperando. En cuclillas, acurrucados; con la mirada perdida en los
huecos de los obuses, o hipnotizados con la traza brillante de alguna bala que
hace tiempo cayó. O quizás estén hablando entre ellos de sus cosas, de sus
heridas, recordando sus terruños allá en
el continente, ahora que están atrapados aquí a miles de kilómetros de ese
lugar, de sus hogares y vidas cotidianas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Casi todos los que aún
estamos en este lugar de la isla, mantenemos una vigilia tensa. Otros, con más suerte que mis soldados, ya descansan mejor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El ruido de mis pasos
despabila al conscripto que está de guardia, apoyado sobre la empalizada
pequeña de tres maderas, que delimita el
lugar donde nos encontramos todos. Está
mirando hacia el estrecho y no me ve llegar. Se sobresalta, levanta el
fusil y lo amartilla, apuntando hacia la
negrura que se le presenta adelante, mientas grita la voz de alto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Alto, ¿quién
vive? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Cabo Arévalo, conscripto. Descanse nomás – le digo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Disculpe mi cabo,
no me di cuenta, no fue una noche fácil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Ya debería haberse acostumbrado,
conscripto, hace tiempo que estamos acá – le digo – Aguante que falta poco para
que termine su turno, vuelva a su posición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Ahora me dirijo hacia
el lado oeste donde está la cruz blanca,
el pequeño altar de mármol negro y la imagen de la Virgen de Luján. Rozo sin
querer un crucifijo puesto sobre la tumba de Alberto Ludueña. El viento gélido que
baja por la colina, delante de las montañas, me obliga a levantarme la solapa
de la chaqueta. Me doy un poco de calor a las manos con el aliento. Falta menos
de una hora para que termine el turno de imaginaria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Alto, ¿quién
vive? - grita el conscripto que hace la
guardia parapetado tras el altar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Cabo Arévalo, descanse conscripto y deme el parte
– contesto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Sin novedad en el frente,
mi cabo – me contesta el conscripto con
una tonada cordobesa inconfundible. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Meto la mano en mi
chaqueta y saco un atado de cigarrillos para prender uno, cubro la llama con la
mano, no quiero que el reflejo de la luz sea tan fuerte; enciendo el cigarrillo
y después lo meto dado vuelta en el
hueco de mi mano para que la brasa se oculte la más posible. Le ofrezco el
paquete al soldado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--¿Fuma, conscripto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Sí, gracias, cabo Arévalo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Saca con dificultad un cigarrillo del
paquete que le ofrezco, por los guantes húmedos y los dedos agarrotados. Espero
que lo prenda y le pegue un par de pitadas
en silencio. Después le digo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--¿Cuánto
tiempo hace que está bajo mi mando, soldado?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El soldado me mira extrañado, sin
entender mucho mi pregunta ni hacia donde voy<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Muchos años, señor
– me contesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Le voy a confiar
una tarea importante conscripto, creo que ya está para que le dé otras responsabilidades.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Sí, mi cabo, lo que
ordene -me dice. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Se va de misión y
se lo lleva al correntino con usted. Traten de llegar lo más cerca posible de
Puerto Stanley, a ver si divisa algún indicio del enemigo.
Busque dos voluntarios más entre los muchachos
del ala norte, los que estén en mejores condiciones. Quizás hasta puede conseguir
alguna información del civil, ya debería haber venido el mes pasado a pintar
las cruces. Me informa cuando regrese.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Hace mucho tiempo que no
se acerca nadie por acá, cabo Arévalo –me dice.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Sí, lo sé,
conscripto, pero igual tenemos que seguir vigilando, no podemos darle
tregua a estos putos ingleses. Tenemos ciento
veintiún compañeros más que cuidar,
además de nosotros mismos. ¿Mantiene su fusil en condiciones, conscripto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Sí ,señor. Lo limpio y pongo a punto todos los días. Señor,
¿me permite hacerle una pregunta?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Lo miro, tratando de
encontrar algún reflejo en sus ojos inexpresivos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Dígame, conscripto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Hay rumores que la
guerra terminó, cabo Arévalo. Hace ya mucho tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--¿Quién dijo eso, soldado?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Lo comentó el conscripto
Zabala, cabo, cuando lo trajeron desde puerto Stanley, un poco antes de irse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Son mentiras del
enemigo´, conscripto, rumores que
infiltran entre la tropa para desmoralizarnos, pero no van a lograrlo. Usted
manténgase firme, soldado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Lo que pasa es que
estoy cansado, mi cabo. Usted podría haberse ido de aquí, sin embargo se quedó,
¿por qué no se fue cuando pudo? ¿Por qué no se fue como hicieron los otros, casi
la mitad de todos los que estábamos acá?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Porque mi misión no
terminó aún, porque todos ustedes, los ciento veintitrés son mi responsabilidad, y yo no soy hombre de
rehusar a mis obligaciones, conscripto. Es cierto, estamos cansados, pero usted no puede aflojar, de ninguna manera, como
tampoco puede hacerlo el resto de sus compañeros. Ninguno de ellos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Pero cabo, es que…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Es que, nada, soldado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Es que hace mucho
tiempo que estamos acá, cabo. Y tengo miedo que ya no pueda irme más de aquí,
de que éste sea mi lugar definitivo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">--Soldado, los años
que pasamos acá son minutos comparados con la eternidad. Usted no puede olvidarse
de quien es, porque usted es algo más
que el “cordobés”, usted es un nombre y un apellido, y todos tenemos derecho a
conocerlo para poder escribirlo donde corresponde.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Levanta su cabeza y
me mira. Guarda silencio. El viento sigue soplando y el sol comienza a querer
asomar detrás de la colina, pero no se refleja en nuestros ojos muertos.</span></span></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-65764264016427973932014-11-05T20:55:00.003-03:002014-11-05T21:08:32.924-03:00VENDAVALQue mentiras me trae el viento que no las quiero comprar...<br />
<br />
<br />
<b><u><span style="font-size: x-large;">VENDAVAL</span></u></b><br />
<br />
<div class="MsoTitle">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Siempre se dijo que la madrugada
de ese día de agosto del setenta y dos cuando
Luis Sosa -al que todos apodaban el marino- se fue del pueblo; fue la más fría y oscura que se tenga memoria y que por
el contrario, la noche que regresó fue la más templada y cálida que se recuerde.
Siempre se dijo y nunca nadie lo puso en duda. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">De la primera noche no puedo
decir mucho porque pasaron más de cuarenta años y la memoria me falla un poco,
pero de la segunda, de cuando Sosa volvió puedo asegurar que fue así como se
cuenta y yo lo sé muy bien porque tuve
la suerte o la desgracia de estar presente esa noche. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Cuando el marino entró al Mimosa
- el bar del inglés Aberthyns - arrastrando los pies y corriendo a los
empujones las sillas que le estorbaban el paso, el boliche estaba lleno de
aquellos clientes habituales y unos cuantos ocasionales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Sosa seguramente se debe
haber asombrado al darse cuenta que los años que habían pasado no hicieron
ninguna mella en el edificio del bar del inglés. Ni los años, ni el frío
extremo, tampoco las tormentas, ni
siquiera el ripio suelto, del viejo camino vecinal que muere en el penal de
Rawson había logrado marcar las paredes viejas y gruesas del Mimosa. Estaba tal
y como el marino Sosa lo recordaba. Ahora las caras eran diferentes -eso sí había
cambiado- pero aún todos seguían siendo pescadores de rostros tallados por el viento de la
Patagonia, hombres y mujeres solos y tristes, como siempre fue la clientela del
Mimosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">El inglés vio la silueta
inconfundible de Sosa – su gabán
marinero y las manos en los bolsillos - en el vano de la puerta y puso dos vasos
limpios sobre el mostrador. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">El Marino apenas murmuró a
su paso un “noches buenas” con su voz pesada y oscura, esperando alguna
respuesta, algún sonido que tape los gritos destemplados de sus propios pensamientos.
Pero nadie habló, ninguno de los presentes dijo esta boca es mía, ni siquiera se
animaron a respirar fuerte. Que el marino haya vuelto al pueblo era un hecho lo
suficientemente importante como para guardar silencio, además aunque muchos no
lo conocían personalmente la leyenda del Marino era conocida por todos en el
lugar. Se había ido contando de boca en boca durante todos los años que el
hombre anduvo por ahí, fuera del pueblo. Como toda leyenda creció en cada fogón,
en cada contada de asado o de vinos compartidos y ya no importaba si el Marino había matado a
uno o a diez o había sobrevivido a un pelotón de fusilamiento o era él que había
dado la orden de disparar, la leyenda como toda leyenda que se precie había superado al hecho mismo para convertirse
en un símbolo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Mientras Sosa caminaba hacia
el mostrador algunos de los hombres que estaban conversando y bebiendo, se
hicieron a un lado, otros se fueron a sentar en alguna mesa escondida del bar. En
ese momento no hubo otro sonido en el lugar más que el que genera el choque del
pico de una botella de ginebra contra el borde un vaso de vidrio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">El inglés miró a los ojos viejos
del hombre que acababa de regresar, le acercó un vaso, levantó el suyo, como
gesto de saludo y respeto, y se lo tomó de un sorbo. Le dijo: “va por cuenta de
la casa”. Después siguió con sus cosas. No preguntó ni comentó nada. El inglés
no conocía la leyenda del marino por comentarios o por el decir de otros, el inglés
estaba con él cuando el marino se
convirtió en leyenda. <u><o:p></o:p></u></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Sosa se tomó la ginebra
despacio, pensativo y en silencio, un codo apoyado en el mostrador sosteniendo la cabeza que se
apoyaba en la mano mientras la otra mano estaba en el bolsillo de su gabán
oscuro, la mirada baja, la espalda encorvada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Después, como desde el
origen del pueblo, como desde siempre, llegó el viento. El viento del sur, amo
y señor del descampado. El viento que se mete por todos y cada uno de los
huecos que encuentra, el viento que entra chiflando, a través de las ventanas gastadas
que dan al páramo y el acantilado que bordea el Atlántico. Afuera del bar,
bramaba en toda su libertad, más fuerte que otras noches; adentro su sonido
apenas era apagado por un viejo televisor anclado en un canal de música que
emitía constantemente videos que nadie miraba pero todos escuchaban, igual que
al viento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">El marino Sosa apuró un
trago y después habló. Habló al aire o a quien quisiera escucharlo, su voz –
puedo asegurarlo - sonaba más oscura y
pesada que otras veces, como si fuera a decir una confesión o su último verso
si hubiera sido un poeta, pero no, no era un poeta, y dijo: “Sus últimos
alientos se volvieron viento, viento del sur, vendaval para que no olvide, para
traerme de vuelta hasta este lugar. Un viento helado y fuerte que penetra mis
huesos y agujea mi carne con miles de pequeños punzones”.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 150%;">Apuró de un sorbo lo que
quedaba en el vaso, agradeció y salió casi de la misma manera que entró al bar,
arrastrando los pies y empujando las sillas. Se detuvo un momento en el vano de
la puerta, para cerrarse el gabán oscuro y salió a enfrentar el vendaval de
octubre, enseguida cayó al suelo tomándose el pecho dejando ver la camisa totalmente
ensangrentada por diecinueve heridas, como si diecinueve punzones le hubiesen
atravesado profundamente el corazón. <span style="font-size: small;"><o:p></o:p></span></span></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-27233371980227842102014-07-09T16:36:00.002-03:002014-07-09T16:42:27.871-03:00EL ABUSO DE LOS MEJORES O EL SINDROME DE DAVID<h2>
<b><u>EL ABUSO DE LOS MEJORES O EL SINDROME DE DAVID</u></b></h2>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El triunfo de los alemanes contra Brasil por paliza , genero
algunas cosas tanto en mi como en nuestros compatriotas que de alguna manera me
llevaron a tratar de mover algunas neuronas y ejercer el pensamiento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Digo , si los Alemanes fueron mejores, y jugaron sin fisuras en forma excelente ¿ porque entonces
tengo esa sensación amarga y esa empatía con nuestros eternos rivales
brasileros? Si realmente me hubiera
alegrado que Brasil perdiese <st1:metricconverter productid="1 a" w:st="on">1 a</st1:metricconverter>
0 o <st1:metricconverter productid="2 a" w:st="on">2 a</st1:metricconverter> 1 como máximo, resignando inclusiva las
ganas de ver una final entre Brasil y Argentina que por supuesto ganaríamos
nosotros. ¿por qué entonces la victoria de los alemanes <st1:metricconverter productid="7 a" w:st="on">7 a</st1:metricconverter> 1 no me alegró ni me alegra? . ¿Tendré acaso
miedo por el futuro de nuestra selección cuando tengamos que enfrentarnos a
ellos y la posibilidad concreta de sufrir el mismo deshonor que nuestros compatriotas
latinoamericanos? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero más allá de estos temores o dudas, razonables o no, la sensación
que tengo y me molesta es que siento que hubo un abuso, una prepotencia, una
desigualdad manifiesta. Si a Alemania le bastaba ganar con una 2 a 0. Es más
hasta seria entendible un 3 a cero, pero no, los tipos se ensañaron y le
metieron siete pepas, que casi fueron 8. Hicieron leña del árbol caído,
sintieron el olor a sangre y se zambulleron al ataque como los tiburones, sin
piedad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Y me pregunto ¿el futbol es eso? Y que se yo, quizás sí, quizás no, pero no me gusta ver como,
por más competencia que sea, en lugar de ganar se aniquila al rival. Y eso es lo que paso. Los jugadores
brasileros, seguramente le cueste bastante tiempo reponerse de la vergüenza de formar
parte del equipo que sufrió la mayor derrota en una copa del mundo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Creo que la victoria de Alemania en lugar de elevarlos como a
Goliat, nos lleva a todos a mirar a David. Y en ese partido los brasileros fueron
los débiles. ¿Seremos nosotros los vengadores? </span><o:p></o:p></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-14260501421806390542014-05-22T08:42:00.004-03:002014-05-22T08:42:50.045-03:00Festival Azabache Negro y Blanco - 2014<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-2mG-g1zQfvE/U33iraCcZDI/AAAAAAAAAb8/77gN4SEwE34/s1600/10351102_10203819216829601_1797896208407468775_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-2mG-g1zQfvE/U33iraCcZDI/AAAAAAAAAb8/77gN4SEwE34/s1600/10351102_10203819216829601_1797896208407468775_n.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<br />Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-89946744610530217352014-05-22T08:42:00.000-03:002014-05-22T08:42:00.080-03:0040 Feria del Libro en Bs.As. - Stand de Cultura de Gral. Pueyrredon <br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-7uT3Cc2yxGk/U33iOAk5LpI/AAAAAAAAAb0/7wCzawykNnE/s1600/10325668_735551633151191_2037617340902472130_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-7uT3Cc2yxGk/U33iOAk5LpI/AAAAAAAAAb0/7wCzawykNnE/s1600/10325668_735551633151191_2037617340902472130_n.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los libros de los autores y las editoriales de Mar del Plata, disponibles en la Feria del Libro en Capital Federal</td></tr>
</tbody></table>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-56325284028241462302014-03-06T11:28:00.002-03:002014-03-08T19:55:45.253-03:003er premio en cuento concurso OSVALDO SORIANO - 2012<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b><span style="background-color: black; color: white; line-height: 18px;">Los vientos de Marzo, se llevan los nubarrones. Me acaban de llamar por teléfono para darme la excelente noticia de que he obtenido EL 3er. PUESTO EN LA CATEGORÍA CUENTO DEL CONCURSO OSVALDO SORIANO 2012. Muy , pero muy contento por haber sido premiado en un concurso de mi ciudad .</span></b></span>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-57405537378086652592014-02-26T21:20:00.003-03:002014-05-22T08:38:28.200-03:00Imperiosa fatalidad - Presentación oficial<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2kuP19hAxLGgLmghBLxWLLpdtz2_6I5lq9fsi5ypygTpVOkC41k_DZjXo4xzKIeySkbax8d3UvsQk1GJ1B-5seKV7ZktDQCHwgg1qmdjdo8O6k8GU8M-E9IrTpDNIoUuBe8lkdKaQ3Hg/s1600/tapa+definitiva+chica.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; display: inline !important; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2kuP19hAxLGgLmghBLxWLLpdtz2_6I5lq9fsi5ypygTpVOkC41k_DZjXo4xzKIeySkbax8d3UvsQk1GJ1B-5seKV7ZktDQCHwgg1qmdjdo8O6k8GU8M-E9IrTpDNIoUuBe8lkdKaQ3Hg/s1600/tapa+definitiva+chica.jpg" height="200" width="165" /></a><br />
<b><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los círculos se van cerrando. Imperiosa fatalidad está en mis manos y no puedo menos que agradecer a mucha, muchísima gente, pero especialmente a tres tremendos escritores como son Horacio CONVERTINI; Sebastián CHILANO y Javier CHIABRANDO. quienes se tomaron el trabajo de leer mi libro, opinar, sugerir y criticar enriqueciendo mi obra.</span></b><br />
<br />
<b><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La presentación oficial se hará el día 15 de Marzo en un lugar que me permite volver al barrio : ESQUINA MARECHAL - PAMPA 1906 ( Esq. Belgrano) .</span></b><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>Tendré</b></span><b><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> el inmenso gusto de contar como anfitriones nada menos que a Sebastián Chilano y a Santiago Maisonave que dirán algunas palabras sobre el libro y también el placer de escuchar alguno de mis textos leído por Mirta Pérez Llana. Están todos invitados y será un gusto recibirlos.</span></b><br />
<br />Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-73197023206349082172014-02-14T23:10:00.006-03:002014-02-14T23:11:44.229-03:00MIS DOCE DIAS EN SILVERVILLE - El segundo día <div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<h2>
<i><b><span style="font-size: x-large;">II. El segundo día: La fundación
de Silverville </span></b></i></h2>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
segundo día en Silverville me encontró realizando varias caminatas por el pueblo. Decidí
por una cuestión de economía de tiempo ― en ese momento no tenía ni remotamente pensado quedarme un total
de doce días en el pueblo ― recorrer de
punta a punta la calle diagonal que
cruza todo el poblado. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ese
día pude constatar que la misma calle ― como
en tantas otras ciudades ― se denomina de
dos maneras diferentes: Desde el extremo Norte hasta la Alcandía se llama Diagonal
Mayor, y desde la Alcaldía hasta el extremo Sur del pueblo el más coherente nombre de Diagonal Única. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mi
paseo me permitió conocer y entablar conversaciones con varios de los lugareños
para saber más de sus costumbres y sus creencias, en definitiva como es su vida
en este pueblo. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Una
de las conversaciones interesantes que tuve fue con el matrimonio de don Rolando
Achával y su señora doña Elsa Contreras, sobre el nombre del pueblo y
sus orígenes. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A
pesar de lo que a primera vista pueda parecer o creerse, el nombre del pueblo no deriva de la cultura
anglosajona y ni es algún analogismo de
la palabra plata, Pues no. Nada más alejado de la realidad. Silverville debe su nombre, como tantos
pueblos de nuestro país, y seguramente del mundo, al apellido de su
fundador Don Juan Carlos SIlverado Otuño
de María, tercer heredero soltero de la
casa de los Bourbon, hijo bastardo pero reconocido fruto de la relación entre don SIlverado Otuño de María, segundo heredero
de la casa de Bourbon con una moza mulatona de la ciudad de Santiago, capital de la
República de Chile. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y
la relación en cuestión fue con una dama que vivía en la capital de Chile, porque
don SIlverado Otuño de María, tercer
heredero soltero de la casa de los Bourbon era de nacionalidad
chilena y en una expedición en busca de
tierras para ampliar el poderío económico de su “casa” se vio obligado a hacer un alto debido a las
inclemencias del tiempo, y allí donde se detuvo, en ese preciso lugar fue donde
fundó la ciudad.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
hombre en su travesía evidentemente cruzo la cordillera de los Andes y se
adentró en suelo argentino, creo yo qué sin
darse cuenta y debido a la carencia de GPS. Salvo que haya sido una avanzada,
uno de los tantos intentos, una muestra más de los intereses colonialistas de nuestro
vecinos por adueñarse de nuestra tan amada Patagonia, que tantos hombres y mujeres
de bien dio a nuestra patria. Por suerte la cosa de la apropiación no prospero,
y el pueblo quedo fundado en suelo Argentino. Se imaginan a Roca persiguiendo y
matando aborígenes chilenos. Seguramente hubiera desencadenado una guerra entre vecinos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y
teniendo en cuenta entonces que Silverville es un pueblo argentino fundado por un chileno, descendiente de españoles
es razonable que tenga algunas características propias, una impronta y una particular
relación de los pobladores de
Silverville con el país andino, vecino al nuestro. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Todos
sus habitantes, a pesar de tener la nacionalidad argentina, se sienten argentinos
y dan loas al asado, Maradona y el dulce de leche. Tienen algunas costumbres
extranjeras, más específicamente chilenas. A Papa Noel le dicen viejito pascuero
por ejemplo y a sus mujeres en lugar de
decirle “La Patrona” como haría cualquier argentino que se precie, le dicen la polola
Y si se van de fiesta se van a carretear. Pero bueno, son costumbres nomas.<o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dicen
los habitantes que don Juan Carlos SIlverado, cuando fundó el pueblo lo primero
que hizo fue marcar el mapa del futuro caserío
y levantar su vivienda, la que poco tiempo después sería la Alcaldía. Su primer
acto de gobierno después de la fundación fue nombrar a su lugarteniente Don Eusebio
R. Etchegaray como Real recaudador de gabelas y contribuciones y al capitán don Ruperto G. Moreno. Le otorgo el cargo de Real
controlador máximo. También me contaron los lugareños que en momento don Juan Carlos SIlverado Otuño de María,
tercer heredero soltero de la casa de
los Bourbon dijo su frase más célebre y terrible , la única que los silvervilleaínos nunca olvidan, la frase que los marcó y que se transmite de generación en generación
convirtiéndose casi en un mantra: “Primero me salvo yo. Los demás que se caguen”
Quizás por eso, en un gesto inmortalizado en piedra, su estatua en el medio de la
diagonal mayor está haciendo el típico corte de mangas. <o:p></o:p></span></i></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-4338078388348060472014-01-06T23:30:00.000-03:002014-01-06T23:58:33.991-03:00MIS DOCE DÍAS EN SILVERVILLE <div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 21px; line-height: 24px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Buscando en la baulera la caja donde guardamos el arbolito de navidad, encontré una vieja agenda de viaje que solía llevar siempre conmigo. Ahí dentro estaba las anotaciones de mi experiencia en un pueblo llamado Silverville, donde estuve doce dias viviendo. Les dejo mis impresiones del primer dia </span></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<b><i><u><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;"><br /></span></u></i></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><i><u><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;"><br /></span></u></i></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><i><u><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;"><br /></span></u></i></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><i><u><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">I - El primer día: Como es Silverville</span></u></i></b><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Silverville, apenas es un pueblo perdido en medio de la nada. Un pueblo
olvidado de Dios y desconocido para los hombres, salvo por supuesto los que
viven allí, y esta humilde marplatense que lo descubrió de pura casualidad, en
las vacaciones de diciembre del ´83. Yo era joven y arriesgado en ese entonces.
Había decidido aventurarme hacia la Cordillera a escalar un poco y gracias a mi
inexperiencia me perdí. Desorientado buscando el camino de regreso a la civilización
entonces de casualidad encontré el pueblo donde me quede conviviendo
con los lugareños doce días, tiempo breve pero más que enriquecedor y
suficiente para conocer muchas de las características de los habitantes de este
extraño lugar. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Desde el punto de vista geográfico está ubicado sobre
el lado argentino de la cordillera de los Andes, y se puede decir, simplificando,
que está casi a la altura del medio, allí donde la provincia de Buenos Aires
termina su panza. Para los que les gustan los detalles y las exactitudes:
específicamente está ubicado en los
puntos 37 grados 52 minutos de latitud Sur y 70
grados 58 minutos de longitud Oeste,
asunto fácilmente comprobable por cualquiera de los amables lectores de esta
crónica, gracias a los avances tecnológicos del Google Earth. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">El pueblo es básicamente un cuadrado. Compuesto por
apenas 22 calles horizontales y una
diagonal. En el centro del pueblo, por
supuesto, está levantado el edifico donde se ubica la Alcaldía, (porque
no tienen intendente sino Alcalde) lugar donde además de desarrollar las
actividades de gobierno viven el Alcalde y los doce concejeros populares, por
todo el término de su mandato. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">A partir del centro geográfico del pueblo - la Alcaldía - se distribuyen once calles horizontales hacia el Norte y once hacia el Sur del pueblo.
Las calles horizontales no tienen una extensión importante, cálculo que a lo
sumo tendrán entre novecientos y mil doscientos metros. El cálculo, al carecer
de calles verticales e instrumentos de medición adecuados no me ha resultado
fácil de determinar. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">La diagonal atraviesa la totalidad del pueblo de
punta a punta, de derecha a izquierda, marcando en cierto modo la tendencia
política de sus habitantes. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Para más detalle, pueden observar el pequeño mapa que adjunto, hecho a mano
alzada en mis hojas cuadriculadas de agenda que siempre suelo llevar conmigo a
mis vacaciones. </span></i><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK4VrNOl-exu9_-oyBqwLbw8hsoIZRtAk05EpZHteQAu9xH_jfCUxOCt1X1JFWFFdqES5UwHhTWorjifn2b62yj4E-xXPf7jhAi7oFncYKi62m7qeMqe9ZGWxC2FUnUV2A10jtdxMWdZo/s1600/DSCN5043.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK4VrNOl-exu9_-oyBqwLbw8hsoIZRtAk05EpZHteQAu9xH_jfCUxOCt1X1JFWFFdqES5UwHhTWorjifn2b62yj4E-xXPf7jhAi7oFncYKi62m7qeMqe9ZGWxC2FUnUV2A10jtdxMWdZo/s1600/DSCN5043.JPG" height="240" width="320" /></a><i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Como puede verse en ese
rustico dibujo entre cada calle horizontal se encuentran ubicadas de
manera paralela, tremendas acequias de generosas medidas (15 mts. de ancho por
4 mts. de profundidad). En el mapa pintadas de color negro, las cuales más que acequias constituyen verdadero canales de navegación,
aun a pesar que en Silverville no hay barcos. Por dichas acequias circula el agua que abastece a todos los
vecinos de la calle para satisfacer todos sus requerimientos <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Según dicen sus gobernantes, el trazado de la
ciudad está diseñado de manera tal que favorezca el ejercicio y la caminata - no existen, por supuesto, automóviles en Silverville - y al
haber solamente calles horizontales, los habitantes cuando quieren ir a visitar
algún vecino de otra calle, por ejemplo, no les queda más remedio que utilizar la
diagonal y pasar indefectiblemente por
el centro del pueblo, es decir la Alcaldía. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Dicen tanto los pobladores como algunos viejos
libros que referencian a la fundación del pueblo, que esté diseño
arquitectónico ideado por su fundador, un amante del ejercicio físico, asegura
la calidad de vida de sus pobladores ya que se ven obligados a hacer largas
caminatas diarias, aunque mas no sea ir a comprar yerba al almacén de ramos generales.
Otros mal pensados opinan que es una manera de tener controlado el movimiento de los pocos habitantes del
lugar, asunto que no he podido
corroborar<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Al estar Silverville, alejada de los centros
urbanos densamente poblados y carecer de cualquier medio moderno y electrónicos de información, los habitantes estables se vieron inmunizados de
las tendencias y cuestiones que afectan al resto de sus conciudadanos nacionales,
conformando los que normalmente denominamos como el ser nacional. Los
silvervilleaínos (podemos denominarlos con este gentilicio, que queda mejor que
silvervilleros) han logrando de esa
manera generar una idiosincrasia propia y auténticamente independiente, libre y
soberana. En otras y simples palabras. En Silverville, la gente hace lo que se
les canta y cada cual canta como quiere.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">El pueblo tiene aproximadamente unos cinco mil habitantes,
y digo aproximadamente ya que a los silvervilleaínos no les interesa en
absoluto saber cuántos son, por lo que hace ya un siglo que dejaron de
contarse. Llevan eso sí un registro rudimentario de nacimientos y
fallecimientos, pero no es muy confiable. Las estadísticas no son su fuerte. También
tienen varias cabras, vacas y caballos, pero no se sabe cuantos son . <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Una organización social, que podría decirse
clásica, tradicional, hasta un poco
medieval. Dirige el destino de los
habitantes un alcalde y doce consejeros, lo que nosotros llamamos concejales. Son
elegidos por voto popular y cantado cada diez años, práctica que por supuesto
ha generado disputas y rencillas entre los vecinos que perduraron varios años. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">También, seguramente como un viejo resabio de las
épocas de la colonia, parecería ser que los vecinos que tienen sus casas más
cerca de la alcaldía y de la diagonal son los más pudientes o al menos los más influyentes
. Lo que sí es cierto e irrefutable es que como son los que menos caminan, pues son los más
gordos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">En general los lugareños son hospitalarios con los
extranjeros una vez vencido el recelo natural a lo desconocido, algo generosos
y excelentes cocineros de carne de ave asada (cóndores y demás bichos alados autóctonos
de la zona cordillerana). Ante la escasez y dificultad para conseguir en
abundancia estas aves, los lugareños los crían en cautiverio, cortándole las
alas para que no puedan elevarse en ningún
sentido. Los tratan como si fueran mascotas. Están bien alimentados y hasta los
entretienen llevándolos a ver partidos de futbol los domingos pero de ninguna
manera dejan que remonten vuelo <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">He podido determinar, gracias a mis conversaciones
con varios de los habitantes del pueblo que se encuentran limitados seriamente
para crecer en infraestructura ya que se niegan terminantemente a cambiar la
traza del pueblo, aborrecen los números impares y las líneas verticales, con lo
que , dicen , jamás construirán calles con esa orientación , de forma que para que se pueda construir una calle más,
están obligados a construir dos, para no romper la armonía norte – sur, con sus respectivas
acequias/canales , lo que implica una erogación que los habitantes del pueblo
no pueden ( y creo que tampoco están dispuestos) a costear. Bajo ninguna razón
aceptan construir calles verticales o en número impar, y a pesar de mi
insistencia, no logre sacar palabra alguna que aclare tal extraña razón. Quizás
antes de que abandone este pueblo pueda descubrirlo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">La única forma de entrar o salir del lugar, como
puede observarse en el rudimentario mapa, es por medio de los extremos de la
diagonal. Generalmente se entra por la diagonal orientada hacia el norte y se
sale del pueblo por la diagonal orientada hacia el Sur.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Tanto el alcalde como los doce consejeros son elegidos
por voto popular cada diez años y viven
todos juntos en el edifico comunal, mientras dure su mandato. Todos los familiares
directos y los no tan directos trabajan en la alcaldía junto a los elegidos
para proteger y mejorar la calidad de los silvervilleaínos. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">No poseen, como es natural en un pueblo olvidado
luz eléctrica, de forma que se rigen por
los ciclos naturales: tienen más actividad social en verano cuando los días son más largos y mucho menos en
invierno. Y si disponen de abundante cebo, fabrican velas, muchas velas. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">El agua se obtiene por los deshielos y es encausada
a las acequias/canales mediante un complejo sistema de bombas, poleas y
mecanismos mecánicos que no supe determinar, ya que la ciencia mecánica está
muy alejada de mis preocupaciones y/o conocimientos. En verano como debe ser
abunda y en los inviernos, época de seca,
escasea de manera importante <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">A pesar de estos pequeños inconvenientes, los
habitantes de Silverville han logrado encontrar una solución que el resto de los habitantes de nuestro
país debería imitar. Podríamos resumirlo así: En Silverville lo que dice el Alcalde y sus funcionarios,
es, o,
lo que no se dice, no
existe”. Por ejemplo en las épocas de seca
donde el agua escasea, hasta el límite de desaparecer, la gente en sus
conversaciones cotidianas se felicitan por lo tersa que tienen la piel o lo
hermoso que le quedo el cabello recién lavado , aunque lleven semanas de tierra
acumulada y el olor a transpiración y mugre sea más que importante .<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">El Alcalde anuncia por decreto, generalmente en
esas épocas seis o siete días de Carnaval, donde la gente tira bombuchas
infladas con tierra en lugar de agua (que
no hay), pero todos ríen, saltan y bailan como si estuvieran jugando realmente
con agua.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Si dicen que están bien, pues están bien. Si dicen que no hace frio en invierno ni calor en
verano, pues es así, o por lo menos lo viven así, salvo yo que por supuesto no
estaba compenetrado de la cultura del lugar y por las noches cuando la
temperatura bajaba a casi cero grado me cagaba de frio. Pero era un problema mío,
sin duda. Por ejemplo jamás pude leer de noche cuando la única vela de que disponía
debido al racionamiento por la escasez de sebo, se apagaba. El resto de los
lugareños continuaban leyendo en voz alta, como si nada aunque creo que se aprendían
de memoria los textos de día para repetirlos en la oscuridad <o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Palatino Linotype","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Arial;">Bueno, por hoy es suficiente. Mañana sera otro día.<o:p></o:p></span></i></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-64121038620565712412013-12-14T10:28:00.000-03:002013-12-14T10:29:13.583-03:00El Relato del mes DICIEMBRE . TROFEOLlegamos a Diciembre, casi fin del 2013, cumplimos con los 12 relatos prometidos y este mes el final del cuento subido el mes pasado. Ojale les guste y los disfruten. El mejor de los deseos para todos y que tengan un excelente 2014<br />
<br />
<br />
<b><u>TROFEO ( CONTINUACION ) </u></b><br />
<b><u><br /></u></b>
<b><u>......</u></b><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sólo trataba de sujetarla, “Chocolate”
que estaba cerca mío me ayudaba a
sostenerla. Sin duda algo había agarrado el anzuelo y por la fuerza con que
tiraba y luchaba era grande. José que piloteaba el barco me daba indicaciones a
los gritos “suéltale soga chico, sueltalé”, me decían los dos, que lo deje
cansar, después que recoja, que lo tire de a poco. Gritaban dándome instrucciones, estaban tan o más excitados
que yo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">De pronto el bicho salió del
agua dando un salto casi acrobático. Era inmenso, y tenía una hermosa aleta
color azul en su lomo, que brillaba con el sol del mediodía. Yo estaba
totalmente excitado, feliz. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El pez saltaba cada tanto fuera
del agua haciendo una especia de voltereta
en el aire, seguramente tratando de zafar del anzuelo, para caer nuevamente y
levantar una cortina de espuma blanca y agua de varios metros de altura. Otras
veces, cambiaba la estrategia y nadaba en dirección hacia nosotros, hacia el barco,
lo sabía porque la tanza perdía tensión, de pronto giraba en dirección contraria,
dando varios saltos más pequeños, seguidos, rápidos. Chocolate agarró más
fuerte la caña que se me estaba escapando de las manos<b>. <o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Luchamos
por varias horas, hasta el anochecer , quizás producto de mi inexperiencia,
pero me ayudó sin duda el tremendo equipo que los Mirabal tenían y lo profundo
que estaba agarrado el anzuelo a la boca del pez. Cuando logré ponerlo a una
distancia del bote lo suficiente pequeña, le clave una lanza que Luis
“Chocolate” me acercó con una especie de
anzuelo gigante en la punta. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Con eso y bastante esfuerzo entre
los tres pudimos subirlo al bote. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Era un ejemplar magnifico,
yo jamás había visto algo así. Era grande, inmenso. sin duda debía tener muchos
años. José dijo algo que debería pesar como ochenta kilos o más. Los dos
Mirabal estaban a los saltos de alegría y yo también. Lo único que me llamó la atención
era que el pescado que estaba tirado arriba del bote no era muy parecido al de
la película, ése, el que yo me acordaba de la película tenía una tremenda nariz
como una espada magnífica, el mío no, era
mocho, el color era lindo sí, pero no tenía nariz, pensé, de cualquier forma
no daba para andar pensando mucho. Todos gritábamos de alegría, nos abrazábamos
y bebíamos Ron con cola. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La foto, la foto, grite. La
cámara, ¿dónde está mi cámara? Pregunte desesperado. En el camarote chico, en
el bolso, me dijo uno de los hermanos. Bajé la pequeña escalera que daba a los
camarotes, rápido, excitado. Tomé mi cámara del bolso y volví a subir a
cubierta apurado, con tanta mala suerte que por estar descalzo y tanta agua que había
sobre la cubierta que resbale y mi
camarita japonesa de última generación terminó en el fondo del mar Caribe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Pegamos
la vuelta hacia tierra firme. Contentos, los cubanos con doscientos CUC en los
bolsillos y yo con mi pescado para sacarme la foto de la posteridad a lo
Hemingway.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Tocamos costa ya entrada la
noche. José acercó lo suficiente el barco al muelle para que Luis “Chocolate” pudiera
bajar de un salto y con una soga lo amarró
a un poste. Bajamos todos, al costado del muelle había un gancho con una
balanza. Entre todos colgamos el pescado del gancho. Chocolate lo pesó: noventa
y dos kilos dijo y después lo midió:
cinco ochenta mide, cinco metros ochenta repitió. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Enseguida sacó un cuchillo sumamente afilado y de un
solo tajo y una destreza digna de un cuchillero de los cuentos de Borges, abrió
mi trofeo por el medio de la panza, dejando sobre caer al suelo todas las
tripas del pobre bicho. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Después enjuagó el pescado con
agua de mar, le dio las vísceras a los gatos y a los perros que enseguida se
arremolinaron cerca de nosotros y limpió lo que quedaba tirando los restos al
agua, fue cuando le pregunté por qué el pescado era mocho no tiene nariz, le dije,
y el del “Viejo y el mar” sí. El cubano me miró extrañado y después como si
fuera evidente me contestó “pues chico, porque el de la novela de Hemingway era un pez espada y éste es un Atún,
sólo por eso chico. Pero quédate tranquilo, chico, que los dos son magníficos” Y qué carajo hace un atún en el mar Caribe
pregunté yo. Pues, aquí viven, me contestó él. Pero yo quería un pez espada,
dije. Chocolate me miró y sólo dijo: Lástima chico, tómate otro Ron Cola a su
salud. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sentí que mi sueño había desaparecido
en el mar del Caribe, seguramente nunca más tendría una oportunidad de capturar
un pez espada y parecerme al viejo de la novela o al gran Hemingway. Pero no
podía negar que mi ejemplar de atún era tan magnífico con el del libro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El hermano se acercó y le
sacó el cuchillo a Chocolate, “La cola, se queda como trofeo del que tripuló el
barco, es la tradición chico” me dijo y sin esperar mi respuesta cortó unos
diez centímetros encima de la cola del Atún y envolvió el trozo en papel de
diario.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Entre
los tres bajamos al pescado del gancho y lo cargamos en el jeep. Era tarde. Vamos
les dije, mi mujer debe estar preocupada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Llegamos al cinco estrellas ya bastante
entrada la noche. El conserje apenas nos vio a los tres sacar del jeep semejante pescado y enfilar para dentro del
hotel salió espantado desde atrás del mostrador. Se negaba terminantemente a
dejarme pasar con mi trofeo hacia la habitación y no me creía que lo iba a
poner en el minibar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Mi mujer que estaba sentada en los
sillones del hall esperándome bastante nerviosa por mí demora, se agarraba la
cabeza y me decía que estaba loco si
pensaba que ella iba a compartir la habitación con semejante monstruo
despanzurrado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los hermanos Mirabal, me
desearon suerte y se subieron a su jeep, perdiéndose en la noche cálida del
Cayo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Después
de explicarle durante varios minutos al conserje lo que significaba el pescado
para mí, que a la mañana partiría hacia Varadero y que no le traería
inconvenientes, logré apelando a todos mis recursos, convencerlo que guarde al
bicho en la heladera de la cocina del hotel. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A cambio dejé cincuenta CUC
y le di permiso para que corte un trozo de pescado, para él y su familia. Le pedí que lo embale adecuadamente para poder
llevarlo a Varadero y que antes de llevar el pescado a la cocina me saque una
foto, con el celular de mi señora, pero me dijo que no, que alguno podía ver el
pescado en la recepción del hotel y que lo echaban y que ni loco iba a perder
un trabajo que le daban propinas en CUC. Llamó a otro muchacho y entre los dos
se llevaron a mi atún a la heladera. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A la mañana siguiente muy
temprano el conserje nos despertó para entregarme mi pescado, antes de que
llegue el personal de cocina, me dijo. Me encontré con la grata sorpresa de que
lo había embalado, muy convenientemente en
una caja de telgopor con hielo. Me pareció un poco más pequeño de lo que lo
recordaba la noche anterior. Ante mi pregunta el hombre me confesó que debió
darle un trozo a quien le consiguió la caja de telgopor y el hielo y a su
compañero de tareas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Mucho no me queje, porque
ahora gracias a los peajes que me vi obligado a compartir, el tamaño y el peso se había reducido de manera
considerable lo que hacía el traslado no tan difícil y estaba perfectamente
embalado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> En
Varadero teníamos contratado seis días de estadía en el Melía Las Américas. Un
hotel cinco estrellas con cancha de golf y todo incluido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Habiendo aprendido el método,
ni lerdo ni perezoso decidí no perder tiempo. De movida le di cincuenta CUC al
conserje que nos dio la habitación y un trozo del pescado para que me guarde la
caja de telgopor en la heladera de la cocina del hotel. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No me animé a pedirle de
desembalar el pescado para sacarme una foto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Disfruté del hotel, la playa
y los Ron-Collins, hasta el cuarto día. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Esa mañana el conserje me devolvió
la caja con mi pescado diciéndome que de
la cocina la sacaron porque necesitaban espacio en la heladera y había olor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">De alguna manera logré
convencer a mi mujer de dejar la caja con el pescado en la habitación los
últimos dos días de vacaciones. Eso sí, la pieza parecía el polo norte porque
el aire acondicionado funcionaba al máximo todo el día y cada hora y media pedía unos baldes de hielo en algún bar
del hotel, para agregarle a la caja de
telgopor. De cualquier forma no fue suficiente porque el olor era importante y
casi inaguantable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Al fin, en la mañana del último
día de mis vacaciones en Cuba, el conserje del hotel golpeó la puerta de la
habitación diciendo que los pasajeros de todo el pasillo se quejaban por el
olor, y éso en un hotel cinco estrellas era inaceptable. Le expliqué el motivo los
más amable que pude, el hecho que dejábamos la habitación en sólo unas horas
para volver a la Argentina y los cincuenta CUC de propina lograron que haga la
vista gorda por un par de horas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Metí
lo que quedaba de mi pescado en un bolso, comprado a ese solo efecto, le
agregue el ultimo balde de hielo y partimos.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> El
viaje de casi tres horas desde Varadero hasta el aeropuerto de La Habana fue agradable, salvo por el olor que inundaba todo el micro y
que era evidente que emanaba del bolso donde
había guardado lo que alguna vez fue el cuerpo de un atún que me haría pasar a
la posteridad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Al
fin llegamos a La Habana, con varios pasajeros descompuestos y de pésimo humor.
Espere que se bajaran todos del micro y retire el bolso con mi pescado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Mi mujer hizo los trámites
de pre-embarque mientras yo esperaba afuera del Aeropuerto, al aire libre. Sólo
faltaban algunas horas para regresar a mi país y si bien no iba a poder hacer
la comida para mis amigos, quizás podría hacer embalsamar la cabeza del atún y
ponerla como un trofeo en el comedor del departamento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Pero
no tuve suerte. El soldado que manejaba
el scaner inmediatamente me sacó de la fila de embarque cuando vio los rayos X
del bolso. Después de casi una hora de tenerme demorado, el pago de una multa
importante en CUC bajo el cargo de
depredación de la fauna, la prohibición absoluta de ingresar nuevamente
a la isla y el correspondiente decomiso del bolso con los restos de mi pescado,
nos autorizaron a embarcar con mi mujer rumbo a la Argentina finalmente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Les
pedí, les rogué, les supliqué que antes de partir me dejen sacarme una foto con
mi trofeo. Gracias a mis últimos cincuenta CUC accedieron a mi pedido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Mi mujer con el celular y
tapándose la nariz con los dedos me sacó la foto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Lástima, no está muy buena.
Salí torcido, ladeando la cabeza y haciendo arcadas mientras en mi brazo
derecho, bien estirado y los más alejado de mi nariz posible sostengo una
cabeza de atún sin cuerpo, de ojos turbios y opacos y branquias de color tan
oscuro que parece negro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Mi oportunidad de igualarme
a Hemingway y a Spencer Tracy quedó en
las arenas tibias de Cuba, quizás como comida de gato y mientras el sol se
ponía a mis espaldas, subía la escalinata del avión hacia Argentina pensaba que
hubiera sido mucho mejor haber sacado ese anzuelo y devolver la presa, que el
atún nadara libre, con la boca destrozada seguramente pero libre. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ahora sólo me queda el
triste recurso de ir a algún taller de
escritura.</span><span style="font-family: "Century Schoolbook","serif"; mso-bidi-font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-43510419691804077802013-11-10T11:11:00.001-03:002013-11-10T11:11:56.585-03:00El relato del mes : NOVIEMBRE<span style="font-size: large;"><u>Una aclaración necesaria :</u> Se acerca fin de año y estamos llegando a los 12 relatos prometidos allá por enero, espero que los hayan disfrutado al leerlos tanto como yo al escribirlo. El cuento de este mes viene con un poco de suspenso. Como es un poco extenso, lo voy a subir en dos partes, la primera ahora y la ultima en la entrega de diciembre. Abrazos a todos...</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hay veces en que unas simples vacaciones se pueden convertir en la oportunidad de cumplir los sueños. Por lo menos así lo cree el personaje de este cuento, que lo único que deseaba era poder traer de vuelta un ...</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: x-large;"><u><b>TROFEO </b></u></span><br />
<span style="font-size: x-large;"><u><b><br /></b></u></span>
<span style="font-size: large;"><br /> Al fin logramos ponernos de acuerdo con mi mujer en tomarnos vacaciones y hacer un viaje. En treinta años de matrimonio fueron escasas las veces en que lo hicimos. El viaje de bodas a Carlos Paz, el raid Cataratas-Brasil-Paraguay cuando saqué el Gol cero kilómetro y los chicos eran chicos, la nena tendría seis y Facundito apenas tres años, unos días en Salta a ver la Virgen del Cerro; otra escapada de fin de semana largo a Cataratas con mis cuñados y pará de contar.Ahora los hijos ya están grandes y la verdad es que nos merecíamos un viaje como la gente. Siempre por H o por B lo posponíamos por esas cosas que uno se pone a si mismo como prioridades y la verdad es que solo reflejan lo que cuesta poder disfrutar: que la casa, que la situación económica, que la inestabilidad de lo que vendrá, que el país, que el dólar, que el colegio o la facultad de los chicos, que… que…<br /> Pero esta vez no, nada de eso. Ni siquiera tuvimos, como otras veces, esas peleas que duran casi una semana, y donde uno de los dos, cualquiera, ya podrido pegaba el grito “¿Sabes qué?, no voy una mierda, metete el viaje en el orto”, y todo se iba al carajo por la barranca despareja de la convivencia.<br /> No soy muy afecto a las playas llenas de gente pero menos afecto soy al frio o a los deportes. Boludeces tales como esquiar o cosa por el estilo no la van conmigo, de manera que decididos a rumbear para el sol y el calor, que mejor que algún lugar exótico del Caribe.<br /> Después de averiguar, cotejar precios y comodidades nos decidimos por Cuba. La elección no era muy difícil: comparada con cualquier lugar con arena y agua clara como Punta Cana, San Andrés o Cancún, la isla nos ofrecía más, mucho más: país casi mítico para nosotros, el Ché, Fidel, la revolución, la historia, la cultura, los mojitos, y también, lo cual no deja de ser importante, por el mismo precio que nos cobraban ocho días en otros pedazos de arena caliente, en Cuba gozábamos de quince días de estadía “All inclusive” en hoteles de cinco estrellas.<br /> Decididos contratamos pasaje y estadía en una agencia de viajes, a través de una conocida: cuatro días en La Habana, cinco en un Cayo y seis en Varadero.<br /> Un día a mediados del mes de Marzo nos fuimos al fin.<br /> Después de dieciocho horas de viaje, con una escala técnica en el aeropuerto de Lima, donde a mi mujer aprovechó y compró por la bicoca de veinte dólares unos llaveritos con la foto del Machu Picchu, llegamos a La Habana. Al aeropuerto José Martí y allí entonces sí puedo decir que empezaron nuestras vacaciones tan deseadas.<br /> A esta altura del relato es justo confesarles que Cuba tenia para mí un condimento muy especial, y un plus secreto pero de una potencia inigualada: Ernest Hemingway y “El viejo y el mar”.<br />Siempre admiré a ese tipo, su escritura y esa historia tan fantástica de la que nunca pude olvidarme desde que mi papá me llevó al Cine Belgrano, (hoy convertido en templo brasilero) y vi la película.<br /> Quedé tan impactado esa tarde en el cine, que secretamente me prometí a mí mismo que algún día iba a pescar un Pez espada tan o más grande que el que agarró Spencer Tracy pero que no me lo iban a comer los tiburones como en la película, ni mucho menos. Y ésta era mi oportunidad.<br /> Así que apenas llegamos al hotel ”Habana Libre”, después de dejar las valijas en la habitación del piso ocho; abrir la boca y decir OOOO por el tamaño del recibidor y el desayunador; sacarles fotos a las plantas colgantes de las escaleras, le dije a mi mujer que iba a recorrer un poco el hotel y fui hasta el tercer piso donde estaba la oficina de Cubatur, la empresa de turismo habilitadas de la isla que nos correspondía, para empezar a averiguar por una excursión de pesca embarcado, en busca de mi dorado pez espada.<br /> El señor morocho de tamaño importante que me atendió escuchó atentamente mi pedido y mis motivaciones, luego me dijo en un tono que no dejaba muchas opciones. “Mira chico, aquí en la Habana va a ser un poco difícil que puedas pescar Pez Espada, de cualquier forma tú tienes que saber que en Cuba está prohibido depredar el mar. Para hacer pesca embarcada, necesitas un permiso especial del Ministro de Agricultura e Industria Alimentaria, y más para pescar un Pez Espada y sacarlo de la isla. Lo otro sólo es para las novelas. Por qué no déjas tranquilo a los peces y te vas a visitar el Floridita en la Habana vieja. Pides un par de daiquiris, te sacas un foto con la estatua de Hemingway y ya está”.<br /> Le contesté que al Floridita iba a ir, sin duda y también que me iba a tomar los daiquiri y sacar la foto, pero que al Pez Espada lo iba a pescar, aunque tuviera que quedarme en la isla de por vida.<br /> No le gustó mi respuesta.<br /> Volví a la habitación. Mi mujer estaba recién duchada y me propuso ir a ver “el cañonazo” en el antiguo fuerte que está a la entrada de la bahía de La Habana. Le dije que sí, mientras pensaba en contactarme con alguien que pudiera hacerme cumplir mi sueño.<br /> Nuestra estadía en La Habana transcurrió gratamente entre paseos y visitas al Malecón, la Habana Vieja y la Bodeguita del medio, todo acompañado de música de los años cincuenta, boleros, olor a tabaco, ron y trato amable por parte de los lugareños. Al cuarto día como estaba previsto, volvimos al aeropuerto para tomar un avión que nos llevaría a Cayo Largo.<br /> Que puedo decir: hermoso. Arena blanca, mar transparente, aguas cálidas. Una maravilla. El hotel, los cubanos, el clima, los mojitos de primera o el Ron-Collins, tan buenos y bien preparados que lograron que cambie mi habitualidad al whisky en menos de cuatro horas. Andaba todo el día de bermudas y ojotas. Hasta me animé a ponerme una camisa con un estampado de flores exóticas inmensas de colores verdes, rojo, azul y amarillo. Parecía un arco iris caminando, estaba muy cerca de ser el tipo más feliz del mundo salvo porque aún no había pescado mi pez espada e inmortalizado mi gran momento de escritor con una foto.<br /> En el Cayo, la mirada del “Gran Hermano” al estar más alejados de la capital, era un poco menos potente, de manera que me contacté con un par de lugareños que vivian en el pueblo en la otra punta de la isla y trabajaban en la marina cuidando los botes y yates: Los hermanos José y Luis “Chocolate” Mirabal. Después de una charla con los dos, logré que accedan a llevarme con ellos a un día de pesca embarcado, en busca de mi trofeo y sueño. Me costo convencerlos, decían que estaba prohibido que era peligroso, que si los agarraban la iban a pasar mal. Me cobraban doscientos CUC. La verdad que era mucho dinero, eso equivalía a doscientos veinte dólares norteamericanos, y no aceptaban tarjeta de crédito, pero no tenía muchas opciones ni tiempo para buscarlas. Cerré el trato con los cubanos. El sábado debíamos tomar el avión hacia el continente de la isla. La excursión de pesca, duraba todo el día, de manera que concreté con los hermanos Mirabal para el viernes.<br /> Ya me regodeaba pensando en la foto, feliz de pie y colgado detrás mío de un gancho un tremendo pez espada más alto que yo mismo. La cara que pondrían los compañeros de la oficina o los muchachos del club, hasta podría mandarme una comilona y cocinarles el pescado a la parilla, total con ese tamaño, alcanzaría seguro para todos.<br /> Ahora solo debía encontrar la manera de, o bien decirle a mi mujer lo que iba a hacer o de engañarla. Opté por la primera de las opciones ya que en ese lugar no tenía muchas posibilidades ni excusas creíbles para desaparecer un día entero sin despertar sospechas.<br /> Esa misma noche, un poco antes de cenar, decidí que era el momento ideal para hablar con mi mujer. Estábamos en unas tumbonas junto a la pileta, teníamos poca gente dando vueltas cerca nuestro, sólo una pareja gay de turistas alemanes y la noche estaba cálida y agradable. Fui hasta una de las barras, pedí un Ron Collins para mí y un Daiquiri de frutilla para ella, con los dos tragos en mis manos volví a la tumbona y le conté emocionado a mi mujer que a la mañana siguiente me iba a embarcar con dos cubanos para cumplir uno de mis mayores sueños. Al principio se enojó, después se preocupó por mi salud, es cierto que estoy un poco entrado en años y kilos y el deporte no fue nunca mi fuerte, planteó algún par de boludeces, tipo “si vos el único pescado que conoces es al tarado de tu sobrino y cuando agarraste uno, estaba muerto y en la góndola del supermercado”, pero con la ayuda de mi entusiasmo y tres daiquiris más, terminó aceptando mi idea.<br /> Quedamos en qué para no levantar sospechas en el hotel, ella diría a todos que estaba descompuesto, que los langostinos que había cenado la noche anterior me habían caído como el culo.<br /> A las cuatro de la madrugada José Mirabal me pasó a buscar por el hotel con un jeep, mientras su hermano Luis “Chocolate” nos aguardaba en la marina. A las cinco de la mañana partimos rumbo a alta mar. Navegamos un par de horas. Alejados setenta millas de la costa detuvieron el bote y los muchachos me dijeron que me prepare.<br /> Me senté y me amarré lo más fuerte que pude al sillón que estaba en una de las puntas del barco y esperé. El sol pegaba a pleno ya a esa hora, y sentía que la cabeza se me recalentaba, de vez en cuando alguno de los cubanos me acercaba un balde con agua de mar para que me refresque, cosa que hacía de buen grado vaciándomelo sobre la cabeza y mojando una gorra simpática con la propaganda de Ron Havana Club, que me habían prestado los muchachos porque yo no había llevado nada para protegerme, de improvisado nomás.<br /> Pasaron varias horas de aburrimiento total, sólo el mar del Caribe y el sol. Los cubanos charlaban animadamente, escuchaban música y todos bebí- amos ron con cola y fumábamos habanos Montecristo.<br /> Quizás producto de todo éso sumado al calor y al aburrimiento, estaba medio adormilado cuando de pronto sentí un tirón impresionante y la tanza empezó a volar por el reel. Tuve que aferrarme con todas mis fuerzas a la caña.<br /> Sólo trataba de sujetarla, “Chocolate” que estaba cerca mío me ayudaba a sostenerla. Sin duda algo había agarrado el anzuelo y por la fuerza con que tiraba y luchaba era grande. José que piloteaba el barco me daba indicaciones a los gritos “suéltale soga chico, sueltalé”, me decían los dos, que lo deje cansar, después que recoja, que lo tire de a poco. Gritaban dándome instrucciones, estaban tan o más excitados que yo.</span><br />
<span style="font-size: large;"> ...CONTINUA EN LA ENTREGA DE DICIEMBRE... </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"> </span>Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-7872335965955496382013-10-15T10:12:00.001-03:002013-10-15T10:13:03.698-03:00El relato del mes : OCTUBRE<br />
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<i><span style="font-size: large;">Desde chico que vengo escuchando algo así como una verdad absoluta que dice que " A los japoneses les fascina el Tango" o " Los japoneses son tan tangueros como nosotros" y nunca lo cuestioné , ni me pregunte por que razón era así Hasta ahora, bueno quizás la explicación sea esta . Hasta el mes que viene </span></i></div>
<div class="MsoTitle">
<br /></div>
<div class="MsoTitle">
<br /></div>
<div class="MsoTitle">
<br /></div>
<div class="MsoTitle">
<br /></div>
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">SHIBUI</span><o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“Esta mina me tiene las bolas al plato con el parloteo.
Desde que se subió al auto no para, dale que dale. No afloja. Es insoportable.
Subí la radio Gordo, avívate subí
la radio, que te salvas”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Entonces yo le dije: Apúrate Jorge, que nos
perdemos la película pero él como si nada, se tomó todo el tiempo del mundo para … <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Perdón señora, un minuto que quiero escuchar
esta noticia. —La interrumpo.<i><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La
voz monótona del locutor me alivia el
oído y por un rato no escucho a la mujer cotorra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El
mediodía esta pesado, el calor de enero aprieta y el puerto está lleno
de turistas, que andan paisajeando por todos lados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Acá nomas chofer, déjeme donde está el
supermercado chino, nomas. --La mujer cotorra, al fin paga y se baja, por
suerte. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Estoy guardando la plata, cuando, desde el
supermercado, al lado de un montón de cajones vacios de cerveza, un chino
petiso y un poco raro, me hace señas con
la mano para que me corra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Tiene razón, estoy en la zona de carga y
descarga y hay un camión esperando detrás mío.
Bajo la ventanilla y le pego el grito.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¡Ya me corro, jefe!. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El chino me mira como si me conociera y
grita <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¿Goldo?
¿Sos vos? —mientras se acerca al
auto abriendo los brazos de par en par. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¿Kenji?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Si goldo querido, que haces acá en Mal del
Plata –me dice desde la vereda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¿Yo, que hago? Laburo de remisero como
siempre, gano la misma miseria que antes pero acá se vive mejor, se respira
mejor, pero el asunto no soy yo, la pregunta es: ¡Vós que haces acá, CapoPonja
? —le digo bajándome del auto para darle
un abrazo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Y, es una histolia lalga, ya salgo, si me haces
el favol de llevalme hasta casa te cuento . Vivo para el lado del Hospital
Legional. Con lo que pagan estos chinos
no me alcanza pala una mielda. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—</span></i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Dale, como no te voy
a llevar. Te espero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Kenji se mete en el supermercado y agarra un
bolsito azul de un locker. Está mucho más avejentado que la última vez que
estuvimos juntos. Debe hacer por lo menos seis o siete años que no lo veo, ni tengo noticias de él. Saluda a la cajera inclinando
levemente la cabeza, y enfila para el auto. Se sienta adelante, a mi lado, como
en los viejos tiempos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¡Goldo
querido! —Me dice con una sonrisa de
oreja a oreja, dándome otro abrazo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¡Kenji,
hermano!, ¡CapoPonja!. Tanto tiempo.
Pero contáme , contáme, que no me banco la ansiedad, hace un montón que
te perdí el rastro. Cuando me fui de Buenos Aires quise despedirme de vos. Me
corrí hasta las oficinas de la Sony, pero me dijeron que desde esa mañana no
trabajabas más, que te habían despedido. Me fui hasta tu piso en Libertador y
el portero me dijo que ya te habían desalojado. ¿qué paso? Si eras un bacán
Kenji. ¿Cómo aterrizaste acá en Mar del Plata?, ¿Te viniste cuando te rajarón
de la Sony? ¿Qué haces laburando en un supermercado chino del puerto? ¡Si vos
sos un genio Capo-ponja!. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Espela Goldo, tenéme un poco de paciencia
que ya te cuento… ¿nos comemos un cholipan de paso?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Dale.
¿En el Sochori de dorapa?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Dale
goldo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Encaré
por la avenida Juan B. Justo con rumbo
al estadio mundialista. Sin duda, si conoce al Sochori de Dorapa, Kenji hacia bastante tiempo que vive en Mar
del Plata ¡Y nunca nos cruzamos! Qué cosa de locos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El
primer choripán tardo más en llegar a nuestras manos, que desaparecer en
nuestras bocas. Con el segundo y ya más tranquilo, lo apuro a que me cuente y
Kenji , ahora sí, ni lerdo ni perezoso, arranca con sus desventuras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Viste goldo, yo venía muy desbalancado, y en
la Sony no se joloba mucho, un pal de macanas y chau. Tenía la cabeza en otro
lado, y vos lo sabés porque eras mi chofel y me llevabas a todos lados. Gracias
a vos conocí la noche de Buenos Ailes, Caminito, El viejo Almacén, todas esos
lugales que me contaba mi viejo allá en
Nagasaki, ¡Qué te voy a contal a vos!, que me paseaste por todos los cabalutes.
Si fuiste vos el que me llevó al “Última
Culda” donde tlabajaba Glisel. ¡Mi glisel!. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—El
Cabaret de Graciela querrás decir. …<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Glisel, Goldo, Glisel, vos sabés bien que
pala mí siemple fue y sela Glisel, ¿Estamos? Sigo y no me intelumpas: Asi que
todas la noches telminaba en el cabalet, de Glisel, donde vos me dejabas. Yo
seguía la joda con ella, espelaba a que telminala el tulno y nos íbamos a su
depaltamentito en la calle Colientes , y después la seguía con whisky, faso,
algún estimulante para podel aguantal, que Viagla, que melca. Bueno la lógica…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">--Si, no me digas nada, empezaste a estar
cada vez menos en la oficina y más con Grisel. Pero capo-ponja, si vos sos un tipo súper inteligente y te la
bancabas bárbaro, apenas tenías veinticuatro pirulos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Si Goldo, me la bancaba, y la piloteaba bálbalo,
hasta el corralito de Cavallo Agarro a
la Sony y le encanuto un plazo fijo de un tocazo de dólales ¿Y a que no sabés, Goldo, quien había dado la olden de hacel el plazo
fijo? Sí adivinaste, había sido yo. Así
que, esa no me la perdonalón Afuela. Caput,
Bye Bye. Sayonara, Decí que pol suelte tenía algunos papeles un poco
complometedoles y conseguí una buena indemnización. Alquilé un depaltamentito y
me la llevé a la Grisel a vivil conmigo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—A
Graciela querrás decir<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—No goldo. No jodas. Glisel. — y para que no me quede duda me canta -- “No te olvides de mi Glisel, Glisel”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Es inevitable no cagarme de risa ante el
canto del japonés. Por la cara no le gusta mucho mi reacción. Me pongo serio,
me la aguanto y le digo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—¡Pero Kenji!, no me cantes ahora que el
chorizo me va a caer pesado. Aparte, yo siempre te dije que esa mina no te
convenía. Que te iba a fumar en pipa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Goldo, el amol no se fija en liesgos, y vos
sabés que yo estaba metejoneado a más no podel. Hasta el cogote, como dicen
ustedes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Si lo sé, pero yo te avisé. Seguro que te
cagó. –le digo mientras le lleno el vaso
con el borgoña.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Bueno, cagal, lo que se dice cagal, más o menos, con la plata que tenía tilamos
unos cuantos meses, y no la pasamos tan mal. Glisel seguía labulando en el cabalet
y yo después de unas semanas salí a buscar labulo, pero la cosa estaba muy
complicada y mis lefelencias no me ayudaban. Estaba todo el día en casa y se me
empezó a quemal la cabeza. Vos sabés mi historia, goldo, mi viejo fue uno de
los pocos que sobrevivió a la bomba de Nagasaki, y yo, su hijo Kenji Tanaka, no
podía estar todo el día metido en el departamentito sin hacer nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Y
no, Capo-ponja, vos no sos un tipo para eso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Pala cafishio no selvía, porque pala eso, no
tenés que quelel a la mina Goldo, y yo a mi Glisel la quelía con locula.
Entonces talde o templano, se dio lo que se tenía que dal: no me empecé a
bancal que Glisel, mi Glisel se acostala
con otros tipos, aunque sea por
tlabajo. Todos los días me quedaba en el cabalet hasta el ciele, y le espantaba
los clientes. Le hacía escenas de celos, discutía con ella, con los tipos, con
cualquiela. Al final el dueño, una
basula de tipo, una noche se paso de la laya, y le pegó, la dejó casi medio
muelta, así que como colesponde a un homble cuando atacan a su mujel, me fui a
casa, agale el sable samulai de mi familia y me lo llevé puesto de un solo
golpe. Le colté la cabeza de una, de un solo tajo, a él y a uno de sus
guardaespaldas. Nos fuimos con mi Glisel
un tiempo de Buenos Ailes, pero la guita se telminó, y el amol se acabó. Me
telminó denunciando para zafal de que la acusen como cómplice Decí que de mi época de la Sony me quedalon
algunos buenos contactos, así que un amigo, buen abogado, me defendió, tocó algunos contactos en la
Colte y listo. El sable no lo encontralón jamás, lo había hecho guita a un coleccionista y salió del país, y sin
alma homicida, la cosa era favorable pala mí. Del lado del mafioso dueño del
cabalet, no tenía problemas, nadie iba a decil nada, en ese ambiente el que
hable la boca es un buchón, vos sabés Goldo. Así que no había muchas pluebas
contra mí, sólo cilcunstanciales dijelon los jueces, Zafé.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―¡Qué
historia Kenji!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Sí. Hasta en un momento pensé en hacelme el
Hala Kili,pala lespetal a mi familia, es lo que mi padle Akira hubiela hecho, pero se ve que ya hace
mucho que vivo en Algentina y la tladición ya no es tan fuelte. Eso, la
colectividad jamás me lo peldonó. No pueden aceptal que el hijo de Akira
Tanaka, sobreviviente de Nagasaki y de
familia de samuláis, no hubiera cumplido su código de honor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―¿Y
entonces?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Y nada, que quelés que hiciela Goldo,
despleciado por la colectividad por no matalme, sin honol, sin plata, y sin
Glisel. En Buenos Ailes ya no había mucho por hacel y me vine para aca, a Mal
del Plata, a vel que conseguía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Ahí
entraste a laburar con los Chinos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Sí, me costó un poco pero enganché, no son
tan jodidos y la voy llevando bastante
bien. Hasta estoy lecupelando de a poco la colección de discos de Tangos que
tuve que empeñal en la malaria. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Si me acuerdo, una colección de discos de
tango que envidiaría más de un argentino Por algo vos, siempre fuiste un libro
abierto sobre el tango, Kenji. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 7.1pt; text-indent: 28.3pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Sí, es cielto, viene
de familia, de mi padle, quizás su historia lo malco de alguna folma. El tango
en casa fue fundamental. Mi padle decía que era nuestro “shibui”, que el tango
es un “shibui canyengue”, y yo lo cleo totalmente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Que
el tango es un ¿qué ?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Shibui goldo. Quiere decir: “La apariencia
amarga de lo que es positivamente hermoso”. Eso, ni más ni menos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">―Mira vos, algo que es tan nuestro. Igual
quién iba a pensarlo Kenji, vos un
bocho, capo de la Sony, descendiente de samuráis y sobrevivientes de la
bomba. Laburando en Mar del Plata, en un
supermercado chino. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">—Que
vas a hacer, así es la vida., después de todo, estoy olgulloso. Como mis
antepasados yo también soy un sobleviviente, y vivo mi Shibui. Algentina es una
bomba A, pero la tilan todos los días. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 1.0cm; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Pago y salimos hacia
la avenida Juan B. Justo. Está nublado garua, tristeza, hasta el cielo se ha
puesto a llorar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="Default">
<br /></div>
<div class="Default">
<br /></div>
<div class="Default">
<br /></div>
<div class="Default">
<br /></div>
<div class="Default">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2036500703966950663.post-14039623851322404272013-09-12T13:04:00.002-03:002013-09-12T13:11:15.619-03:00El relato del mes : SETIEMBRE<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Bodoni MT","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: Batang;">Tarde
ideal para leer un poco, hace frio, llueve y estamos cerca del fin de semana. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Bodoni MT","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: Batang;">Al
contrario que otros meses, donde todo era una duda y una nebulosa indecisa,
para el veinte de agosto ya tenía decidido el relato del mes que subiría en
setiembre. Desde esa fecha sentí la necesidad (por alguna extraña razón que no
pienso cuestionarme ni mucho menos. Desde hace algún tiempo aprendí a aceptar
mis intuiciones y seguir mis pequeños impulsos), de mostrarles un relato que
escribí hace ya un par de años, creo que en 2011 y que está incluido en mi
libro “Pequeños Homenajes”. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Bodoni MT","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: Batang;">Quizás la
muerte me ronda, cosa extraña en el mes en que todo renace y florece, aunque si
lo pienso bien no es tan extraña, ya que
para que algo renazca, previamente debe morir. O quizás es un homenaje a esos
tipos que dedican gran parte de su energía y vida a escribir, esos personajes
tan excelentes como desconocidos que abundan por estos lares. O
quizás solo es una manera muy simple de
demostrar la admiración hacia el ingenio
y la inteligencia de uno de los tipos del
barrio y no es tan desconocido: el Sr.
Alejandro Dolina, vaya uno a saber. Lo que sí sé , es que el relato de este mes
es una obra literaria de tranco corto
pero de largo alcance. Ojala la disfruten al leerla , tanto como hice yó al
escribirla <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Bodoni MT","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: Batang;">Hasta el
mes que viene. <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
EL TRATADO DE
HUMBERTO HALABI<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El modesto cartel pegado a
la puerta de la biblioteca barrial,
sobre la avenida Jara —hoja A4 escrita en computadora, letra Arial
72— dice solemnemente: “Hoy 16 Hs. - El Tratado de Humberto Halabi. - Su obra maestra.- Conferencia a cargo de Oscar Ruiz”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Reconozco que despertó mi
curiosidad de escritor. Jamás había oído hablar, en las reuniones literarias a
las que asisto, de un tal Humberto Halabi, y mucho menos de Oscar Ruiz. Su obra
me resulta desconocida, y eso, en un escritor que se jacta de haber leído a
casi todos los autores latinoamericanos publicados en los últimos diez años es
casi imperdonable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Cuatro y diez. Tengo tiempo, mi cita es a las siete. Entré.
Salón modesto, no más de veinte o
treinta sillas dispuestas en filas de a cinco, con un escritorio al frente. Me siento en el fondo, sobre el pasillo, por
si el aburrimiento me obliga a irme rápido. Detrás del escritorio, dos hombres sentados. El que habla, está haciendo las
presentaciones del caso. Calvo, sesenta
o sesenta y cinco años, lentes de aumento bastante considerables, un
saco que huele a naftalina y juega permanentemente con una lapicera entre sus
dedos. El otro —el tal Oscar Ruiz— tendrá alrededor de cincuenta y tres ó
cincuenta y cinco años, morocho, barba
canosa tipo candado y regordete. Me llama la atención —para su edad— la falta de canas y el peinado engominado,
totalmente obsoleto en esta época.
Agradeció las palabras del primero
y comenzó la charla : <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Buenas tardes. Humberto
Halabi abrazó las letras desde pequeño. No tenía aún veintiún años y ya
contaba en su haber con una extensa lista de composiciones literarias,
que abarcaban prácticamente todos los géneros. Había escrito poesía dramática,
comedia, tragedia, lírica, hasta un sainete y una oda. Utilizó las formas de
sonetos, romances y coplas. Escribió en prosa, libre o pentasílábica. Cuentos y
narraciones, ensayos metafísicos, notas de interés y artículos filosóficos
sobre cuestiones existenciales para el mensuario del club de barrio. Publicó,
con otros escritores, un par de
antologías de mixtura extraña, en lo que fue su mayor logro hasta ese momento.
También y a pedido de los comerciantes
de la cuadra escribía los textos para la
publicidad de los negocios con una prosa florida y en rima que a las vecinas
les encantaba. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El lunes de su cumpleaños
número veintiuno — veinte de Mayo— sentado en el banco de la plaza Peralta Ramos
—su barrio de siempre— Humberto Halabi
cayó en la cuenta, que tenía una gran
materia pendiente. Jamás había escrito
una sola línea, referida a lo más
importante y trascendente que ocurre en la vida de una persona, y el solo hecho
de tomar razón de esa falencia despertó
en él la imperiosa necesidad de subsanarla.
<span style="color: red;"> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">“</span></i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">¡Es
hora de empezar a escribir sobre la muerte! ¡Qué mejor momento para escribir
sobre la parca que cuando uno está lleno de vida! Mejor conocerla y fraternizar con ella.
Tratar de caerle simpático antes de que venga a visitarme. Uno nunca sabe” . Razonó con lógica impecable
Humberto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Como hombre de acción, entusiasta , esa tarde se abocó a la tarea que él mismo se
había encomendado. Invirtió en un
cuaderno, para dedicarlo exclusivamente a su nueva obra literaria. Comenzó a esperar la inspiración y al ver que
ésta se demoraba, empezó a confeccionar la ficha y escribir las
primeras notas de lo que sería su relato sobre la muerte. Era un escritor muy
profesional con método y
estructura. A partir de ese momento
buscó, recabó y leyó todo lo que encontraba a su paso sobre la temática que iba
a abordar. De esta etapa de su vida
literaria proviene la influencia —innegable— que en él ejercieron los libros y
la manera de escribir del polígrafo
árabe Manuel Mandeb. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A medida que avanzaba el
proceso de creación de su —,hasta ese momento— historia narrativa, se fue consolidando en él
la idea de realizar una obra magnífica y que lo trascendiera . Decidió entonces que en lugar de un simple
cuento que hablara de la parca, escribiría un tratado donde consideraría absolutamente todos los aspectos de la muerte. No sólo eso. Se propuso además que
sería el mejor tratado jamás escrito en toda la existencia de la humanidad.
Eligió, por considerarlo simple y contundente, el título : “Manual de la muerte”. En ese momento y debido a su juventud no se
preocupaba por las cuestiones menores como la edición, impresión, publicación,
comercialización y algunos aspectos
legales. Cuestiones que consideró
superfluas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Dividió su obra en
tomos, y éstos a su vez
en capítulos acorde a la temática y enfoque que correspondía. Al momento
de su desaparición sabemos fehacientemente que había escrito ocho tomos
totalmente terminados y el noveno estaba en proceso de elaboración. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">De más está decir que
semejante obra ciclópea, no encontró editor dispuesto a publicarla completa.
Pocas personas han tenido el privilegio de conocer este tratado en toda su
extensión y magnitud. Después de una
intensa y trabajosa búsqueda contactando vecinos y familiares pude acceder a
ella, en forma parcial, es cierto, pero suficiente para que el mundo pudiera
conocer la valía de su trabajo. Debo
comentar que Humberto Halabi, usaba sólo su cuaderno y su lapicera, luego tipeaba
el mismo sus hojas con su Lexicón 80. Se
resistía empecinadamente a utilizar cualquier medio de almacenamiento o soporte
informático para sus escritos, a
pesar que para los últimos años de su existencia, ya se
habían desarrollado y generalizado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">—¿Y la obra?. Lo interrumpió
a viva voz, una señora mayor, petisita y
canosa, con aire galicio, sentada en la fila cuatro junto a
dos mujeres un poco mayores que ella. Las tres muy arregladitas para la ocasión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Allí voy, dijo Ruiz (aprovechando la pausa para
beber un sorbo de agua). Sin demora, comentaré los ítems más relevantes
del tratado escrito por Halabi durante
casi sesenta y seis años de su vida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Del Tomo I del Tratado,
titulado “Las diferentes maneras de morir”, sólo se imprimieron dos ejemplares.
Se supone que fue por donde Halabi
comenzó su titánica obra. La calidad literaria del mismo es un poco
inferior al resto de la obra. Alcanzó a enumerar dos mil doscientos cuarenta y ocho formas
diferentes de morir, con una explicación somera de cada una. Averiguaciones
posteriores me permitieron confirmar que al llegar a este número, Humberto se dio por satisfecho y comenzó lo que, al tiempo se convertiría en el tercer
tomo. En 1970 confesó a su más
entrañable amigo, D. Olina que había descubierto doce maneras nuevas,
que nunca escribió en el Tratado
—Humberto no corregía ni modificaba sus obras. Nunca—. En 1976, urgido
por aspectos económicos menores, —debía comer y pagar la factura de gas—,
vendió a una productora de televisión norteamericana los derechos. La productora
realizó una serie de programas algo bizarros, titulados “Las 1.000 maneras de
morir” de escaso éxito. Con el dinero del anticipo cobrado Halabi imprimió los dos ejemplares del tomo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> El segundo Tomo,
titulado “El tratamiento de la muerte a través de la historia y en las diversas
culturas” es uno de los más
extensos. En él Humberto Halabi se
explaya sobre el trato que se lé dispensó a la muerte tanto en los
distintos periodos históricos como en
las diferentes culturas. Dividió el tomo en capítulos dedicados a las edades -
Prehistoria, Media, etc. – y a las culturas – Precolombinas, Orientales, etc. y
éstas a su vez subdivididas por continente.
Se destaca, por sobre los demás,<b><span style="color: red;"> </span></b>el capítulo dedicado al tratamiento de la muerte
en el futuro, uno de los más creativos y anticipatorios de toda la obra. Este magnífico tomo, —detalle importante de
mencionar— , se logró imprimir gracias
a colaboración de vecinos, amigos y comerciantes del barrio que
rifaron en Diciembre de 1990, un
lechón asado y una canasta navideña . Con el producido de dicha rifa,
solventaron el costo de la imprenta. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El tercer tomo, sin duda el
más importante de toda la obra, está dedicado a la artes, y precisamente lo
tituló “ La muerte en las artes” En
él, Humberto Halabi desarrolla en
extenso el tratamiento de la parca, a través de diversas expresiones
artísticas, como la Pintura, la
Literatura, la Música, pasando por el Cine, el Teatro y hasta el Relato Deportivo,
actividad que Humberto sin lugar a dudas consideraba un arte. Destaco
especialmente, los textos dedicados al
cineasta Enrique Argenti y su particular manera de representar a la muerte; la famosa Exposición de Olores que el pintor
Lucio Cantini realizó en 1965 donde
logró identificar y reproducir exactamente el olor a la muerte; el magnífico
Héctor Bandarelli, quien en noviembre del año 2001, relató por radio su propia
muerte mientras transmitía la final de Kimberley – Cadetes de San Martín y por supuesto la poesía de Jorge Allen
referente indudable sobre estos tópicos,
junto a los hombres sensibles de Flores.
Este tercer tomo, completo y original, tipeado en la Lexicon
80, estaba en poder del Sr. D. Olina, quien lo facilitó para que saliera a la
luz y se hiciera justicia con la obra de
quien fuera su entrañable amigo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 42.5pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Por último tenemos al Tomo IV “ Esoterismo y simbología”.
Conociendo la fascinación que Humberto tenía por las ciencias ocultas, es
comprensible la creación de todo un tomo sobre esta temática. Algunos puntos tratados en forma sublime son:
Simbología - ¿Existe algo después de la muerte? - La figura de Caronte en la
divina comedia del Dante - Los chamanes
y los brujos de Chiclana: sus potajes
mágicos - La manzana como vehículo de embrujamiento fatal: El caso de la
Bella durmiente, - Los velorios, la epilepsia, y otros mitos urbanos - Las
cartas del tarot, y otros procesos
adivinatorios . Este tramo del “Manual
de la muerte” fue el más difícil y
trabajoso de reconstruir , sin dudas, y
no precisamente por su carácter oscurantista.
Se debió a que, hubo que recuperar los textos originales que se
encontraban en poder de allegados,
familiares, amigos y afectos de Humberto, hasta poder armar nuevamente los
capítulos . Parece ser que —hombre
aferrado a las cuestiones sociales impuestas—
no podía presentarse en algún acontecimiento al cual lo hubiesen
invitado, cena, cumpleaños, fiestas navideñas, aniversarios, o velorios , sin
llevar un presente, una atención o un regalo. Dada su magra situación económica que no le
permitía ningún tipo de exceso , optó sencillamente por regalar a sus
anfitriones ocasionales los originales escritos con la Lexicon 80. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los tomos cinco a ocho y
el noveno en proceso no los pude hallar, aunque continúo con el esfuerzo por encontrarlos. Todos los
indicios hacen suponer que todos o gran
parte de ellos han sido destinados a alimentar la salamandra, única forma de calefacción
de que disponía Humberto ante los crudos inviernos que debió soportar en sus
últimos años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Cuentan los vecinos del barrio de Estación
Norte que una mañana, transcurridos ya del nacimiento de Humberto Halabi ochenta y seis años, ciento cuarenta y ocho días, nueve horas y diez minutos tocaron a la puerta de su modesta casa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Después de saludarlo, el
visitante lo invitó cordialmente a mostrarle
todo lo que desconocía para poder terminar su manual. Humberto tomó su abrigo marrón espigado y se
fue con él. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Muchas Gracias y buenas
tardes <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
Oscar R. Ruizhttp://www.blogger.com/profile/14548424250864186176noreply@blogger.com1